Estamos viviendo en un momento histórico en que el mundo ha ingresado en un torbellino de violencia y de expectativas. Así las normas de ayer no son las normas de hoy, tanto en lo internacional como en lo nacional. ¿Cuando íbamos a pensar que el Presidente de los Estados Unidos enviara tropas del Ejército a sus ciudades para controlarlas o para mantenerlas bajo vigilancia?
Y lo están haciendo sin que medie una situación de disturbios o revolucionaria. Pareciera que el desafuero en todos los órdenes de la vida se ha convertido en un alud que no se puede contener y el asesinato de Charlie Kirk, delfín de Donald Trump, proporciona otra dimensión a este fenómeno. Y eso impacta directamente a nuestro país porque aunque no lo queramos estamos en el centro de la tormenta.
Con el despliegue de ocho buques de guerra estadounidenses, armados con más de mil misiles y un submarino nuclear dizque para luchar contra el tráfico de drogas, en aguas cercanas a Venezuela, convierte al Caribe en un escenario de máxima atención informativa para justificar las acciones agresivas que tomen los países imperialistas, grandes consumidores de drogas.
El cuento oficial de Washington habla de lucha contra el narcotráfico, pero los analistas coinciden en que el verdadero objetivo es forzar negociaciones que favorezcan intereses económicos y geopolíticos. Los intereses que se quieren favorecer son la de los grupos elitescos y oligárquicos que pseudo liderados por María Corina Machado están estimulando una actitud belicista con amenazas de invasión inminente para poder tomar el poder en el país ya que ha perdido todas las elecciones en que han participado.
Esta María Corina, que todos se preguntan porque no está detenida, ha logrado infiltrarse en la derecha de Florida del derechista partido republicano, cuyo máximo representante es Marco Rubio, y son los que están estimulando una actitud belicista hacia Venezuela, especialmente en este reciente despliegue militar estadounidense en el Caribe.
Para justificar tamaño desafuero, la movilización de los buques fue precedida por una intensa campaña de cerco comunicacional y de desprestigio contra el gobierno de Venezuela y de toda la dirigencia del chavismo señalándolos como incurso en el delito del tráfico de drogas. Pero creo que se le pasó la mano en el cuadro del desprestigio, porque entonces en Venezuela están el Tren de Aragua, El cartel de los Soles, Herbola, los iraníes y todo bicho con pinta malvada que se les ocurra. ¡Yo insisto en la población de Estados Unidos pasa algo que cree cualquier cuento que le pinte sus gobernantes y no dice nada.¡
En esta situación lógicamente que Venezuela se moviliza no por voluntad bélica, sino por necesidad de defensa pues la guerra se aproxima como parte del circo que Washington debe ofrecer para poder actuar. Imperial, no como decisión soberana. Y la movilización de Venezuela ha sorprendido a todos, amigos y quienes no lo son, por la cantidad de 4.5 millones de milicianos y ejército regular, la planificación mostrada, la cobertura de todo el país y en medio de todo un mensaje pacifista.
Trastoca esto los planes de la derecha, de Marco Rubio y de María Corina que tiene que convencer a las familias de Estados Unidos que es bueno que manden a sus hijos a morir en Venezuela, llegado el caso, ya que aunque no pueden comprobar ninguna de sus acusaciones contra nuestro país, tampoco parece que es necesario hacerlo. Para ella la vida de los venezolanos ya sabemos que no importan, y tal como lo muestra en este caso, la vida de los jóvenes estadounidenses tampoco.