Formar el pensamiento crítico en los estudiantes. Un paso adelante para el desarrollo

Una manera de ir cambiando los paradigmas educativos es formando el pensamiento crítico en los estudiantes y para ello, se debe ir fortaleciendo el escuchar como técnica dentro de la estrategia de aprendizaje porque si no escuchamos no podemos estar al tanto de lo que ellos piensan, sus deseos, valores, sus metas, sus fortalezas, el cómo quieren aprender, sus particularidades, como engranan en lo colectivo, como potencian su individualidad, qué los aburre, en fin, de esta manera los conoceremos mejor y planificaremos con eficiencia y eficacia el cómo aplicar las técnicas didácticas para una mejor enseñanza-aprendizaje. Parece sencillo el escuchar, pero en la práctica muy pocos lo ejercitan, lo que puede traer frustración y rechazo hacia los aprendizajes, anulando la creación e innovación tan necesarias para ir desplegando una pedagogía productiva y una ingeniería de la educación en bienestar del desarrollo.

De lo anterior, podemos decir que la interacción a través del escuchar y luego iniciar el dialogar transforma relaciones y crea confianza, donde el profesor, maestro o docente aprende del estudiante y el estudiante aprende del docente impulsando la seguridad en sí mismo, el creer en sí mismo para que los demás crean en él, el preguntar, preguntar aplicando la mayéutica, la responsabilidad, la creatividad innovadora, el gusanillo de la investigación, perder el miedo a la equivocación y transformarla en un sendero de aprendizaje y experiencia. Todo esto, forma en el estudiante el carácter, la personalidad, los pensamientos y su actuar.

Pero también, el sembrar la interpretación hermenéutica de textos, cuentos, mitos, videos, artículos, poemas, metáforas y otros, da inicio para apreciar no solo lo que transmiten en la inmediatez sino lo que hay detrás de ello, que no se puede estimar a simple vista pero que existe. Esto trae comprensibilidad y el deseo de ir más allá para investigar, crear e innovar. Afianzando con esto, el asombro, que es la primera fase del pensamiento crítico, llevándonos a pensar y repensar las cosas.

Así mismo, el asombro por el pensar nos lleva a la curiosidad, segunda fase del pensamiento crítico y con ello, a investigar, indagar, experimentar y averiguar, presentándose en ese momento un mundo de preguntas que inundan nuestros pensamientos, dando así el inicio al camino de las respuestas con creación productiva, ante lo cual, comenzamos con las comparaciones de lo que se tenía anteriormente sean paradigmas, teorías, axiomas, leyes, enfoques, entre otros, con las nuevas formas de verlos.

Luego de esto, nos invade el cuestionar, tercera fase del pensamiento crítico. Comparamos lo creado con lo que existe o existió y se inician los cambios y las transformaciones, que en el mundo actual son de rapidez vertiginosa. Al cuestionar, tomamos decisiones, nos enfrentamos a realidades, seremos confrontados, pero reforzamos el creer en sí mismos y asumiremos las consecuencias.

No podemos seguir deseando un desarrollo del país sin formar verdaderamente a las personas que lo van a realizar. Nuestro sistema educativo tiene el deber de ir formando el pensamiento crítico en todos sus niveles para fomentar un desarrollo con lo social y humanista incluido. Así como también, ir modificando y transformando las mallas curriculares para la formación de maestros, profesores y docentes, acordes a las nuevas realidades que nos exige la patria y ahora más aún, que en este año 2021 estamos celebrando los 200 años de la gloriosa Batalla de Carabobo liderada por nuestro Libertador Simón Bolívar, dándonos con ello, la independencia como país soberano.

 

Twitter: @gustvgamboa

Email: gamboagustavo17@gmail.com

 



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