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Maduro el comunismo: ¡un fantasma que el pueblo repudia!

El comunismo es intrínsecamente perverso. Fue el Papa Pío XI quien afirmó que "el comunismo es intrínsecamente perverso, y no se puede admitir que colaboren con el comunismo, en terreno alguno, los que quieren salvar de la ruina la civilización cristiana" (Encíclica Divini Redemptoris n. º 60).

La economía de Venezuela es y seguirá siendo capitalista, y no un socialismo anacrónico, que el socialismo bolivariano quiero imponer a trate y moche con apoyo militar.

La súbita subida del dólar esta semana que termina sobre los 20.000 bolívares nos dice que en Venezuela no habrá comunismo, socialismo. Ni el rancio capitalismo de estado.

Muchos expertos consultados sobre la actual crisis económica y política que vive Venezuela, me explican su gravedad, así como las causas de la misma.

De Venezuela se discute en los escenarios internacionales de que si aquí existe una "dictadura comunista" cuya crisis económica es el estruendoso fracaso del "socialismo del siglo XXI". Existe un fuerte argumento, y es que en Venezuela existe una economía capitalista. Considerar la economía venezolana como "socialista" se ha vuelto un estudio de la materia económica y militar en amplios sectores del poder internacional.

Cuando se analiza la tuberculosis ideológica, en amplios sectores de la izquierda totalitaria venezolana y sus aliados que se la chulean, cuando minimizan o niegan la crisis económica, y defienden incondicionalmente al gobierno de Maduro, y definen a Venezuela como una "revolución socialista en marcha", donde la nomenklatura estalinista avanza en la construcción del "socialismo" echándole la culpa de la crisis a Donald Trump, y a la oposición venezolana. Desde esta óptica también se pone en duda el carácter socialista de la economía venezolana.

Aquí es donde nos preguntamos sobre la miseria que azota a Venezuela ¿Qué tan socialista es la crisis económica venezolana? ¿Qué tanto ha avanzado el gobierno de Maduro en la construcción de una economía socialista? Para responder este análisis, es importante tener presentes las características principales por las que se rige una economía capitalista.

La economía capitalista tiene una producción privada amplia y generalizada, con la participación mayoritaria de empresas privadas de carácter capitalista, Con una alta participación del pueblo asalariado en ese sector productivo, donde se acumula capital (Ver quienes fabrican los productos que vienen en las bolsas de alimentos clap).

Hay qué ver lo distante del socialismo, y muy cerca del capitalismo donde estaría entonces la economía de Venezuela.

Según datos en reserva antes de la revolución bolivariana el sector privado generaba el 60 por ciento del PIB. Durante todo el periodo revolucionario de Chávez este porcentaje se mantuvo por encima del 60 por ciento, alcanzando incluso el 70 por ciento en el 2007. Tras 21 años de gobierno bolivariano, el sector privado ahora produce sobre el 80 por ciento del total del ingreso nacional.

Estos datos demuestran como la economía venezolana es de carácter capitalista, donde predomina la producción y comercialización privada de bienes y servicios, y que el gobierno no ha podido disipar esa realidad latente en su alicaída economía. Contrariamente a lo que muchos creen, en ese archipiélago de la izquierda ultrosa, en Venezuela hay una sólida y acaudalada clase comercial capitalista, ahora en manos de árabes y chinos explotadores de la mísera clase proletaria venezolana. Donde los empresarios venezolanos empleadores, a excepción de árabes y chinos. Como en todos los países capitalistas, están agrupados en sus respectivos gremios económicos.

Las expropiaciones realizadas por Hugo Chávez, no tocaron a la macolla capitalista venezolana, y no cambiaron el carácter capitalista de la economía, cuando miles de pequeñas y medianas empresas fueron expropiadas, especialmente en el sector de la producción en general, y el agro.

Este año 2019 que está finalizando la participación privada de capital en Venezuela es de una fuerte inversión extranjera en proyectos como el del Arco Minero del Orinoco el cual prevé la explotación de minerales estratégicos como el carbón y el manganeso; el oro, hierro, bauxita, cobre, cromo, magnesita y níquel, y que contará con la participación de empresas rusas, canadienses, chinas etc. Al parecer la "revolución bolivariana" es de carácter extractivista, con la participación del gran capital trasnacional que dicen combatir, y que va a arruinar el río Orinoco en el que Simón Bolívar dio inicio a la campaña libertadora.

Queda demostrado que la economía venezolana sigue siendo de carácter capitalista por estar basada en el mercado, la propiedad privada, el trabajo asalariado y la acumulación de capital.

Las políticas económicas del gobierno de Maduro con controles de precios, subsidios etc. No han cambiado el modelo capitalista de la economía venezolana, ni son la expresión de una revolución social que haya derrocado a la derecha capitalista, sino más bien una revolución gatopardiana en el marco del respeto al gran capital, nacional y extranjero. Y la indudable crisis de especulación e inflación donde esta escalada desbocada del llamado dólar guarimbero, no es, sino otra muestra del fracaso del socialismo en Venezuela, y del mal manejo de una economía capitalista por parte de un gobierno intervencionista.

El problema de Venezuela es causado por el capitalismo de Maduro: una "reforma social en el marco del respeto al gran capital, nacional y extranjero". Basta ver los productos que contienen las bolsas claps, las medicinas importadas, las partes de vehículos que subsidian y regalan, para que vean que son producidas por empresas privadas nacionales y extranjeras. Donde el llamado proletariado es ajeno al trabajo y la productividad.

Otra prueba del capitalismo imperante en Venezuela ha sido y seguirá siendo la anarquía del capital venezolano, ley fundamental que se expresa en las guerras intestinas entre capitalistas: árabes y chinos por una parte, y de los nacionales y transnacionales por la otra, por controlar la producción y el mercado, nacional y transnacional, de la economía. Esto es lo que se vive en Venezuela, producto de un sistema político y económico anacrónico: luchas intestinas entre grupos capitalistas por el control político del trabajo y del capital.

La crisis económica y política que vive Venezuela se debe a que el gobierno bolivariano cohabita con un "socialismo de garaje", según el desastre presentado, que no ha podido o querido reemplazar por un gobierno socioeconómico de calidad plena.

Si la prosperidad de este país estaría asegurada por la instauración de una auténtica dictadura del proletariado, la existencia de un partido y un pensamiento político único, la abolición de la propiedad privada, la purga o el destierro del disidente y el desarrollo de una economía centralmente planificada. La izquierda venezolana estaría en mora de agitar desde ya estas esperanzadoras consignas premonitorias de una Venezuela progresista mucho más prospera que una Venezuela conducida por una revolución condescendiente con el capitalismo especulador árabe-chino. La crisis venezolana se debe al eventual: "mal manejo de una economía capitalista". Maduro y la nomenklatura debiera eventualmente tomar entonces clases en Wall Street y abandonar la escuela de la Habana para asegurar la prosperidad de Venezuela.

Solo el totalitarismo estalinista puede llegar a la conclusión que el desastre humanitario y la destrucción económica y social de Venezuela es producto del "mal manejo de una economía capitalista por parte de un gobierno intervencionista.

Según los criterios de Raya Dunayevskaya y/o Amadeo Bordiga, intelectuales marxistas, quienes criticaron que el Marxismo-Leninismo, y según ellos fue mal interpretado, y se creó un "capitalismo estatal". Para esos iluminados marxistas: la escasez, el terror, la inflación, el asalto a las libertades, la tiranía, el totalitarismo, la represión, la violación de derechos humanos nunca es culpa de esta nefasta doctrina sino de los líderes que no la saben implementar. Y se entendería que la "dictadura del proletariado" con los medios de producción manejados por el "proletariado" traería a Venezuela éxito económico y social.

El socialismo en el siglo 20 fracasó y tuvo su muerte histórica con la caída del muro de Berlín. Venezuela es otro ejemplo de esa visión anacrónica redistributiva. La piedra angular del socialismo marxista es la eliminación de la propiedad privada pues esta presupone el vehículo de explotación capitalista a las masas obreras. Que en Venezuela no se haya logrado dicha eliminación no significa que no exista el comunismo aquí. Lo que indica es que el comunismo, es una quimera. Jamás se ha logrado extinguir la propiedad privada completamente en ninguna parte del mundo.

Lo que si ha logrado el comunismo ejemplo la Venezuela del siglo XXI, es que el pueblo viva en miseria mientras sus líderes disfrutan las mieles del capitalismo y la propiedad privada. El comunismo busca una utopía imposible que siempre termina en distopia orwelliana. Fidel Castro era comunista. Tenía ambiciones geopolíticas e instauró el mal llamado "socialismo del siglo 21" en Venezuela. Son estos principios, que, aunque no han llegado a concretarse 100%, tienen a este bello país sufriendo hambre, terror, opresión, y miseria.



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Edgar Perdomo Arzola

Analista de políticas públicas.

 Percasita11@yahoo.es      @percasita

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