Nicolás, la falta de autoridad es la peste que nos carcome

El gentilicio, nuestros orígenes, lo que fueron nuestros antepasados no es historia muerta. “La patria es el hombre” cantaba Alí Primera y eso tiene un profundo significado. Significa que cada hombre y cada mujer que hemos nacido en esta tierra de gracia conformamos la patria y a ella nos debemos. Si alguien no piensa así entonces está mal, no tiene conciencia del deber patrio, vive otra realidad subjetiva y no es afecto al crecimiento armónico del país donde nació y vive con sus descendientes. Nuestro hogar es una patria en miniatura y lo amamos y defendemos a cualquier precio, practicamos la solidaridad en familia y tratamos de vivir con el mayor bienestar posible, en armónico enlace con nuestros vecinos y con el ambiente que nos rodea.

Lo contrario a eso es una involución que nos llevaría a la autodestrucción. No venimos a dar clases de civismo a nadie pero vivimos en un gran país y entre todos (as) debemos hacerlo crecer en todas las áreas. A lo largo de estos últimos 60 años hemos pasado por situaciones difíciles por culpa de políticos mercenarios que solo les ha interesado el lucro personal, el ansia de poder y desligados de la sagrada misión de luchar por desarrollar a Venezuela en los campos industriales, alimentario, educativos y de salud, prioritariamente, amén de la preservación del ambiente. Pero no ha sido así.

El rentismo petrolero nos ha traído a la realidad actual; no ha habido conciencia social para tener una soberanía alimentaria y reducir las importaciones por falta de un aparato productivo que nos haga cada día más merecedores del bienestar social y no ser tan dependientes del precio de barril de petróleo. El presidente Chávez hizo un gran esfuerzo y lo asesinaron en el intento. Cometió errores pero sus aciertos y obras sociales superaron en la balanza, lo que no se hizo como debía. El exministro Giordani habló de unos 20.000 millones de dólares desaparecidos por empresas de maletín del antiguo SAIME y que hasta hoy el actual gobierno escurre el bulto sobre ese tema. ¿Y el señor Giordani se dio cuenta del atraco después de salir del gabinete ejecutivo? ¿Por qué no lo dijo antes, y por qué no actuó en consecuencia?

Es cómplice del delito por omisión, al igual que sus colegas del Banco Central, Cadivi y derivados. Como buenos burócratas sólo estaban en las poltronas del poder y divorciados del poder popular del que tanto hablaban. Estuvieron varios años al lado del comandante Chávez y no aprendieron NADA sobre el socialismo, era el propio presidente el que recorría el país y tomaba decisiones por ellos pues no hacían el trabajo que les correspondía. Chávez no era un superhéroe, no lo podía hacer todo y sufrió las consecuencias de no poder llegar al umbral de la transición al socialismo. Aquí nunca hubo un gobierno socialista y el propio comandante Chávez lo advertía pero su entorno íntimo pretendía ilusionarnos con una revolución a toda marcha hacia una sociedad socialista. El presidente del Banco Central, Nelson Merentes se reunía con cientos de empresarios de espaldas al pueblo.

Hoy tenemos las consecuencias de esas misteriosas reuniones con gente comprometida con su bienestar personal y conspirando tras bastidores contra el gobierno de Chávez y el de Maduro. Al morir Chávez el imperio y sus arrastrados lacayos de aquí vieron la oportunidad dorada de acabar con lo que había dejado el arañero de Barinas sepultando al presidente Maduro más temprano que tarde. Hoy estamos convulsionados, no hay un rumbo definido en política económica y desarrollo social, el pueblo no es escuchado y el que opina diferente es tildado de contrarrevolucionario y agente de la CIA. El propio comandante eterno repetía lo de “irreverencia en la discusión y lealtad en la acción”. Apareció el fanatismo y la satanización a la crítica correctiva.

El problema cardinal radica en la falta de amor a la patria y la ausencia de solidaridad, a la falta de conciencia del deber social, del deber de cada uno de nosotros para que el país avance a mejores derrotero y sobre todo, a la ausencia del ejercicio de la autoridad. No hay un solo alcalde y gobernador que salga a las calles a recorrerlas y percatarse de las necesidades que ladran en cada rincón de sus ciudades y estados. Calles semi destruidas, algunos indigentes que no son llevados a refugios dignos (Chávez redujo esa cantidad de personas de la calle), transporte público deficiente, obras numerosas sin terminar, Consejos Comunales casi todos ladrones que no son supervisados ni mucho menos auditados. Policías y Guardias Nacionales corruptos  las ciudades y en frontera con Colombia. También es justo decir que no es posible que un policía que sale a arriesgar su vida gane un piche sueldo que no le alcanza ni para la cesta básica alimentaria igual que los soldados de la FANB y así son fácil víctimas de la tentación a corromperse.

Esto no lo justifica pero sí lo explica. Los mejores salarios deben ser para los educadores, los médicos de hospitales públicos y a los cuerpos de seguridad. ¿Cómo va a progresar un país si no hay amor por el mismo? ¿Cómo vamos a progresar con policías bandidos, con militares corruptos, con diputados burócratas disfrutando las mieles del poder olvidando el compromiso con sus electores? Vivimos casi en un estado de anarquía por la ausencia de autoridad. Si la autoridad no se hace presente entonces el desorden se generaliza y será demasiado tarde para enderezar entuertos. El contrabando hacia nuestra enemiga Colombia es grosero por falta de ciudadanos patriotas que no les importa su prójimo, solo piensan en hacer dinero pasando por encima de todos, no les importa que los niños no tengan pañales ni leches maternas, que no consigamos alimentos básicos y que los revendan buhoneros con 2000% de usura y a la vista de todo el mundo, con la complicidad de los gobernadores de fronteras que no accionan a sus policías para decomisar y enviar a la cárcel a tanto delincuente de aceras. No hay autoridad, estamos desamparados, hacemos miles de denuncias y no son atendidas ni el 1% por causa de ciudadanos apáticos que no hacen su trabajo.

En varios supermercados no le venden algún producto regulado a aquél que tenga su cédula de identidad vencida. ¿Con bestias así vamos a salir adelante? ¿Quién le dijo a esos cajeros(as) que la identificación personal debe estar vigente si para votar por un presidente no se toma en cuenta ese requisito de vencimiento? ¿Cómo vamos a salir de donde estamos si hay “venezolanos” que se alegran porque haya escasez de alimentos (por las razones que sea), que se alegran porque quemaron un autobús de transporte colectivo o porque mataron a un chavista? ¿Cómo vamos hacia un estado de bienestar social si el gobierno alcahueta regala dólares a 6.30 bs a empresarios del ramo alimentario y sanitario que luego nos lo venden a dólar paralelo y/o desvían esos rubros por los caminos verdes hacia el hermano Caín (Colombia)? ¿Cómo vamos a salir adelante con tanta impunidad a todo nivel, cuando no se castiga la traición a la patria, la corrupción de cuello sucio y un  sin fin de crímenes abiertos? ¿Cómo es que se entregan recursos del erario público a Consejos Comunales y a diversos grupos sociales y no se hace seguimiento a los mismos? No hay dolientes. Llegan al poder municipal, regional y nacional y se olvidan del soberano. Muy poca gente cree en los políticos del momento, hay mucho desencanto, escepticismo y eso es muy peligroso.

¿Ustedes creen que con una rimbombante cumbre de las américas vamos a solucionar los problemas internos? ¿Puede alguien creer en la inocente idea que el imperio ya nos dejará tranquilos? ¿Hasta cuándo nuestros medios se van a seguir ocupando de una rancia y degradante oposición criminal y antipatria, hasta cuándo coño? Estamos desasistidos por funcionarios que no quieren a su país, muchos de los cuales se venden por 30 monedas de dólares, que ponen miles de trabas para cualquier trámite oficial, que disfrutan el hacernos esperar horas en una cola? ¿Con esos malnacidos vamos a echar el país adelante? No lo creo y no soy optimista. Si las autoridades no ejercen su rol entonces se jodió todo y vamos por esa ruta, lamentablemente. Hace falta un arrecho golpe de timón o el barco se hundirá en aguas gélidas.

 



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Efraín José Granadillo


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