El “Via crucis” de Hugo

“Yo quiero que me devuelvan a Chávez, yo voté por Chávez

y quiero que termine su mandato”

Mujer del pueblo el 13/04/2002

Esperé a que pasaran los días de la llamada “Semana Santa” para presentables estas líneas y evitar así los inmediatos comentarios nefastos, que su contenido pudiera originar. Y es que cuando Jesús El Salvador vino al mundo, traía como meta la salvación de la humanidad… sí, redimir al hombre, librarlo del “pecado original”. Su historia nos muestra a un ser que nació en un pesebre porque lo buscaban para matarlo apenas viera la luz del mundo; sus padres, un humilde carpintero y su esposa,  peregrinando en su huida para poder salvarle. De su juventud se sabe poco, hasta que nos lo muestran discutiendo en los sanedrines  con los fariseos de la época, a quienes por cierto, dejaba deslumbrados y asustados por sus conocimientos y sus razonamientos. Luego sus obras y finalmente su vía crucis, el cual padeció sólo por amar a la humanidad.

Y esto es lo que muchos considerarán odioso: cuándo Hugo apareció en la escena nacional, poco se sabía suyo. Simplemente que era un soldado, perteneciente al grupo de los “comacates”,  que protagonizaba una rebelión militar, con el ideario Bolivariano en la mano, junto a un grupo de compañeros de armas, que nacidos del pueblo, estaban cansados de ver como éste sufría los maltratos de gobiernos hambreadores. La insurrección no tuvo el éxito deseado, él asumió la responsabilidad del hecho y fueron encarcelados. Ese día lanzó su ahora famosa frase “POR AHORA” y dejó sembrada la semilla de la esperanza..

Un par de años después fue indultado por el Presidente Rafael Caldera y salió a recorrer las calles de Venezuela, llevando su prédica de las ideas de nuestro libertador Simón Bolívar. Así, conversando con el pueblo y escuchando los ruidos de la calle, se lanzó al ruedo político, siendo electo Presidente, contra viento y marea. Apenas si tenía idea de lo que le esperaba: un camino largo y tortuoso para saldar la gran deuda social  que todos los gobiernos anteriores habían dejado acumular y que el ciudadano de a pié no había logrado que se le cancelara.

Así comenzó su gobierno. Por un lado la “plutocracia” tratando de envolverlo (sin éxito) y un grupo de infiltrados acechando para traicionarlo apenas pudieran (como hicieron con Bolívar en el pasado) y por el otro, un pueblo esperanzado en salir de su miseria. Y empezó a cumplir sus promesas, algo que atentaba contra los privilegios de los grupos acaudalados y de los politiqueros inescrupulosos, para alegría de los olvidados y excluidos de siempre: la mayoría de la población. Los Miquelena, los Rosendo, los Urdaneta, las Sago, y pare de contar, se fueron quedando en el camino a medida que el proceso revolucionario fue tomando fuerza.

En su vía crucis, el presidente tuvo que pasar por estaciones como la de enfrentar a una oposición que creía que seguía gobernando el país y que quería imponer condiciones para sentarse a dialogar con el gobierno legítimamente constituido. Chávez, en su afán de lograr un diálogo que incluyera a todos los sectores, les haba hecho algunas concesiones. Pero eso no bastaba, ellos lo querían todo y para ello se aliaron a traidores para empezar la preparación de un golpe de estado, porque el “militarcito ese” no se doblegaba. Por eso y por primera vez en la historia mundial de la lucha de clases, la Central de Trabajadores se unió a los patronos (Fedecámaras) para imponer un “PARO PATRONAL” que, por cierto, llevó a la quiebra únicamente a cientos de pequeños empresarios.

Otra estación fue el sabotaje petrolero, que la oposición llamó “paro indefinido”, que se inició el 02 de Diciembre del 2002 y que tuvo que ser levantado a principios de Febrero del 2003, porque desde mediados de Enero el gobierno había logrado la recuperación operativa de la industria petrolera. Allí no hubo pliego conflictivo laboral alguno requisito básico para que pudiera llamarse “huelga”. En el que confluyeron la nómina mayor  de PDVSA, la Coordinadora Democrática, la CTV, Súmate y los medio de comunicación. Desde entonces quedó demostrado que la mal llamada “gente del petróleo” y su meritocracia, no hacían falta.

Durante las campañas de los tantos procesos electorales que se vivieron en el país, y que ganó con amplio margen, fue vilipendiado como ningún otro presidente  También se enfrentó al “referendum revocatorio” en el que, como dijo Galeano, por primera vez en la historia de la humanidad, un presidente somete su mandato a la decisión del pueblo, y lo ganó en proporción de 6 a 4.

En la estación que atraviesa actualmente, ha estado afectado por una enfermedad de la que está saliendo airoso, recuperándose, para alegría del pueblo venezolano que lo tiene sembrado en su corazón, a paso firme y vencedor, a pesar de la campaña y guerra mediática, que han desatado los heraldos negros. ¡Y es que hay Chávez pa’ rato!

La carroña opositora sabe que no podrá derrotarlo el venidero 7 de Octubre, que su candidato no cala en la población y es por eso que el golpe continúa. De allí que no podemos descuidarnos, debemos seguir alerta para que si intentan algo nos encuentren preparados, porque los verdugos del pasado hay que desenmascararlos y combatirlos.

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Luis Semprún Jurado

Profesional, productor audiovisual, co-productor y co-moderador del programa radial El Ojo de la Ciudad en Maracaibo, estado Zulia

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