¿Son revolucionarios los que carecen de una simple respuesta a cualquier correo electrónico recibido, así sea del más insignificante combatiente y que también es un insustituible compañero?
El propósito que me lleva a escribir estas líneas no es realizar un análisis del referido artículo, aunque si recomendar su lectura y tomarlo como punto de partida para el comentario que deseo hacer sobre el artículo 51 de nuestra Constitución Bolivariana.
En su artículo el autor nos brinda la oportunidad de conocer un ejemplo mas de la condición innata revolucionaria de el camarada inmortal Ernesto “CHÉ” Guevara, y nos presenta una faceta predominante del “Hombre Socialista” en su máxima expresión, en su pureza viva, donde manifiesta su profundo respeto a sus otros iguales, cuando a pesar de sus excesivas ocupaciones en el recién gobierno de la revolución cubana, a principios de los años sesenta, todas las cartas que le llegaban; las respondía aunque fuese brevemente. Leamos lo que nos dice el compañero Valera:
“El compañero Ernesto (no existía para él, mayor orgullo cuando lo llamábamos “compañero”), jamás dejaba una carta sin responder en la Cuba de sus amores. En épocas en que contestar una correspondencia era toda una odisea y más si pensamos en sus múltiples ocupaciones como comandante…
Escribirla manualmente, el sobre, mandarla, y no dejaba de contestar las miles y miles, que recibía.
¡Es que él, conocía a su pueblo! La América india, la morena, la mestiza, la del obrero, la del campesino, la del sufrimiento…
¡¡De donde sacaba fuerzas!!
De solo imaginar la algarabía acompañado del nudo en la garganta, de gritar a los cuatro vientos…
¡¡Que el Che Guevara, les había contestado!!
Esto también va, para los que piensan que están muy ocupados…”
No caben dudas que nuestra Constitución Bolivariana, nacida de la constituyente de 1999, recoge en esencia las líneas fundamentales del proyecto de PAIS SOCIALISTA – HUMANISTA, que nos ha venido proponiendo nuestro Comandante en Jefe Presidente Hugo Rafael Chávez Frías, es así como hemos venido avanzando hacia una sociedad mas justa, mas igualitaria, mas solidaria, donde se vienen haciendo grandes esfuerzos para garantizar el derecho a la vida, al trabajo, a la cultura, a la educación, a la justicia social. Son múltiples las ocasiones que hemos escuchado a nuestro máximo y único Líder expresar que Venezuela marcha firmemente en la construcción de una sociedad socialista, apegada a los dictámenes de nuestra Constitución, ¡¡ Dentro de la constitución todo, fuera de ella nada!!. En este orden de idea, desde hace largo rato hay un artículo que me causa satisfacción y a la vez interrogantes; me refiero al 51 de nuestra carta magna. Leamos el texto:
Artículo 51. Toda persona tiene el derecho de representar o dirigir peticiones ante cualquier autoridad, funcionario público o funcionaria pública sobre los asuntos que sean de la competencia de éstos o éstas, y de obtener oportuna y adecuada respuesta. Quienes violen este derecho serán sancionados o sancionadas conforme a la ley, pudiendo ser destituidos o destituidas del cargo respectivo.
¿Cuál sería mi satisfacción? Después de leer el artículo de Valera, puedo percibir o aclarar mi apreciación inicial, los constituyentistas con la venia del camarada Presidente, legitimaron como derecho constitucional el hecho de que todo venezolano o venezolana, sin ninguna distinción ni discriminación, pueda dirigir peticiones o comunicaciones ante cualquier autoridad pública (Desde el Presidente, Ministros, Gobernadores, Alcaldes, etc.) sobre asuntos que competan a éstos o éstas, con la garantía de una respuesta oportuna (Con relación al tiempo) y adecuada (Entiendo que el funcionario o funcionaria a quien se dirige la petición debe agotar sus posibilidades para que la respuesta satisfaga al remitente, en caso contrario; se deberá soportar lo suficientemente la misma para no caer en demagogias). Podemos percibir el carácter socialista de la norma. Que grandeza fue otorgarle el rango de norma constitucional a éste hecho, por que de esta manera cualquier ciudadano puede formular reclamaciones de cualquier índole, realizar sugerencias, entre otras, a cualquier autoridad y esperar, con la prontitud permitida la respuesta a su planteamiento.
La pregunta sería ¿se cumple con éste precepto constitucional? He aquí mis interrogantes. En muchas ocasiones he escuchado decir a algún camarada, amigo (a), vecino (a) trabajador (a), incluso casi a diario lo expresan a través de Aporrea, la molestia por haber enviado comunicación a equis (X) organismo público, y pasan los días, semanas, meses, años, y nada que te responden, bien sea el Ministro, Gobernador, Alcalde, Diputado, Concejal o cualquier simple funcionario. En ocasiones, éstos funcionarios (Lo he presenciado) se jactan de dar en reuniones públicas con el “PODER POPULAR” sus números de celulares y sus correos electrónicos, luego cualquier camarada se cansa de llamar, enviar mensajes, escribir, con la mejor redacción posible, a sus correos electrónicos; y nunca o casi nunca llegan las respuestas, para hacer las excepciones del caso. El propio presidente Comandante Chávez se los dice casi a diario <No se le puede cerrar la puerta a quien venga a nosotros en busca de una respuesta, a buscar una solución>. El presidente CHAVEZ está claro en su constante instrucción, así como lo estuvo el CHÉ, sobretodo a los Ministros, que no terminan de entender que ellos no están allí, nombrados por ninguna cúpula empresarial, o por algún grupo poderoso, como sucedía en los gobiernos de la cuarta republica; ellos están allí para atender de manera obediente y absoluta al pueblo y respetar sus derechos, como lo es, entre otros, el artículo 51 de nuestra constitución. Lo contrario sería caer en letra muerta, estaríamos en presencia de una violación colectiva del referido artículo, con el agravante que por ésta violación ningún funcionario ha salido sancionado ni mucho menos destituido.
Con cuanto esmero el pueblo escribe sus necesidades, sus angustias, buscando las soluciones a sus casos, confiando en una respuesta oportuna y adecuada a sus planteamientos, y muchas veces la insatisfacción se multiplica, no hay respuesta. Pareciera que le faltaran el respeto, que lo dejaran con la palabra en la boca o escrita sobre un papel.
El Ché sin la tecnología de hoy día, le brindaba al pueblo, la satisfacción de una respuesta, por que él se ubicaba en el plano del emisor, y hacía suya la angustia, la necesidad, la carencia de éste, y por considerarse un “Ser igual y no extraordinario a los demás”, le respondía, con respeto, con amor, por humanidad.
Finalmente volvamos a la pregunta – titulo del artículo del compatriota José, ¿Son revolucionarios los que no le contestan una simple llamada, un correo electrónico, un mensaje de texto, una comunicación al pueblo soberano, heroico, glorioso de la República Bolivariana de Venezuela, o será que muchos de nuestros funcionarios aún no han leído nuestra Constitución?
*Licenciado en Administración