Digno de investigar lo que descubrió el pueblo en el apagón

Me referiré a galpones repletos de mercancía, pero para llegar a este aspecto comienzo por dilucidar algunos detalles.

Hay un manejo mediático criminal, perverso, tras el ataque terrorista al sistema eléctrico nacional que ejecutaron los gringos con su mercenario, Juan Guaidó, según el cual, los malos son los buenos y los buenos son los malos. Y no quiero plantearme un trabalenguas.

Sabemos- porque hemos vivido y padecido esa obsesión golpista-, que Fedecámaras y la Cámara de Comerciantes, han puesto su buena cuota de participación en la violenta desestabilización que los gringos en conjunto con el Cartel de Lima, algunos países de la Unión Europea y sus serviles venezolanos, llevan a cabo sin descanso en la Patria de Bolívar.

Debo, para continuar, diferenciar entre los comerciantes y los empresarios parásitos de los que son realmente trabajadores y producen en función del país. Por eso especifico que de aquí en adelante hablaré de los comerciantes y empresarios delincuentes, y no de los honestos. Los honestos son clase aparte. Los queremos. Son parte honrosa de la Venezuela buena.

Otra cuestión que advierto es que no avalo ningún tipo de saqueo, pero léase bien, "ningún tipo de saqueo", ni el que le hizo la gente a los comerciantes y empresarios durante el apagón que provocaron los gringos con Guaidó a la cabeza, pero tampoco con el que mantienen los grandes empresarios y comerciantes contra el pueblo mediante la especulación inducida y los altos precios que, por cierto, volvieron a comenzar las empresas Polar tan pronto el Gobierno revolucionario restableció la electricidad.

Tampoco pretendo aludir a los pequeños comerciantes y empresarios a quienes respeto y expreso mi profunda solidaridad, consciente de que los que tienen un local, un quiosco, una modesta firma registrada para poder sobrevivir, son tan víctimas de los poderosos comerciantes y empresarios como el mismo pueblo.

Aclarada la situación paso a recordar que antes de que el conductor de victorias, Nicolás Maduro Moros, decrete los aumentos de sueldos y salarios, los grandes especuladores comienzan una escalada de precios, con el fin de pulverizarlos y así mantener hambreada a las mayorías.

Maduro suministra un bono a través del Carnet de la Patria y ya cuando lo hace efectivo el banco, los comerciantes y empresarios con su robo descarado lo han reducido a la nada. El líder de la revolución bolivariana hasta puso en práctica una reconversión monetaria, activó el Petro y, por si fuera poco, cancela un porcentaje a los trabajadores quince y último, para aliviar las nóminas de la empresa privada, pero de ningún modo recapacitan, los especuladores no se detienen en su afán golpista. No desisten de sus atajos, siguen aliados a los gringos y al mercenario Guaidó intentado derrocar al Gobierno revolucionario.

Los comerciantes y empresarios, esos que tienen tanto de poderosos como de ladrones, siempre han pisoteado al pueblo, avalan las sanciones económicas y el bloqueo financiero en contra de nuestra Patria. Agreden a la gente, la humillan, la hacen pasar calamidades, penurias. Atropellan a los pequeños empresarios y comerciantes. Son, repito, unos perfectos delincuentes.

Ahora, a los gringos con su mercenario Guaidó, se les metió en la cabeza ejecutar un ataque terrorista al sistema eléctrico nacional, para generar un apagón con la finalidad de paralizar el país y que la gente, desesperada ante la falta de comida y de medicinas, se lanzara a las calles en contra de nuestro Conductor de Victorias, pero fallaron, la situación se les revirtió.

El pueblo cansado de que lo roben y tribulado ante la falta de alimentos, se desbandó hacia los almacenes de productos básicos, de artículos necesarios, indispensables, que Fedecámaras y la Cámara de Comerciantes les han saqueado durante años de especulación, de acaparamiento, o mostrándoselos en lujosas exhibidoras a precios que la mayoría de los venezolanos no puedan comprar. Así se ríen y se burlan de los más necesitados.

Pero controlada la situación en otro triunfo evidente para Maduro, los empresarios y comerciantes parásitos con la canalla mediática, quieren acusar al pueblo de ladrón y saqueador, cuando son ellos los que llevan años expoliando y atracando a la gente. Festejaban el apagón hasta que la situación se les fue en contra. Ahora lloriquean y hablan de pérdidas. Después de ser agresores compulsivos, inhumanos, se la quieren dar de víctimas, de inocentes.

Más bien deberían explicarle al país lo que descubrió el pueblo con ese apagón, cómo, por ejemplo, los galpones repletos de productos de la cesta básica en la zona industrial del municipio San Francisco, estado Zulia. ¿Por qué tantos productos alimenticios en esas estructuras? ¿Esa enorme cantidad de comestibles estaban acaparados? ¿De quién o quiénes son esos depósitos? ¿De quién o quiénes es esa mercancía que la gente necesita con urgencia y no la sacan a la venta? ¿Será que como la frontera con Colombia está cerrada, no habían podido llevársela de contrabando? ¿Tiene que ver esa mercancía con los barcos de alimentos que anuncia el Gobierno bolivariano que llega por los puertos del país? Incluso, hablan de contenedores de pollos podridos. Son muchas las interrogantes que surgen al respecto.

En todo caso, no sería la primera vez que esos mafiosos esconden mercancía o bien para hacer pasar hambre al pueblo en un desabastecimiento ficticio o, sencillamente, para venderla en pesos en el vecino país y ganar más dinero sin importarles las necesidades de la gente, porque así son de apátridas los comerciantes y empresarios parásitos.

El Gobierno debería emprender una investigación al respecto. Sabemos que el enemigo de la revolución puede estar en cualquier parte. Sabemos, además, que existen los enemigos que están afuera, los tradicionales, los que tenemos ubicados, pero también los que confunden, los que están camuflados, los que tenemos adentro con su respectivas franelas y gorras rojas haciendo tremenda tronera.

Algunos han sido descubiertos, otros se han descubierto solos, incluso, se han arrojado en el regazo de los gringos públicamente casi orgullosos, de manera que estoy seguro que todavía quedan por ahí muchos agazapados haciendo el trabajo traidor.



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Gian Carlo Di Martino

Politólogo, profesor, abogado. Ex-Alcalde de Maracaibo. Cónsul de Venezuela en Milán - Italia.

 giancarlodimartino2017@gmail.com      @gcdimartino

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