El eterno retorno a lo mismo y la independencia

La traición al levantamiento del 23 de enero de 1958 (el pacto de Nueva York), denunciada por Fabricio Ojeda como diputado, se repite el 2013, con el llamado a la unidad pero convocando a los empresarios y a porciones de la oposición, de espaldas al chavismo y a los trabajadores. A estos últimos se les ha pedido solo disciplina y sacrificios mientras ven el reacomodo de la vieja sociedad gobernada por los primeros. Mediante una presión económica ejercida desde los EEUU, para el 2020, se da la alianza definitiva entre el gobierno madurista y Fedecámaras, se afianza la traición; el gobierno, en vez de radicalizar la revolución con más revolución, cede todos los espacios conquistados para nuestra independencia del capitalismo al capitalismo, curiosamente en nombre de la independencia. Solo falta la bendición del gobierno del norte.

Es triste ver cómo se traicionó el ideal de Chávez por sostenerse en el poder y por ambiciones personales, engañando con el cuento de un falso socialismo hecho de mendrugos y promesas, de discursos ramplones, de publicidad engañosa. A la muerte de Chávez, lo que ha debido ser una revolución radical se convirtió en entrega; devolverle el país al capital privado, acabando con la esperanza cierta de forjarnos una sociedad más independiente, más justa, más igual y moralmente más poderosa: lo que quiso hacer Chávez de Venezuela, una sociedad independiente del capitalismo, "independencia y patria socialista". Pero hoy se repite el pacto de Nueva York, la traición a los trabajadores y a los pobres.

El nuevo pacto, en su arrebato por el poder, no los pone a pensar en nada más, se pierden en un mar de indignidades, desesperados por conservarse. En mi mente, cuando veo en televisión a Jorge y a Delcy Rodríguez o al Maduro, solícitos, suplicando al gobierno de los EEUU una reunión, pienso en Dobby, el elfo de Harry Potter; mientras la derecha lameculos de Guaidó hace "lobby" de frente en la Casa Blanca, el otro gobierno, el de maduro lo hace por la puerta trasera. Y los dos grupos hablan de independencia (¿quiénes se quieren independizar y de qué se querrán independizar?)

La idea de ser independientes de los Estados Unidos, para tener una vida desgraciada dentro del propio país es la más grande estupidez que uno pueda oír de un supuesto socialista: ser maltratados por "compatriotas", –"podrán ser esclavistas, ser explotadores, ser ladrones, ser asesinos, indiferentes, vendepatrias, ¡pero son nuestros!, ¡en Venezuela cabemos todos!"…, este es el razonamiento de la independencia boba que defiende el gobierno. Y por el otro lado, este mismo razonamiento vale para explicar el nacionalismo hipócrita que defienden los "empresarios nacionalistas", que no son una cosa ni la otra…. ¡Vuelve la pregunta ¿Independientes quiénes, de qué o de quién?!

De las abstracciones (entelequias) manipuladas en los discursos pomposos del madurismo, la menos abstracta, la menos independiente es la independencia. Se puede trampear con la palabra pueblo, democracia, libertad, paz, y casi que no se nota, pero al hablar de independencia uno inmediatamente piensa, ¡independencia de quiénes, de qué o de quién! Por eso Chávez hablaba de independencia y patria socialista, una sin la otra no tienen sentido, se les da el sentido cuando están juntas, en el espacio y en el tiempo. Un pueblo independiente es un pueblo que practica lo que cree; primero cree y luego se conduce en consecuencia, sin importar mucho en lo que crean los otros pueblos, solo se respetan las diferencias. Pero nuestro pueblo no "cree" en el capitalismo, el capitalismo se impone con sus prácticas, no se trata de una visión cósmica ni de algo parecido, del "mito del origen sagrado", ¡esa es la tarea del liberalismo filosófico, fabricar esa cosmogonía desde la práctica del despojo! El capitalismo es una práctica de explotación y de dominación en base a la propiedad privada y los privilegios como ideales, producto de un despojo legalizado, o expropiación de los medios de producción y la riqueza… en nombre de la libertad, que es su excusa favorita.

Un pueblo como el nuestro, Venezuela como país, no cuenta con otra tradición distinta que la independencia, o mejor dicho, que la guerra de independencia, con ella nace Venezuela como república, y esa independencia está íntimamente ligada a Bolívar y a los ideales de justicia e igualdad social, ese sería nuestro "mito sagrado", y nada más cercano al socialismo que eso, y más lejano de la democracia burguesa, impuesta por el imperio a países como los nuestros, colonizados, SUBdesarrollados (no faltará un pendejo, con el yugo al cuello, que susurre que esos son conceptos caducos, "trasnochados")

Cuando uno escucha o lee los "tuiters" de Padrino López, hablando de "Patria", "Independencia", así con mayúsculas, es inevitable hacerse la pregunta: ¡independencia de quiénes, de qué o quién!, porque dependemos de un bloqueo y de unas sanciones para comer y tener salud, del dólar, de unos bonos que se sortean cada mes, del capricho de un policía o de un funcionario de la cantv que se cobran su sueldo con uno, de que Jorge Rodríguez deje o no hablar a un diputado, de que los empresarios quieran repatriar sus capitales robados al país, de lo que decida Fedecámaras, algunos dependen de que el pueblo no se arreche y salga a la calle saquear, el destino del gobierno está en las manos de Biden, el de Padrino López también, la vacuna de que el gobierno pague sus deudas, o sea ¡que no somos independientes un coño…, y que Chávez tenía razón cuando decía!, INDEPENDENCIA Y PATRIA SOCIALISTA! Necesitamos que vuelva el espíritu del Chávez.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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