Si mal no recuerdo en las elecciones presidenciales del año 2006, el camarada Hugo Chávez obtuvo algo más de siete millones trescientos mil votos, mientras que el aspirante por la derecha sumó casi cuatro millones trescientos mil votos. Una diferencia entre ambos de tres millones y un piquito de votos.
En las recién efectuadas elecciones parlamentarias el chavismo superó a la derecha por un poco más de 200 mil votos. Me da la leve impresión de que algo ha pasado al casi igualarnos alrededor de los cinco millones de votos.
Vistos los números es evidente que no hay una estampida de votos del chavismo que se han ido a la derecha, pero sí es notorio que una buena cantidad de electores del chavismo ya no se muestran tan entusiasmados con el proceso revolucionario que vive Venezuela. Situación que no atribuible al imperialismo.
Repito, a mí me da leve impresión de que algo está pasando, y lo que está pasando es preocupante. Empecemos por revisar algunos casos.
Estamos a un “tantito así” de darle jurídicamente un empujón al poder popular a partir de las comunas, pero sacamos menos votos. ¿Será que todavía la gente de nuestras comunidades no está convencida de un poder popular legitimado por el poder constituido y no producto del poder constituyente?
No sé, pero sería bueno que nuestros camaradas de la Asamblea Nacional, tanto los parlamentarios actuales como los electos, se leyeran un reciente artículo de Roland Denis, titulado Por unas Comunas “sin ley”, publicado en Aporrea y el cual inicia con un llamado desesperado: Por misericordia no aprueben ese bodrio burocrático, esa ley feudal y verticalista llamada “Ley de Comunas”.
No afirmo que Denis tenga razón, pero tampoco podemos dejar de lado la opinión de un luchador social como él. Lo cierto es que ese llamado poder popular no nos está entendiendo o de verdad nos hemos encerrado en la “representatividad” que tanto denunciamos.
Como tampoco podemos seguir indiferentes ante la tragedia del cacique Sabino del pueblo Yukpa, quien sólo aspira a ser juzgado según las leyes indígenas, tal como queda establecido en la Constitución. Ni podemos continuar con un Ministerio del Poder Popular para el Trabajo que se ha colocado del lado de los dueños de la empresa Automotriz Mitsubishi.
Vamos más allá: ¿Cómo es que sigue el silencio rodeando la salida de Eduardo Samán del gobierno? ¿Cómo es que en muchas oficinas públicas se incrementan los trámites burocráticos y se humilla a la gente humilde? ¿Cómo es que la banca del Estado socialista actúa igual que la banca capitalista? ¿Cómo es que la empresa Movilnet socialista aplique tarifas capitalistas a los usuarios y usuarias?
La derecha ha venido cambiando su discurso y algo se han alejado de posturas infantiles como aquellas de que el gobierno te va a quitar tus hijos. A mí me parece que nosotros estamos estancados en las acusaciones de siempre hacia la derecha.
Por Dios, camaradas, ¿aquí no ha pasado nada?
Bueno, sí, 98 son más que 65. Las matemáticas lo dicen.
psalima36@gmail.com
