El pensamiento ético de Simón Bolívar (1783-1830), tiene un alcance universal y una gran riqueza ideológica que se materializa en la trascendencia de sus ideas que esbozan un escenario histórico cultural en que se desarrollaron los nuevos Estados Nacionales de América del Sur. Es un pensamiento legitimado en razón de una postura concreta antiimperialista. Plantea la dignificación social, el patriotismo y la independencia nacional; valores que están en la esencia misma de los proyectos que orientaron su acción liberadora. El corpus ético que fundamentan la educación cívica ciudadana y que hoy día se levantan frente a las pretensiones dominadoras de los centros de poder, tiene su cimiento en el espíritu ético del pensamiento de Bolívar.
Bolívar tuvo dentro de sus aspiraciones el logro de una patria nueva, no sólo por su riqueza material, sino por la grandeza del alma y del razonamiento de sus hombres. En la realización de este anhelo los valores morales se configuran como la fuerza propulsora hacia la perfección humana. De ahí su marcada connotación humanista y dignificadora que promueven la reflexión del presente trabajo, cuyo propósito es develar la convergencia y vigencia de las ideas en el contexto de la mundialización.
La ética Bolivariana constituye la base fundamental de la educación y la ideología, encaminada a transformar la realidad social existente en función de un orden político consecuente y representativo del poder de todos. Resulta difícil esbozar el pensamiento ético de Bolívar sin hacer referencia a su concepción de independencia e integración, pues en su visión revolucionaria lo uno está estrechamente vinculada a lo otro formando una unidad en la práctica social que lo guiara en todas sus acciones.
En este sentido, la ética siempre estuvo asociada a la independencia constituyendo el objetivo principal de su vida expresado en valores morales como el respeto, el patriotismo, la dignidad, el honor, la honradez que se configuran en un ideal educativo tendiente a la libertad social y personal.
Simón Bolívar tiene un pensamiento ético consagrado en la aspiración de la indecencia y la libertad continental, no es éste precisamente un sistema de normas y principios coherentemente fundamentado y articulado es sencillamente un torrente de ideas que van emanando en sus escritos y discurso y que fueron madurando en su vida cotidiana dejando para la posteridad lecciones morales concretas que lo ha inmortalizado para siempre. La riqueza teórica adquirida por Bolívar, a través de su maestro Simón Rodríguez, tiene sus antecedentes en las ideas del Ilusionismo, el empirismo y el enciclopedismo y especialmente del legado pedagógico de John Locke (1632-1704) y Jean Jacques Rousseau (1712- 1778). El cultivo Bolivariano de la idea de la libertad e independencia estuvo muy vinculado a la educación y la cultura, ambas muy deterioradas en los pueblos latinoamericanos y de lo cual da fe en el Discurso de Angostura, el 15 de Febrero de 1819: “Uncido el Pueblo Americano al triple yugo de la ignorancia, de la tiranía, y del vicio, no hemos podido adquirir, ni saber, ni poder, ni virtud. Discípulos de tan perniciosos maestros, las lecciones que hemos recibido, y los ejemplos que hemos estudiados, son los más destructores. Por el engaño se nos ha dominado más que por la fuerza y por el vicio se nos ha degradado más bien que por la superstición…”
Bolívar fue uno de los primeros en analizar la realidad social latinoamericana, considerando a la educación como una necesidad para el ejercicio de la vida pública vista en dos direcciones: la primera, en la educación que ha de tener el gobernante para orientar los destinos de su nación; y la segunda, en la visión que ha de tener el gobierno para potenciar en los ciudadanos una vida con templanza, sabiduría, y valores morales legítimos.
Bolívar hace explícita la concepción de justicia que se articula en la trilogía Roussoniana: Igualdad, Libertad y Fraternidad; la cual fue acogida y defendida en su lucha por la emancipación social. La justicia para Bolívar, era la virtud esencial, siendo ésta el establecimiento de un nuevo orden que ha de tener en su base el reconocimiento de la igualdad de derechos de todos los seres humanos, la oportunidad y la condición externa para una buena vida.
El logro de la justicia a costa de sacrificio personal es la más elevada virtud que Bolívar tuvo como revolucionario entregado a una causa que lo acompaño en su vida y sus concepciones alumbrado por el sentido de entrega a la patria y a los ideales más legítimos que haya defendido. El ideal que lo consagró por siempre a la vida sacrificada y entregada a la causa de la liberta está refrendado en su epistolario y que se materializa en ideas muy profundas en torno a la moral y al sacrifico.
La moral bolivariana se articula de manera natural con sus aspiraciones de bienestar social y libertad moral; de sus sentencias más diáfanas en relación con el Ideal moral figura: “Nada sino las malas acciones, deben molestar a los hombres sensatos”.
Por la trascendencia de sus ideales, Simón Bolívar seguirá siendo paradigmas de los pueblos latinoamericanos que aun tienen el desafío de hacer realidad sus sueños de lograr una América libre e independiente, en el marco de la gigantesca crisis que compartimos con todos los pueblos de la Tierra.
*.-ramonazocar@yahoo.com.ve