El Socialismo en el Siglo XXI ha creado muchas expectativas. Para el Pueblo en general, que no conoce mucho las diferencias entre capitalismo y socialismo, y mucho menos las desviaciones que éste último sufrió en el siglo XX, puede resultar confuso que llamemos socialismo el acertado proceso revolucionario que estamos viviendo en Venezuela.
Y es que no podemos llamar socialismo a este proceso. Creo que hay consenso en que estamos en una etapa, larga por cierto, de transición hacia el socialismo, que por diferir en muchos aspectos de el socialismo del siglo XX, le hemos dado una nueva denominación.
Es importante transmitir claramente al Pueblo que estamos en ese proceso de transición y no en el socialismo, que se requiere ir desarmando las estructuras del capitalismo para irlas sustituyendo por las del nuevo sistema. Que requerimos un largo proceso de cambio cultural y estructural. Que lo que estamos es poniendo las bases del socialismo: aumentando los grados de participación, de igualdad de oportunidades, de calidad de vida, de transformación de estructuras políticas, de concientización, de socialización de la propiedad de los medios de producción. Que es un proceso que puede llevar años, hasta más de una generación. Siempre digo que estamos en una larga transición, escribiendo apenas la letra “t” de la misma.
Por ello es fundamental dejar claro en el pueblo dos cosas: no estamos aún en el socialismo, vamos rumbo a él. Pero también que podemos ir disfrutando de los beneficios del socialismo mientras lo construimos, que no hay que esperar hasta el final para verle el queso a la tostada. Que aunque la transición es larga y requiere mucha lucha, es aún así mucho mejor que el capitalismo.
Creo que debemos cambiar la consigna “Socialismo” que utilizamos en muchos proyectos y empresas por la de “RUMBO AL SOCIALISMO”, y aclarar este hecho en tantas oportunidades en que nos comuniquemos con el resto del Pueblo.
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