Los fracasados del Progresismo

En estos días el anuncio de la conformación de un connotado grupo de figuritas enmarcadas en los campos de la academia reconocida por la más predilecta distinción de clase, de las compartimentadas vocerías y pantallas que cubren los lujosos lobbies de la información, cubiertas por las carteras de los mercados del marketing publicitario con "rostro humano", "benevolencia", "altruismo", "políticamente correcto". Han reeditado lo que fue -La bancarrota de la II Internacional- descrita minuciosamente en gran detalle científico y filosófico por Vladimir Ilich Lenin, en un documento organizado en nueve apartados, donde devela el carácter y el objetivo político de la socialdemocracia, de lo que estaba encubierto en los partidos y movimientos nacionalistas, liberales, revisionistas del marxismo en sus prácticas más perfectas del oportunismo y de la traición al socialismo comunismo. (Escrito en la segunda quincena de mayo y la primera mitad de junio de 1915. Publicado en septiembre del mismo año en el número 1 – 2 de la revista "Komunist", en Ginebra. Tomo 26, páginas 209 – 265).

"La historia ocurre dos veces: la primera vez como una gran tragedia y la segunda como una miserable farsa", justo en este contexto histórico, le cabe al dedo la famosa frase de Carlitos Marx, que es un sustrato extraído de un original de su gran maestro Hegel, con el que Marx, alude a Luis Napoleón Bonaparte en el texto (El 18 Brumario de Luis Bonaparate), en cuyo Prólogo de la segunda edición de 1869, Carlitos Marx, desarma con su extraordinaria elocuencia literaria y manejo dialéctico de la historia, las referencias limitadas que en términos políticos plasma el gran Víctor Hugo en su obra "Napoleón le petit" que por igual trataba en un reducido y erróneo análisis político Proudhon en su "Coup d’Etat", quien una vez mas demuestra no concebir la concepción materialista de la lucha de clases y la inherente dinámica del desarrollo de las condiciones históricas – sociales, que colocaba a Napoleón en el estandarte de héroe del golpe de Estado de aquella época cuando realmente se trataba de un nefasto, autoritario, laureado por el ascenso de la burguesía en el poder que incursionaba en el expansionismo del imperialismo francés en Europa.

De tal manera, que los fracasados del progresismo del siglo XXI pretenden ser los paladines del "socialismo progresista", azuzando de nuevo la retreta versión de Internacional Progresista. En toda causa, serán la continuación de los -Renegado Kautsky- en comandita con Bernstein.

La última serie fatídica con sus grandilocuentes bruces y fanfarrea mediática corrió el mismo destino al tiempo que en los anales lisonjeros del camino casi ni lo recuerdan, pues, activaremos la memoria histórica reciente, sucedida en el 2009 en Caracas, liderada por Hugo Chávez, convocando a la "V Internacional".

Los nombres de estos hombres y mujeres de la "Internacional Progresista" a verbigracia quedaran sepultos frente a la cara de las grandes mayorías de los pueblos del mundo, la clase obrera, trabajadora, el proletariado internacional, la única clase social de la sociedad que no reniega la lucha de clases, la disputa del poder contra las burguesías y de las batallas de perseverante e irreductible resistencia frente a las estrategias de dominación que desarrolla y ejecuta el imperialismo en medio del actual contexto de reconfiguración hegemónica de explotación, opresión y expoliación supedita a la lógica de subsunción del capital en reordenamiento geopolítico mundial.

Jane Sanders, Bernie Sanders, Noam Chomsky, Naomi Klein, Yanis Varoufakis, Pierre Sané, Katrín Jakobsdóttir, Elizabeth Gómez Alcorta, Álvaro García Linera, Evo Morales, Manuel López Obrador, Rafael Correa, Lula Da Silva, Fernando Haddah, Celso Amorim, Cristina Kirchner, Giorgio Jackson, Renata Ávila, Carola Rackete, Arundhati Roy, Srecko Horvat, estos son parte de los nombres que seguramente reconocemos como archi doctorados intelectuales, ex presidentes, ministros, diputados, escritores, operadores de la casta política eurocéntrica y latinoamericana que alzaron al revés las banderas de la lucha revolucionaria, otros, que solo han quedado en gestos de plausibles premios entre las tribunas del circo institucionalista de las academias y los congresos burgueses, financiados por los consorcios de fundaciones estafetas de gavetas de gobiernos y firmas empresariales adheridas a la contratos conciliadores entreguistas de la rebeldía revolucionaria de nuestros pueblos que apuestan por la destrucción de la clase burguesa y la abolición del capital.

A todos estos pequeñoburgueses, estafadores, reformistas, socialdemócratas, oportunistas y traidores de la revolución de la fracasada "Internacional Progresista" quienes en alguna oportunidad se han presentado bajo el manto de "marxistas" fingido tras el sensacionalismo de la mejor escuela de teatro y de la comedia heredada de Aristófanes y de la tragedia de Esquilo, son todos actores y actrices de una novela dirigida a los lectores de medios burgueses que por sobremanera han desechado la acción de la lucha de clases, en su ardid manipuladora de la acción política revolucionaria presentada como configuración ecléctica de la filosofía marxista, alejados de la solución histórica de los conflictos sociales que describe la agonía catastrófica del capitalismo imperialismo.

Citaremos en respuesta argumentativa el peso de encima que jamás se han podido sacar de sus sesos la secta originaria de la socialdemocracia, V. I Lenin, [La bancarrota de la II Internacional], "La bancarrota de la II Internacional se ha manifestado con la máxima evidencia en la flagrante traición cometida por la mayoría de los socialdemócratas oficiales de Europa contra sus convicciones y contra sus solemnes resoluciones de Stuttgart y de Basilea, Pero esta bancarrota, que representa el pleno triunfo del oportunismo, la transformación de los partidos socialdemócratas en partidos obreros nacional-liberales, no es mas que el resultado de toda la época histórica de la II Internacional, la época de fines del siglo XIX y comienzos del XX".

Con notoria anterioridad ya tanto Karl Marx como Engels habían precedido tal bancarrota, he aquí esta pequeña nota con la que de forma certera y concentrada realiza el formidable Friedrich Engels a uno de los papanatas, dirigentes del movimiento laborista británico Henry Hindman, en una carta dirigida a Friedrich Adolph Sorge, quien fue secretario general de la Primera Internacional entre 1872 a 1874. Además, fue el organizador de la -Unión Internacional del Trabajo- en Hoboken, Nueva Jersey, 1883. Sorge y Marx mantuvieron correspondencia regularmente desde la década de 1860 hasta que Marx murió en 1883. Otro dato curioso es que su sobrino, el gran Richard Sorge, ejemplar oficial de la inteligencia militar soviética, quien desempeño un papel trascendental en el trabajo encubierto tanto contra el imperio de Japón como contra el develamiento de los planes de Hitler en la Alemania nazi de 1940 – 1941.

[Londres, 7 de diciembre de 1889

AQUÍ, en Inglaterra, puede verse que es imposible machacarle simplemente una teoría en forma abstracta y dogmática a una gran nación, aun cuando se posea la mejor de las teorías, surgida de las propias condiciones de vida, y aun cuando los tutores sean relativamente mejores que el SLP.[1] El movimiento ha echado a andar por fin, y creo que para bien. Pero no es directamente socialista, y los ingleses que mejor han aprendido nuestra teoría se mantienen fuera de él: Hyndman, porque es incurablemente celoso e intrigante; Bax, porque es tan sólo una rata de biblioteca. Formalmente, por el momento el movimiento es sindical, pero absolutamente distinto del de las viejas trade unions, los obreros calificados, la aristocracia del trabajo.

La gente se está poniendo al trabajo en forma muy distinta, está conduciendo a la lucha a masas muchísimo más colosales, está conmoviendo mucho más profundamente la sociedad, está planteando demandas de mucho mayor alcance: jornadas de ocho horas, federación general de todas las organizaciones, solidaridad total. Gracias a Tussy[2] se han formado por primera vez ramas femeninas, en el sindicato de obreros del gas y en la Unión General Obrera. Además, la gente sólo considera como provisorias sus demandas inmediatas, si bien ellos mismos no saben todavía cuál es el objetivo final por el cual están trabajando. Pero esta idea nebulosa está lo bastante arraigada como para que sólo elijan líderes declaradamente socialistas. Como cualquiera, deberán aprender por experiencia propia y por las consecuencias de sus propios errores. Pero como, a diferencia de las viejas trade unions, toman en sorna y ridiculizan toda sugerencia de identidad de intereses entre el capital y el trabajo, esto no tomará mucho tiempo...

...Lo más repulsivo de aquí es la "respetabilidad" burguesa, que se ha adentrado profundamente en los huesos de los obreros. La división de la sociedad en una escala de innumerables gradaciones, cada cual, reconocida sin discusión, cada cual, con su propio orgullo, pero también con su respeto innato por sus "mejores" y "superiores", es tan antigua y está tan firmemente establecida que al burgués le sigue siendo facilísimo que le acepten su carnada. No estoy del todo seguro, por ejemplo, de que John Burns no esté para sus adentros más orgulloso de su popularidad entre el cardenal Manning, el Lord Mayor y la burguesía en general, que de su popularidad dentro de su propia clase. Y Champion —un exteniente— ha intrigado durante años con los burgueses y especialmente con elementos conservadores, ha predicado el socialismo en el Congreso de las Iglesias, etc. Incluso a Tom Mann, a quien considero el mejor de todos ellos, le gusta mencionar que habrá de comer con el Lord Mayor. Si se compara esto con los franceses, se puede ver para qué sirve, después de todo, una revolución. Sin embargo, ello no le ayudará mucho a la burguesía, si no logra seducir a alguno de los líderes. El movimiento ha sido demasiado reforzado para que sobrevenga algo de esta suerte.]

[1] Socialist Labour Party of North America. Nombre adoptado en 1877 por el Partido Obrero Socialdemócrata de Norteamérica, fundado en 1874, principalmente por alemanes. (N. Ed. Ingl.)

[2] Eleonor Mary Aveling (1856-1898) la hija menor de Marx.

(Primera edición; Colección de la correspondencia de Marx y Engels publicada por vez primera en alemán en 1934 a cargo del Instituto Marx-Engels-Lenin de Leningrado. La segunda edición, ampliada, se realizó en inglés en 1936. Versión castellana de la presente carta: C. Marx & F. Engels, Correspondencia, Ediciones Política, La Habana, s.f.)


 

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Sergio Gil

Licenciado en Ciencia Política y Relaciones Internacionales.

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