Universidad Popular y Revolución

Según testimonio del Ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Dr. Ricardo Menéndez, la gestión de las universidades venezolanas tendría que estar llamada a enmarcarse en el rol que a tales instancias de formación científica-técnica y humanística le asigna el Plan de la Patria, (Correo del Orinoco, sábado 24 de mayo de 2014, p. 3) ¡Y qué bien que se diga eso así, sin ambages!

Textualmente, el joven ministro y reconocido luchador en sus tiempos no muy lejanos de dirigente estudiantil universitario, instó a las tradicionales casas de estudio a asumir el reto de ver: “…el nuevo rol de las universidades en función del Plan de la Patria”; que se supone, al consultar de pasada la fuente aludida, que sea: “Desarrollar nuestras capacidades científico-tecnológicas vinculadas a las necesidades del pueblo”, (Propuesta del Candidato de la Patria Comandante Hugo Chávez Para la Gestión Bolivariana Socialista 2013-2019. Objetivo Nacional 1.5).

De hecho, el querido Maduro, que si bien no es, por imperativos de la vida, un universitario consumado como otros, pero que sin embargo parece que les lleva una morena, en su preocupación por responder a las demandas que el sector le plantea, como veremos más adelante, acotó ese mismo día del acto con los universitarios que: “…el concepto de universidad que la Revolución ha adoptado es el de la universidad popular”, (Correo del Orinoco, 24, 05, 14. P.2).

Que nosotros, volvemos a suponer, aluda el obrero presidente, a otro de los objetivos estratégicos, aquel que habla de trabajar en redes de parques tecnológicos, ya que se requiere, según el Plan de la Patria:

“Fortalecer y orientar la actividad científica, tecnológica y de innovación hacia el aprovechamiento efectivo de las potencialidades y capacidades nacionales para el desarrollo sustentable y la satisfacción de las necesidades sociales, orientando la investigación hacia áreas estratégicas definidas como prioritarias para la solución de los problemas sociales. Se promoverá la creación de unidades de innovación asociadas a unidades socio productivas en comunidades organizadas, aprovechando para ello el establecimiento de redes nacionales y regionales de cooperación científica-tecnológica, a fin de fortalecer las capacidades del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación”, (ídem).

Tal vez sea en ese sentido que el ministro Menéndez asome la propuesta de que “…cada aldea universitaria pase a ser la universidad de la comuna; también que cada una de las universidades territoriales se ancle en las fortalezas de de la región”, luego agregó que: “Hoy en la educación universitaria el pueblo es universitario”, (Correo del Orinoco, 24, 05, 14. P. 4). Dios mío, ¿cómo se hará concreto eso? ¿Cómo serán los lapsos de desarrollo o se habrá avanzado en ello ya? Hace ya cuestión de un año cuando colaboraba en Misión Sucre, en Siquisique, municipio Urdaneta, estado Lara, una de las alumnas, Alba Ladino, nos comentó que había participado en una reunión sobre la noción de territorialidad y municipalización de la educación universitaria en la Universidad Politécnica Territorial Andrés Eloy Blanco del Estado Lara, UPTAEB, pero después no supimos más nada acerca de cómo se haría operativo semejante concepto, hasta esta hora que leemos al Sr. Ministro del Poder Popular de la Educación Universitaria.

La verdad es que con tanta información y nuevas propuestas uno no puede sino abrumarse, veníamos de un paro de universidades, de esos típicos de la Fapuv, siempre comportándose como caja de resonancia de la Mud y entonces el compañero Presidente Nicolás Maduro el otro día y anuncia que:

“…aprobó 2.858 millones para mejorar infraestructura universitaria; además de 140 millones de bolívares para adquirir 175 mil libros de distintas especialidades para la dotación de 359 bibliotecas”; e informó de la “importación inmediata de 600 mil tabletas procedentes de China para las y los estudiantes universitarios, con una inversión de 646 millones de bolívares del Fondo Chino”.

Siguen los anuncios, según el resumen que hizo la Lic. Vanessa Davies: “El jefe de Estado aprobó 100 millones de bolívares para financiar proyectos de investigación de las convocatorias de 2013, así como para fortalecer espacios de investigación en instituciones universitarias”, también “rubricó 500 millones de bolívares para iniciar el proceso de de reposición de cargos de las instituciones universitarias. Esa reposición será evaluada por una comisión encabezada por el ministro del Poder Popular para la Educación Universitaria, Ricardo Menéndez”, (ídem).

Además, no se puede dejar de mencionar que “…firmó 582 mil millones de bolívares para cumplir la adecuación del ticket de alimentación a la unidad tributaria”; “…también dio el visto bueno al aumento de 50% del monto de las becas de las y los estudiantes a partir de junio de 2014; con el ajuste la más baja quedará en 1.500 bolívares y la más alga en 2.250 bolívares; También incorporó, dice la misma fuente que se viene citando, 30 mil nuevas becas a partir de junio”.

Na´ guará…. ¿cómo interpretar eso? Decir ¿a parito más productivo ese de de 24 horas como nunca antes de la Fapuv o expresión de un Gobierno revolucionario responsables? ¿Quiénes reconocerán eso? ¿O dirán que es un mea culpa para tranquilizar la conciencia o a los furibundos sectores juveniles que pueblan algunas plazas con unos tales Campamentos de la libertad que vociferan contra esta terrible dictadura que mientras algunos de ellos protestan les aumentan las becas? ¿Dónde se habrá visto dictadura semejante?

Personas allegadas nos comentaron de diversa manera el evento anterior, una buena amiga y colega universitaria nos comentaba que, textualmente: “No me gusta esa manera que tiene Nicolás para responder a los temas de los paros. Con plata y más plata, que se queda, por cierto, en las garras de las instancias burocráticas; además, esa población beneficiada, tanto estudiantil como profesoral y directivos seguirán siendo antichavistas a muerte; y con esos recursos aprobados que son tan cuantiosos se fortalecerán más para seguir gestionando a su clientela política gurarimbera; ahí va lo otro, agrega más cargos… más votos para los adecos”...

“Me imagino a los rectores frotándose las manos y con la boca echa aguas, pensando en los recursos…” (Con los que pondrán pepita a las universidades, claro, no vaya a pensar el lector que es por otra cosa) ¿Quién sabrá aprovechar ese gesto de entrega de recursos a las universidades, que con toda justicia hace el presidente Maduro? Pero, además, creo que da esos recursos que bien le corresponde a las universidades y no espera nada a cambio como no sea cumplir con un deber, aunque tampoco está demás que alguien reconozca ese gesto del Estado-Naciòn venezolano, ya que como diría el Rector de la Ucab José Francisco Virtuoso bien está que el Estado reconozca a las universidades como elementos y factores de la alteridad y otros legítimos; ergo, el reconocimiento debe ser de parte y parte.

Otro sí, “se asemeja en el discurso (de Maduro, se entiende), una noción teórica subyacente: de que los recursos (anunciados) son un premio por el hecho de no poder para a las universidades. Pero con, según criterio de nuestra amiga y colega universitaria, ello se niega la realidad de que Fapuv mantiene un control perverso de las universidades autónomas; aparte de que ignora olímpicamente y no menciona (Maduro) el aspecto relativo al punto de rendición de cuentas por ninguna parte, cosa a la están obligados a rendir los rectores, decanos y otras altas autoridades, todo es realazo”. Todo lo anterior son puntos críticos que no se pueden dejar de mencionar, porque son expresión del sentir de un buen número de miembros de la comunidad académica universitaria.

Le respondemos como diría mi amiga Francis, o sea “Es bien que el presidente Maduro tenga la intención de dotar a las universidades que presentan déficit presupuestarios tan elevados, no desde ahorita sino desde hace tiempo, que las bibliotecas no estén dotadas de nuevas adquisiciones bibliográficas, que las unidades de transporte sean deficientes y viejas y las becas fueran de tan poco monto dada la inflación que tenemos.

Lo irónico es que parece que a las universidades las quieran más quienes no son egresados de ellas, como el Presidente Nicolás, que quienes hayan pasado por sus aulas y porten títulos de tercero, cuarto y quinto nivel; el mismo reciente aumento salarial con el I Contrato único del sector universitario no fue tan malo, a tal punto a muchos sorprendió porque esperaban que fuera bastante menos, así hemos oído; lo malo fue que ya se lo tragó la inflación y ya nuestro querido dadivoso inquilino de Miraflores, sea dicho sin ironía, debe ir pensando en un nuevo contrato marco para los universitarios en2015, si no es mucho pedir, ya que no a todos los cubre el salario mínimo.

Finalmente, debo consignar también que en conversación con un profesor universitario de larga trayectoria en su biblioteca, donde hace el honro de recibir a quien esto escribe y a otro colega de las nuevas generaciones, muy crítico y formado, por ciento; aprovechamos para plantearle el asunto de la universidad popular, que es el título de esta nota; y nos responde, poco más o menos, que la universidad tradicional y clásica no se puede descuidar o intentar desviar en sus funciones ya conocidas, de la docencia, investigación y extensión, se supone, ¿verdad?

En ese sentido, la noción y práctica de la autonomía universitaria es irrenunciable, mediante la cual ella se da su forma de gobierno y elabora sus programas, o diseños curriculares acorde con su contexto, propone fortalecer sus rol con nuevas carreras según las demandas actuales de la sociedad y el estado del arte de la ciencia, la técnica y las humanidades, sin interferencia s del Estado y sus gobiernos

¿Ha puesto obstáculos en ese sentido la Revolución Bolivariana en Venezuela? El proyecto de educación superior universitaria, PLES, del año 2010, parece que sí trastocaba la tradición universitaria, y de tal manera que el mismo Chávez, intuyendo las dificultades que implicaba, no le puso el ejecútese.

Pero el artículo 34 de la Ley Orgánica de Educación (agosto, 2009) reglamenta el ya famoso voto uno a uno, asemejando la universidad, que es una organización del conocimiento y meritocrática, fundada en la relación maestro-alumno; y, en consecuencia, de comunicación vertical y hasta reverencial del aprendiz con el maestro; ello la hace ser una organización muy singular no comparable con la sociedad civil, en que todos son iguales.

Pero no hay universidad en el mundo hispano, inglés, francés o latinoamericano, por ejemplo, donde vote toda la comunidad para elegir al rector, los decanos u otros. En la UNAM al rector lo elige un comité de postulaciones, n os contó este querido profesor que viaja a Europa a dictar seminarios y conferencias como un va de Barquisimeto a Baragua, así como si nada.

Aunque se tiene la experiencia del movimiento estudiantil mexicano de 1986-87, con los diálogos públicos entre los estudiantes y la Rectoría, el congreso universitarios de 1990 y el largo movimiento de defensa de la gratuidad de la enseñanza en 1999-2000, todo lo cual está recogido en el libro La Disputa por El Campus. Poder político y autonomía en la UNAM, de Imanol Ordorika.( UNAM, México. 2006); pero ha sido una experiencia interesante, como lo conversamos también días atrás con un investigador mexicano que andaba por estos lares y en Venezuela se tiene la experiencia también de la famosa Renovación Universitaria de la década de 1970, pero ninguna ha cuajado, por así decir hasta ahorita cuando los actantes de la Revolución Bolivariana aspiran introducir los cambios antes señalados, encontrando una fuerte oposición en la mayoría de la comunidad académica de estudiantes y profesores.

Así, cuando se habla de universidad popular en Venezuela, ¿a cuál experiencia se está aludiendo? ¿A la reforma de Córdoba de 1918, en cuyo Manifiesto a los Hombre Libres de América, se exige una universidad popular, democrática, autónoma y el cogobierno o las universidades populares del Perú o Venezuela misma, a mediados del siglo xx, que eran unas especies de escuelas técnicas y del trabajo, donde los obreros aprendían artes y oficios, como posteriormente fue el INCE? De hecho, en mi pueblo Siquisique existió una Universidad Popular, que ofrecía cursos de electricidad y otros hacia 1944, pero este de la Revolución Bolivariana: ¿E un nuevo constructo?

Lo cierto es que con esta última alocución del Presidente Nicolás Maduro sobre temas universitarios ha generado interesantes discusiones, tanto de naturaleza teórica como práctica; además de que los anuncios han sido muy bien recibidos. Aunque tal vez tenga otra falencia, le decíamos a la amiga antes aludida: ¿Por qué no incluyó a los profesores en ese de entrega de tabletas? Ella dizque le diría al ciudadano presidente; Dame una, maluco….

¿Pensará que uno puede adquirirlas con el sueldito este de cada quién, ya tan precarizado? Lo mismo pasó inicialmente con las canaimitas educativas, sólo los estudiantes tenían una; y al final también tuvieron que incluir a los docentes, amanecerá y veremos.

Finalmente, pues, repetimos lo dicho en otras ocasiones , ahorita las cosas no son como antes en las universidades venezolanas, después del año 2003 las políticas públicas en educación superior han venido rompiendo lo que el investigador Tulio Ramírez diera en llamar contracción de la oferta educativa, como lo indicaban las famosas listas de bachilleres flotantes y de los comités de bachilleres sin cupo que cada año se formaban en los centros de estudios superiores, ese fue el mecanismo por el cual quien esto escribe pudo ingresar en 1989, con una lucha que con todo lo malo que fue llevó a valorar más esa oportunidad, ya que en esto se cumple aquel adagio popular de que lo cuesta se valora más…

NOTA BENE.

Por cierto, no es que Fapuv tenga tanto poder de convocatoria aquí en las universidades asentadas en Barquisimeto, el paro de 24 horas fue total porque en los hogares no había agua, y nadie pudo asistir a clases, gracias al Gober., don Henri Falcón, quien en lugar de suministrar agua a las casas, promete construir un monumento supuestamente a la paz y a la Divina Pastora, como si la religión fuera el opio del pueblo. La verdad es que estamos hartos de tanto progresismo al revés que promueve este leadership del oposicionismo que ahora vende sus sandeces en Miraflores.

 

 



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Luís Saavedra

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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