¿Por qué los chinos y no la revolución?

La mentira de Maduro tiene que ver con lo vacuo que son sus palabras, el sinsentido de sus discursos, y la actitud que asumen todos en su gobierno – no nada más Maduro –, convencidos de que sus propias mentiras son ciertas, inclusive, que son constatables. Es el caso de la alharaca sobre la cultura del trabajo, la eficacia y la eficiencia revolucionarias, con la cual le ofrecen al país soluciones pero en manos de rusos y chinos, ellos admiten que no tienen mucho carácter para eso.

"18 agosto 2019 - …la ministra del Poder Popular para Ciencia y Tecnología, Gabriela Jiménez convocó a trabajadoras y trabajadores de las telecomunicaciones para ofrecerles información sobre el «proceso de autonomía gerencial» entre Cantv y Movilnet.: "Ambas empresas son del Estado, de sus trabajadoras y trabajadores, y de todos los ciudadanos", indicó…. "Esta decisión no es más que un deseo de llevar a ambas Empresas al fortalecimiento de sus capacidades con todos los trabajadores. Trabajando, activos, participando y conectados con la cultura del trabajo",… …Otras fuentes, en cambio, han reiterado lo que anunció el Presidente Nicolás Maduro el pasado 24 de mayo, cuando creó la Corporación Nacional de Telecomunicaciones y Servicios Postales: que se está negociando con empresas como Huawei y ZTE para la recuperación y actualización de la infraestructura de Cantv y Movilnet, pero que ambas empresas continuarán perteneciendo al Estado venezolano." Según la ministra ¿Quién será el que no posee la cultura del trabajo?

¿Se está negociando qué? ¿Por qué nadie debe saber lo que se está negociando? Mientras no se sepa nosotros lo suponemos, hablamos de la venta de CANTV y Movilnet a los chinos, o digamos, el control operativo de las dos empresas. O suponemos que esto se debe a otro episodio de negligencia y privatización, el cual se trata de ocultar en negociaciones hechas a espaldas de los venezolanos, en secreto, sin dar mucho tiempo a las protestas de mucha gente, de los trabajadores, de la "gente de izquierda", y para que nadie piense que este gobierno no es capaz de solucionar los problemas con firmeza y decisión, a manos de la eficiencia y eficacia de los chinos, y la "cultura del trabajo", a la cual la ministra invoca sin pensar, repitiendo el discursito de Maduro, tan huero como el sonido del mar en la concha de un caracol, y que no significa otra cosa que: ¡Trabajador, No protestes! ¡Cálatela con los chinos!

Detrás de este pequeño misterio está el pago de alguna deuda, quizá para que los chinos usen las dos compañías como plataformas tecnológicas para sus desarrollos en el país, o dinero fresco; uno tiene todo el derecho a imaginarse cualquier cosa considerando que no fuimos debidamente convocados a las negociaciones (considerando que las empresas son de todos los venezolanos). Sin embargo, el motivo más evidente y notorio, de conocimiento público, es la escasez de trabajo, de eficiencia y eficacia en la dirigencia de la "revolución del comandante Maduro" (como lo llaman los despalomados), condiciones necesarias para hacer un buen gobierno. Es probable que hagan lo mismo con Corpolec, que la entreguen a alguna empresa rusa o china "para la recuperación y actualización de la infraestructura", como pago de algo y para que funcione como debe ser… Una batalla de eufemismos, los cuales sirven para distinguir las privatizaciones con chinos y rusos de las otras.

Para Maduro esto no significa perder soberanía, el considera que ambos, chinos y rusos, son como de la casa, distintos y diferentes pero mejores que los gringos. Y más trabajadores, eficientes y eficaces que, por ejemplo, la plana mayor de nuestra fuerza armada y la ANC, de donde sale la mayoría de sus ministros, viceministros, gerentes, directores, presidentes, asesores (cuando no vienen de afuera): las dos reservas humanas de donde sale la burocracia de Maduro.

…Pero hablábamos de la mentira. Siempre hay que mentir cuando se hacen las cosas –las que realmente se hacen – a escondidas, solapadamente. Todo lo demás, lo que él dice que se hace, o que se ha hecho, o que se hará, es mentira.

Para reunirse con los EEUU Diosdado exige, primero, hablar con el jefe, con el dueño del circo, no con los payasos. Otro de los "requerimientos" es "que en caso de llevarse a cabo un diálogo, los temas hablados en él serían totalmente en secreto." Noticias 24; 19-08-19.

A los seguidores del gobierno de Maduro les parece muy normal que una cúpula de funcionarios se reúna con los EEUU, o con otra cúpula de la llamada oposición, y decidan el destino del país en reuniones secretas. ¿Quién les habrá dicho que eso tiene que ver con revolución? ¿Qué clase de revolucionarios son esos ministros y diputados que no protestan por las negociaciones secretas? La revolución socialista tiene de socialista que todas las decisiones importantes que involucran el destino de toda la sociedad se toman de cara a ella, en asambleas, con referéndum. ¿Cómo justifican el secretismo activo Jaua, Jorge Rodríguez, Aristóbulo, el ministro del trabajo, el locutor Mario Silva, el filósofo del Zulia y toda la caterva de farsantes que se llaman revolucionarios? El tiempo es implacable. Cada minuto que pasa descubre el rostro del farsante, se les chorrea el maquillaje frente a todas las miradas.

¡Cómo se quejaron del comandante Chávez!, del fastidio de las llamadas de madrugada, de los regaños para que trabajaran estos políticos presumidos; tanto que le mentaron la madre en silencio, o en secreto, y ahora acaban entregando "la cultura del trabajo" a los chino y a los rusos, y es que los trabajadores siempre hemos trabajados subordinados a gerentes y jefes.

Estos socialista de comedia terminaron como los chinos diciendo: "si no hay lial no hay lopa", "trabajando duro", pero para hacerse ricos, para llenar el abismo de sus insatisfacciones, el cual no tiene fondo, maldiciendo la existencia Chávez porque los puso a trabajar por la sociedad, a apiadarse de los verdaderamente necesitados, a sensibilizarse de las desgracias ajenas; pero su petulancia no les permite hacer trabajos intelectuales ni manuales, ellos (los petulantes) ya están hechos, todo lo saben y todo lo pueden, por eso son los mejores amigos de los chinos y de los rusos, para negociar el "trabajo duro" a cambio del dinero, del petróleo, del oro y similares, de todos nosotros.



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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