El capitalismo y el fantasma de la libertad

Las elecciones

Ganarle a un gobierno dictatorial en unas elecciones es relativamente fácil, si no hay trampas groseras. Difícil es ganar en unas elecciones si vas a competir con la bandera del socialismo en contra de un gobierno malo que se dice socialista, además victimizado, disculpado de sus fracasos por los ataques (las presiones) que ejerce un imperio jactancioso en contra del socialismo, tenga éste la presentación que tenga, la falsa o la auténtica.

Estas elecciones, como se sabe, reafirman el sistema de colocar al mismo grupo de "clientes" de sus partidos, dispuestos a obedecer las líneas "políticas" que les caen de más arriba: deben pagar sus postulaciones de alguna manera. Después de las elecciones, sea cual sea la configuración de la asamblea, allí adentro se hará lo mismo. Solo puede haber una variación si algún personaje de forma individual rompiera con la rutina del "toma y dame" de la vieja asamblea nacional peleándose por espacios de poder, de poder hacer sus negocios.

Como se sabe, tanto el madurismo como los guaidoses vienen con propuestas para el país idénticas: privatizaciones, inversiones con dinero del Estado y liberalización de la economía…, y demagogia, la misma promesa de que "el sector privado" (los ricos) harán los verdaderos cambios al país. Dentro de la asamblea estarán peleando a muerte sólo los espacios de poder, no habrá discusiones políticas, unos representando un poco más a los chinos y los rusos, y otros representando más a EEUU y la UE, eso será todo lo político. Sin embargo los dos operarán de la misma forma para conservar la paz social, es decir, a punta de represión; represión porque habrá disconformidad, y con el cuento de "conservar la paz social" pondrán la policía y la guardia nacional en la calle; "y a trabajar duro para sacar el país adelante" (¿No es así como dicen?)

Si todo les sale bien tendremos un retorno calmo a la cuarta república, estaremos justo en el punto donde quedó Caldera, solicitando créditos cuantiosos al FMI para poder dolarizar definitivamente el país y financiar las inversiones privadas con la deuda pública, sostener el rentismo (a los parásitos seudo empresarios), refinanciando una deuda externa impagable, comenzar de nuevo la apertura petrolera, además de seguir devastando y saqueando el arco minero... A los que nada tienen no les queda sino el desengaño.

Estas son las probabilidades. Dentro de ellas cabe la posibilidad de una reacción que defina una salida distinta, más ambiciosa y más consciente.

El plan de la patria

Existe la posibilidad de regresar, sin complejos y mezquindades, al punto donde quedó interrumpido el plan de acción política de Hugo Chávez – o liderado por él –: el plan de la patria original. Defender nuestra independencia, política, social y económica; hacer de la región una potencia política, social y económica (desarrollar una economía planifica –junto a la pequeña y mediana empresa que desee participar dentro de una economía racional, planificada, socialista –); el desarrollo sostenible respetando nuestros recursos naturales, reservas de agua, selvas húmedas, bosques, sabanas, ríos, humedales, etc.; defender la vida en el planeta, salvarla la especie humana de la acción de la especie humana –reducción gradual de nuestra dependencia del petróleo –; abogar por un mundo pluripolar o multicéntrico de concierto, justicia y paz; ir en contra de la lógica del capital, instaurar el socialismo como única manera de salvar el planeta de la destrucción total.

Continuar con el plan de la patria de Chávez es darle esperanza a toda la humanidad, no nada más al país y a la región. Pero esto hay que comprenderlo bien, es un compromiso de vida…

El "plan de la patria de Chávez" fue falsificado cuando se quiso hacer de la economía el centro de problema y no el ser humano; colocando como la solución la liberalización de fuerzas productivas descontroladas, de la economía capitalista, acabando con nuestro futuro matando la idea socialista de planificar el desarrollo, en especial la actividad económica, la cual en el modelo capitalista, además de acentuar las diferencias entre ricos y pobres, es anárquica, demoliendo vida y defecando aridez.

(Los líderes pragmáticos optaron por hacer del plan de la patria una puerta de entrada del capitalismo en el proyecto socialista de Chávez, bien custodiado por la constitución y su persona. Tuvieron que matarlo para poder acceder a los vericuetos jurídicos que hoy les ha permitido decretar una ley dictatorial para borrar a la constitución y el socialismo en un solo movimiento)

La libertad de elegir es solo un fantasma. No hay elección, no hay alternativas; a parte de seguir por el barranco del capitalismo, hay solo una: salvar la humanidad y la vida que la sostiene, y esto solo es posible en una sociedad distinta, planificada, racional y humanista. El capitalismo no va acabar con la vida, lo va hacer sólo con la humanidad, como dice el biólogo naturalista Attenborourgh "En este mundo una especie puede prosperar cuando todo lo demás prospera… no se trata de salvar nuestro planeta sino de salvarnos a nosotros mismos"… Igual, en la sociedad un individuo solo puede salvarse cuando todos los demás se salvan, y para hacer esto debemos pensar y planificar el futuro, equilibrar las cargas en el socialismo, sin escapar a Marte abandonando al resto.

¡Volvamos a Chávez! ¡Volvamos al Plan de la Patria original! ¡Revolución socialista o muerte!



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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