Las universidades de ayer y hoy (II)

Parece de perogruyo argumentar que la institución universitaria de ayer y hoy en Venezuela ha formado directa o indirectamente las generaciones de dirigentes políticos, empresariales o del área de la cultura, etcétera; ya sea que hayan egresado en las diversas disciplinas académicas a que optaron en su juventud o iniciaron estudios profesionales, aunque no hayan concluido la carrera. Por lo que la responsabilidad en tales dimensiones son indudables: ha contribuido al desarrollo del país de manera extraordinaria en el marco de la modernidad contemporánea.

Sin embargo, tal pasantía por las aulas universitarias de lo que suele llamarse la dirigencia seguramente fortaleció su actitud investigativa, lectura crítica de la realidad socio histórica del momento, de tal manera que algunos hasta han llegado a ser pensadores sociales y reconocidos actores políticos y empresariales. De dónde se tiene que la universidad constituye una molienda que extrae lo mejor de los espíritus, por así decir; ya que ingresa con un cierto capital cultural tradicional o ancestral y el individuo egresa con un perfíl profesional y personal que es propio de la modernidad/colonialidad o cultura capitalista occidental, entendida como la opción absolutanente necesaria para ser exitoso.

Por lo que la institución universitaria se supone que siempre lo bastante cargante en sus exigencias en las diversas disciplinas que cursan en la misma, sin que ello implique agredir a nadie, con fines de lograr un cambio conductual y actitudinal desde la tradición aborigen/campesina o popular a tener lo que llegó a conocerse una mentalidad científica y dialéctica, fuera de todo lastre no científico, una realidad que al parecer se puede observar empíricamente en los egresados de las diversas menciones de las carreras de ingeniería, medicina y economía, inclusive geografía; no así en las áreas de humanidades, literatura, pedagogía, entre otras, donde la gente sigue con sistemas de creencias mágicas/religiosas, o, en todo caso, portadores de un conocimiento práctico no regulado por el método científico,(?).
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Con fines de lograr ese cambio como parte de la formación del espíritu científico, en términos de Gastón Bachelard, se impone superar varios obstáculos epistemológicos, entre los que parecen el lenguaje frondoso a lo Cantinflas, las creencias previas de quien cree saber ya todo, etcétera; de tal suerte que los profesores universitarios o de cualquier nivel o modalidad, como recuerda Fernando Savater en El valor de educar y Ética para Amador, deben ser "cargantes", de mucha exigencia los alumnos, que por cierto, posteriormente lo recuerdan con más cariño y respeto que al Profesor/amigo, que se Iguala a las condiciones de todos en la sección. Hoy los profesores serán muy demandantes en sus tareas y exámenes o más bien flojitos?

Una cosa en común entre ambas experiencias históricas de nuestras universidades viene a ser que siempre responden a las demandas del mercado laboral, tendrá que ser siempre así o habrá proyectos que hagan más énfasis en la formación humana, filosófica y cultural?

En otras palabras, universidades e institutos tecnológicos de continuo están en función de las demandas del sector empresarial, el comercio, la banca o los servicios; por lo que la curricula parece que siempre va a estar girando en torno a tales asuntos. La otra vez leía una entrevista a un fundador de Fe y Alegría en El Salvador y el sacerdote/educador insistió en la necesidad de formar jóvenes que se pudieran insertar rápido al mercado laboral como mecánicos, electricistas o ayudantes de farmacia, entre otros oficios.

Dado que los jóvenes provenientes de familias socialmente vulnerables requiere obtener dinero rápido, pasar a ser mano de obra de empresas o tener su propio taller de reparación de electrodomésticos, en tal aspecto, la universidad de ayer y hoy sigue igual. Así, en Venezuela se han fundado nuevas universidades llamadas de especialidad, ello por la necesidad que tiene el país de formar con mayor énfasis en ingeniería y subespecialidades en en áreas como robótica, inteligencia artificial, nuevos materiales, medicina y hasta en filosofía, todo con nuevas perspectivas, como viene reflexionando el filósofo surcoreano) alemán Buyng Chul Han, Juan José Bautista o Enrique Dussel. Quienes realizan una crítica radical al actual modelo de civilización, dominada por el cansancio existencial y la colonialidad, es en este sentido que la universidad de hoy se empieza a diferenciar de la de ayer, como señalara en una tertulia un amigo: antes la universidad hacía mucho énfasis en los contenidos curriculares de la carrera, ese pregrado se llevó a cinco años; luego en la década de 1990, sobre todo, se establecieron las especialidades, maestrías y doctorados, que no existían en 1960, 1970 y aún en 1980, o las ofertas eran pocas en ese sentido. O se hacían en el exterior.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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