La pena de muerte y el fusilamiento como método

"EEUU: Carolina del Sur aprueba el fusilamiento como alternativa de ejecución para condenados a muerte. Por: Efe / Aporrea.org | Jueves, 06/05/2021 09:55 PM"

Anoche estaba leyendo la página de UN y me tropecé con una declaración de Jorge Arreaza condenando el fusilamiento como "alternativa de ejecución" de la pena de muerte EEUU. AL leer el encabezado de la noticia dije –"¡qué ridiculez!", y no terminé de leer la noticia. Pero cuando quise leerla de nuevo para rescatar la fuente ya no estaba, la habían quitado (seguro que además de mí, alguien tuvo que haberla leído). Alguien se daría cuenta de lo ridículo que es reprobar el método de acabar una con la vida de un ser preso condenado (como si hubiera una forma más humana que otra de ejecutar a un ser humano) y no reprobar la pena de muerte como forma de hacer justicia social.

La pena de muerte como forma de hacer justicia social es un tema tratado con profundidad por Dostoievski, mucho más que toda la sociología criminal. Y más adelante por Albert Camus y otros escritores. El argumento en su contra se resume de esta manera. Una persona herida de muerte, hasta su último suspiro cree que no va morir, tiene la esperanza de salvarse antes de perder la consciencia o de pasar al otro lado. Si hay un método más humano de ser "condenado a muerte" es que no te enteres jamás. El dolor de morir, supera en mucho a la muerte misma. KiIrilov, un personaje de "Los endemoniados" (o "Los demonios") explica esto con un ejemplo simple. Imagine usted que lo aplastara una enorme piedra del tamaño de una casa, ¿qué cree que sentiría usted? La respuesta es: nada. Pero imagine que esa enorme piedra está suspendida sobre su cabeza y que en cualquier momento va caer. La cosa es distinta, porque le sobreviene un dolor áspero e infinito, insoportable, porque tiene tiempo de pensar que puede perder la vida en cualquier momento. Con este argumento Kirilov convence a su interlocutor de que el dolor a perder la vida, el dolor en general (que es lo mismo), no es físico, es moral, es una pérdida moral que supera en mucho al dolor físico y por supuesto a la misma muerte.

Lo mismo pasa con la pena de muerte. La pena de muerte significa un dolor intenso y continuado, el condenado muere mucho antes de ser ajusticiado; quizás justo cuando es condenado, cuando ingresa al patíbulo (cámara de gas, silla eléctrica, pabellón de fusilamiento, horca, garrote vil, etc.,) es cuando puede sentir alivio porque termina su martirio mental y moral, luego de que le arrebataran la esperanza de vivir ese día en que fue sentenciado y condenado a morir (no caben consuelos, ultima cena, último cigarrillo, ni confesión, ni arrepentimientos). Más adelante Albert Camus, en su novela "El extranjero" describe el proceso de degradación y desesperación, ¡el dolor que se experimenta! cuando ya se sabe con certeza cómo y cuándo uno va a morir; cuando uno entiende que no hay tiempo y va a ser ejecutado de forma absurda, al día siguiente, a las 8 am de la mañana. Otros casos, es El Juicio. K es condenado a muerte, y el día que tiene que morir solo piensa en la vergüenza de morir frente a la vista escrutadora de la sociedad, al desprecio de la sociedad, que es otra forma de morir. Otro, es aquel personaje medio ridículo que creyendo que va a morir por un mal incurable, "sentenciado" por su médico, ordena a unos asesinos a que lo maten antes, sin que él se entere cómo y cuándo lo van a matar, lo cual, aunque resulte jocoso contiene una denuncia al mismo elemento cruel, despiadado, que es "la sentencia de muerte" (Enrique Jardiel Poncela, "Espérame en Siberia, vida mía")

Ese sentimiento de dolor moral, de su pérdida, es el que manipula la tortura. La tortura es arrancarle la esperanza de vivir a un ser con la promesa y el acto de que lo van a matar; más desequilibra y mata esa amenaza y el sadismo físico que aplica, a que de pronto te quiten la vida. ¿Acaso es más inhumano el fusilamiento como método de linchamiento que la tortura física y psicológica? ¡ya quisiera el torturado un buen fusilamiento!

El caso del capitán Acosta Arévalo. En otro titular de UN se podía leer en el 2019: "38 lesiones tenía cadáver de Acosta Arévalo", después de que fue torturado antes de morir. El joven militar supo que moría mucho antes de morir ¿Eso es más civilizado, más humano que el fusilamiento? ¿Qué le parecerá esto a Jorge Arreaza que se olvidó de Guantánamo? O el caso de Nelson Martínez, condenado a morir de mengua por sus carceleros, solicitando desesperadamente atención médica sin recibirla ¿Es más humano que el fusilamiento el desprecio por la vida de otro? No lo creo. No les bastó con exponerlo ante la sociedad, filmarlo, encarcelarlo, esposarlo, humillarlo. ...Tuvieron que torturarlos y dejarlos morir. La pregunta ¿Qué lleva a estos verdugos ensañarse con sus víctimas, que ni siquiera las conocen? Lo realmente inhumano es el desprecio por la vida, ¡es todo el sistema judicial!; son los que dan las órdenes, que rara vez se quieren enterar de los métodos de tortura, de presión, de sacar una confesión, creyendo que así no son responsables o culpables, así como el gran inquisidor Torquemada, apadrinado por el mismo Dios.

Más que el método de matar a un condenado, lo que no sirve es el método que usa esta sociedad irresponsable de castigar el delito; de corregirlo con la misma violencia despiadada con la cual maltrata a sus miembros. Lo inhumano es la condena de muerte, la muerte sentenciada, y fijar una fecha para morir. O la tortura, sacar una confesión, quebrar el carácter mediante dolor físico y psicológico, robarte la esperanza, humillar, ser sometido por otros humanos perversos, verdaderos animales, que te van quitando la esperanza de vivir poco a poco, minuto a minuto, hasta morir moralmente; así físicamente no mueras ya estás muerto. Así quede tu cuerpo vivo, ya con el encierro, las humillaciones y la tortura te han matado moralmente varias veces. Mejor morir fusilado.

A los sistemas judiciales modernos no les basta como castigo con encerrar y humillar al condenado a muerte, sino que te avisan cuándo y cómo te van a quitar la vida. No creo que haya un delito humano – el homicidio, la violación, ni siquiera la tortura – que amerite generar tanto dolor como compensación a la sociedad, a una sociedad hipócrita, una sociedad de mierda que cría locos y resentimientos. Es un método hipócrita y estúpido que jamás ha resuelto nada, el homicidio, el crimen es un problema que nace de la misma sociedad, que se genera en ella misma, en el modelo amoral, hipócrita, de sociedad que tenemos (desigual, excluyente, racista, patriarcal y autoritaria y corrompido…, que exuda odio y venganza por todos lados).



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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