Recibí con mucha alarma y preocupación un video, que fue tomado en una institución educativa ubicada en los dos caminos del municipio Sucre donde un joven adolescente baja unas escaleras disfrazado del mayor genocida del siglo XX Adolf Hitler, vestido con el uniforme militar y una esvástica en el hombro derecho. Desciende, muy sonriente, confiado y mostrando su bigote postizo emulando el saludo nazi/fascista, que para mi sorpresa fue correspondido de la misma manera por aproximadamente unos 20 adolescentes de un grupo bastante mayor que se encontraba en el patio de la institución. Al bajar, caminó sonriente entre esta minoría como si hubiera realizado una acción merecedora de aplausos y reconocimientos.
Escribe Humberto Eco, en su libro De la estupidez a la locura: Crónicas para el futuro que nos espera, que en el mundo que se está configurando hoy lo importante es ser reconocido, "no vegetar en un espantoso e insoportable anonimato" y para eso "se estará dispuesto a hacer cualquier cosa con tal de que le «vean» y «hablen de él»". Por eso al reflexionar sobre este hecho mi primera explicación tentativa es la busca de notoriedad, salir del anonimato para este joven adolescente y el grupo que lo esperaba con aplausos. ¿Tendrá conciencia este joven adolescente y quienes le respondieron al saludo nazi/fascista del mensaje que transmite esta simulación en busca de notoriedad y reconocimiento?
Desde esta pregunta las alternativas que, de acuerdo con mi experiencia, tiene el personal directivo de esta institución educativa para enfrentar una situación como esta, no se enfocan ni se limitan a la aplicación de medidas disciplinarias que al final solo se conservan como recuerdos. Creo que la comunidad del plantel educativo se encuentra ante una gran oportunidad para formar una conciencia colectiva, en este caso, sobre la amenaza del fascismo para la humanidad en sus diferentes versiones. Qué bueno sería reorientar la búsqueda de notoriedad de estos jóvenes adolescentes en la emulación de líderes y lideresas del siglo XX que lucharon durante toda su vida por la defensa de los derechos humanos. Les nombro algunos, Martin Luther King, Nelson Mandela, Mahatma Gandhi. Por cierto creo que ninguno de ellos llegó a ser Premio Nobel de la Paz.
Suponiendo entonces que se trata de un problema de inconsciencia, porque dudo que estos jóvenes han leído Mi Lucha (MEIN KAMPF) de Adolfo Hitler, las estrategias para superarlo solo dependen de pocos recursos y de la voluntad para actuar de manera inteligente. No se trata de aplicar una sanción o un castigo que produzca en estos jóvenes adolescentes un efecto contrario a la toma de conciencia.
Revisando mis experiencias como docente al lado de la siempre recordada educadora Belén San Juan me enfocaría en aquellas estrategias, dependiendo de los recursos de la comunidad, que faciliten una amplia y extendida conversación, con el protagonismo de la comunidad, sobre el nazi fascismo y su metamorfosis en el transcurrir del siglo XXI. Esto implicaría el encuentro, a través de foros, charlas, etc., con intelectuales venezolanos e incluso con familiares de los judíos que padecieron el holocausto; la realización de cine foros; exposiciones de fotografías; dramatizaciones y producción de material audiovisual donde se muestren los horrores del nazi fascismo, que por cierto no se reducen al holocausto de más de 6 millones de judíos, gitanos, comunistas y homosexuales. Aunque ya este horrendo crimen lo diga todo. Tengamos presente que el nazi fascismo en su versión neofascista se encuentra vivito y coleando llevando opresión, muerte y esclavitud en todo el planeta. Nos toca detenerlo.
De esta manera respondo a la siguiente pregunta que alguien me hizo sobre lo que aparece en el video. ¿Y qué harías tú frente a este hecho como Director de la institución?
*Prof. Ex Supervisor de Educación Regional del Estado Anzoátegui