Evaristo pasa por una derruida esquina. Inmediatamente llega hasta su encogido perfil las inclemencias de apenados vientos, estamos en La Cuaresma, pide para que los perjudicadores reflexionen en la próxima Semana Santa.
Caminando desliza sus arrugados dedos por la tapa delantera de su remendado palto, saca y lee una arrugada nota que le acompaña desde hace días: “¡Mi señor no se muera! Mire que la mayor locura que puede hacer un hombre es dejarse morir…,” Es el mismísimo Sancho Panza que descargándose de su viejo Jumento corre hasta el lecho de muerte de Don Quijote de La Mancha.
Sin rumbo llega a un puesto de periódicos y observa fajos que ya no se venden, nadie los compra, están amarillos, derruidos y en uno de ellos puede leer: “Estudiantes universitarios en huelga de hambre”, entonces parte.
Llega a su acostumbrada plaza y empieza a contarle a un par de viejos amigos, aun lado esta Antonieta, quien lo oye de vez en cuando. “Existe un país en un mundo que algunos lo presentan como incierto, sus coordenadas geográficas son latitud 10° 3´ norte, longitud 66° 58´. En esa nación que intento describirles los venados andan detrás de las escopetas, tal y como lo decían mis viejos que en paz descansen”.
Prosigue: Un grupito de hijitos de familias pudientes, es decir, los adinerados de siempre, los de sobrado apellido y abolengo, los que miran más arriba, los sangre azul, ahora son la nueva dirigencia estudiantil y “revolucionaria” de aquel país.
Son muy malos como estudiantes, chuleteros, guasones, bufones hasta el cansancio, tienen años estudiando, se cambian de carrera y universidad y vuelven a empezar sus juegos de oposicion. Se creen los hijos de las universidades, sueñan con que todas se manejen a lo Yale, Culumbia o Harvard.
De las universidades existentes en aquel país, la máxima casa de estudios de la “Gran Capital” recibe el mayor presupuesto del gobierno. Es aquel gobierno que es denunciado a cada momento desde CNN, me supongo debe ser mas bárbaro que el de Libia y Cuba juntos.
Piden debate y les conceden cadenas de radio y televisión a las que no van. Son los muchachos más sanos de este planeta, prohombres, capaces de aguantar semanas sin comer.
Con apellidos de judíos y de grandes familias, los extranjeros de siempre, con eso quieren dominar el país.
O en ese país sus gobernantes les hacen un parao, o las cosas correrán por muy mal camino.
Los dejo es hora de ir a dormir, una banca me espera.
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