La esperanza es un cañón

La esperanza es un cañón de alto calibre cuando se fundamenta en verdades tangibles, tú remas en la canoa apoyando tu fuerza física sobre la palanca del remo y con la esperanza de llegar a tierra aunque el mar esté picado.

Cuando hay turbulencia, armarse de esperanzas es vital. Luchar por la vida en condiciones difíciles demanda siempre el concurso de esa energía psíquica; la desesperanza, en contrario se apoya en la mentira y te hace decaer. ¡No puedo-dirías-estoy jodido! Y, ahí sobreviene el desmoronamiento.

Socialismo y capitalismo son exactamente equivalentes a esperanza y desesperanza. Nosotros queremos que el punto de partida sea de realizaciones concretas pero haber estado durante tanto tiempo en el menú del capitalismo depredador y chupasangre, nos tuvo desarmados y había que echar cuerpo apropiado para entrompar la solución estructural de las necesidades del pueblo venezolano; no se trata de soplar y hacer botellas sino de remar con butría.

A pesar de Luís Miquilena de por medio entonces, ese cadáver inmortal aleve y sibarita, pudimos darnos una Carta Fundamental, la Constitución Nacional de la República Bolivariana de Venezuela.

Miquilena entonces, no sólo logró meter uno que otro gazapo en la Ley de leyes sino que aprovechó de paso para ganarse unos centavos extra con la edición chimba del sagrado libro en su empresa MICABU (creo que así se llama la referida taguara editorial). Pero, a pesar de los pesares ahí está nuestra Constitución Bolivariana, como punto de partida concreto para apuntalar el desarrollo de las grandes realizaciones para el bienestar de nuestro sufrido pueblo, realizaciones que andan y que esperamos y de ahí la palabra esperanza, porque esperamos.

Y, no es que esperamos con los brazos cruzados a que las vainas nos caigan del cielo sino echándole bolas, trabajando de sol a sol para apuntalar la producción y la productividad, el desarrollo del país, con el trabajo de nuestras manos callosas mientras el obispado, con Urosa a la cabeza-entre otros estrafalarios zánganos- reposan, comen, vuelven a reposar, comen nuevamente, echan uno que otro recito y así día tras día no hacen más que vivir sin trabajar y encima de eso, conspiran contra el pueblo y contra nuestro Líder.

Armarnos de esperanzas sin dejar de mover los remos es portar un cañón contra el enemigo chupamedias al enemigo imperial. Apoyarnos en la verdad repotencia la esperanza, precisamente por ello la prensa sedicente utiliza la mentira para confundirnos. La mentira bloquea la mente mientras que la verdad la desbloquea y nos abre el camino de mil esperanzas de vivir felices.

Es que la felicidad de todos es un objetivo del socialismo; mientras que la esclavitud de los trabajadores es el supremo objetivo del capitalismo salvaje (valga la hipérbole).


oceanoatlanticoguillermo@gmail.com


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Guillermo Guzmán


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