La nueva constituyente de la revolución indestructible

La convocatoria del Poder Constituyente Originario responde a un momento histórico que reclama la participación de todo el pueblo para buscar las soluciones definitivas a problemas profundos y graves que afectan la vida económica, social, política, militar, cultural, del país, junto a sus autoridades legal y legítimamente constituidas.

Para que una convocatoria sea legal y legítima, el Artículo 348 de la actual Constitución de la República Bolivariana de Venezuela indica que los convocantes pueden ser solamente el Presidente o Presidenta de la República en Consejo de ministros; la Asamblea Nacional en los dos tercios de sus integrantes; el Poder Municipal en los dos tercios de los cabildos de todo el país; y el propio pueblo a través de un 15 % de las personas inscritas en el Registro Electoral. En consecuencia, cualquiera de esas cuatro autoridades constituidas y no otras, son las facultadas constitucionalmente para convocar el Poder Constituyente Originario.

Como en la vieja Constitución moribunda no existía un artículo como el 348 actual, el presidente Hugo Chávez aplicó lógicamente el procedimiento de la consulta previa a través de un referendo consultivo para garantizar y proteger la legitimidad de la convocatoria de la Constituyente de 1999. Hoy, en julio de 2017, ese referendo consultivo no es necesario ni obligatorio, sino más bien optativo o agregado. De manera que la actual convocatoria puesta en marcha por el presidente Nicolás Maduro es total y absolutamente legal y constitucional; y será la misma elección del 30 de julio próximo la que determine y le confiera el grado de legitimidad con base en el porcentaje de participación del elctorado.

En tal sentido, si la votación del pueblo soberano este próximo 30 de julio de 2017, se ubica por debajo del 50%, la legalidad de la ANC tendrá un nivel de legitimidad bajo, débil, que los opositores querrán utilizar para seguir en el sabotaje y la destrucción. Pero, si la votación se ubica por encima del 50% la legalidad de la próxima ANC gozará de total y absoluta legitimidad. Ningún otro poder, ni fuerza nacional o extranjera podrá cuestionar su total validez. Este es precisamente el reto que tenemos por delante, porque los enemigos de la patria, del pueblo y del proceso bolivariano, pretenderán utilizar cualquier debilidad para seguir atizando la guerra y la intervención extranjera.

En consecuencia, la tarea más importante en esta campaña electoral es que la gran mayoría del pueblo se involucre y participe, se movilice activamente y protagonice el debate y el diálogo constituyente. Que desde ya, el pueblo se asuma como Poder Constituyente Originario para buscar las soluciones efectivas, estructurales y definitivas a los graves problemas que hoy afectan integralmente nuestras vidas, así como la estabilidad y la seguridad de la patria.

En 1999, el comandante Chávez tuvo la sabiduría de convocar el Poder Constituyente para refundar la República en un contexto de justicia y paz, necesario para superar la pobreza extrema, la exclusión social, la marginalidad y la ausencia de derechos y de democracia al que estaba condenado nuestro pueblo en aquella Cuarta República podrida de corrupción y entreguismo. Sin embargo, tuvo que enfrentar también el asedio y las amenazas del enemigo imperialista y la oligarquía que finalmente pudieron darle el golpe de estado el 11 de abril de 2002. Pero, inmediatamente, el 13 de abril, el Poder Constituyente salió a las calles y se convirtió en Poder Popular en unión cívico-militar patriótica, revolucionaria, que logró derrotar ese nefasto, anti-popular y pro-imperialista golpe de estado, encabezado por la Coordinadora Democrática (hoy MUD) y su oligarca- dictador Carmona Estanga.

Igualmente hoy, a 18 años de aquella afortunada Refundación, el presidente Nicolás Maduro, siguiendo esa misma experiencia del Comandante Supremo e invocando esa misma sabiduría política, ha convocado a Constituyente para refundar el sistema de protección y seguridad del pueblo venezolano todo, sin distinción alguna. La ofensiva de la guerra económica, mediática, criminal y cultural, es la configuración sistémica-estructural del nuevo tipo de asedio y amenaza del imperialismo y sus lacayos contra la paz y el bienestar de la República. En consecuencia, se requiere de una refundación constitucional para derrotar ese nuevo tipo de asedio y amenaza en un contexto de justicia y paz. Es decir, frente a ese plan sistémico-estructural de destrucción y guerra, tenemos el deber y la responsabilidad histórica de oponer mayores fortalezas y blindajes a nuestro sistema político-socio-cultural bolivariano, independiente y socialista, consagrado en nuestra Constitución y en el Plan de la Patria, legados centrales de nuestro comandante Chávez.

Todo lo dicho, debe materializarse en la acción transformadora, en la práctica revolucionaria, en la praxis histórica, dialéctica, que nos permita derrotar la violencia y la guerra, para darle cauce libre y hegemónico al poder del Soberano. En ese sentido, la tarea fundamental de los verdaderos y verdaderas chavistas y pesuvistas, patriotas y revolucionarios, consiste en ocuparnos de atender las necesidades urgentes de nuestro pueblo y no de rendirle culto al electoralismo demagógico, o al burocratismo, la ineficacia y la corrupción.

Es un deber ineludible que los candidatos y candidatas de la Constituyente se unan para atender los reclamos de las mayorías populares agobiadas por la especulación incontrolada de los precios de los alimentos y demás bienes de consumo masivo, la desatención y falta de medicamentos en los centros hospitalarios, la inseguridad en las calles, el mal servicio y especulación en el transporte público, la escasez y la especulación del servicio de gas doméstico, etc. etc. De allí deben surgir propuestas constitucionales para soluciones históricas, concretas y efectivas para el nuevo tiempo histórico de esta revolución del pueblo y para el pueblo. Solo así esta revolución seguirá siendo auténticamente bolivariana, chavista, noble, hermosa, latinoamericana, universal e ¡INDESTRUCTIBLE!

 

chfariasa@hotmail.com



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Christian Farías

Licenciado en Educación. Docente universitario.

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