Incitación al odio

¿Cómo se llama eso que hace Diosdado Cabello con su homofobia? ¿No se llama odio incitar a una masa irracional al linchamiento por traición a la patria, a cuanta gente señala el gobierno con su deo? ¿Qué juez decide qué es incitación al odio? ¿Un fiscal resentido (disculpen mis prejuicios)? ¡Ha comenzado la caída de la cordura! Ahora detienen a una ginecóloga en el Zulia y a un señor con síndrome de Down, mañana serán niños con sus mascotas, mañana allanarán hogares de reposo y ancianatos… ¡Comenzó la paranoia de Judas!

Que yo sepa la sociedad capitalista ha sido siempre una incitación sostenida al odio. Las telenovelas son una incitación al. En las telenovelas no existen tonos grises, todo es blanco y negro, o eres malvado o eres un pendejo con suerte odio – solo diremos que el socialismo predica todo lo contrario a la intolerancia, por ejemplo, Lenin legalizó el aborto y era feminista, cuando el mundo europeo, intelectuales incluidos, odiaba a las mujeres –. En una sociedad aburguesada y clasista como esta los malos son feos o "extranjeros", los buenos están con la ley y con Dios: eso es "incitación al odio".

La iglesia católica practica el odio todos los días desde sus púlpitos, y los curas no van presos ¿Será que firmaron un pacto con el gobierno? Los pastores evangélicos odian los que van al cine, y lo gritan en sus actos de "hipnosis colectiva", y no allanan sus casas. Los chavistas alienados y perturbados por Diosdado lo hacen con todo lo que no sea gobierno y con aquellos que usen más de diez palabras en su vocabulario, ahí está Diosdado, "fresco"… Los ricos con los negros y los pobres,… pero no van presos.

El prejuicio es un invento burgués y capitalista. Y si no lo es, parece que lo fuera, es la base psicológica de la dominación. Para juzgar a alguien por "incitación al odio" hay que estar libre de prejuicios, y el gobierno ostenta de ellos con desvergüenza, en cada alocución pública y acción política los gritan a los cuatro vientos: sin pudicia Maduro juzga, se burla de sus contrarios sin que nadie lo pueda condenar ni controlar, y ponerlo preso por incitar al odio.

Cada mentira es un prejuicio, cada acusación sin pruebas o sin juicios legales, aceptados por el sistema establecido, es un pre-juicio, es una forma de incitar al odio, a que otros se prejuicien y sean prejuiciosos con el otro, con "lo otro", con lo que es distinto, diferente, extraño. Cuando juzgas a un comunista como un ser malvado incitas al odio, y si haces lo contrario también; eso no funciona en una sola dirección, no hay un odio bueno y uno malo, es uno solo y es humano, "demasiado humano".

Vivimos en una sociedad cargada de prejuicios, incitamos al odio en cada juicio ligero e infundado que hacemos ¿Cómo es que hay una ley que castiga la incitación al odio? ¡Eso es absurdo!, ¡Todo el mundo odia algo o a alguien! El problema está en quién manipula ese odio.

¿Quién juzga cuándo se incita al odio? Eso distinto preguntarse ¿quién orienta y canaliza ese odio para dañar a la gente, a la sociedad, o a una sociedad específica? Como pasó en la masacre de Ruanda en 1994, manipulando ese odio, exacerbando el odio por fines políticos… A menos que ellos crean que el mismo Jesucristo nos juzga a través de sus conciencias. Y aun así sería muy controvertido ese juicio, porque Cristo no juzga, él te invita a que lances la primera piedra, si estás libre de pecado. Más bien sería el juicio de un cristo falso. Nuestras policías, el fiscal, el gobierno está repleto de estos cristos falsos poniendo preso a cualquier pendejo que critique o se burle del gobierno. O como aquel cristo que inventó Pablo para joder a la humanidad, un farsante imitador, obispos católicos y pastores "cristianos", y toda clase de intolerantes descontrolados; mandando a la hoguera a los fantasmas que amenazan sus vidas, por razones fútiles o por motivos políticos o económicos, sin embargo claramente personales.

El asunto es que las leyes deben ser consensuadas y ajustadas a las prácticas sociales. Una sociedad prejuiciosa no debe condenar a aquel que ínsita al odio, si no hay parámetros claros que digan cuándo ese odio es capaz de ocasionar daños a la sociedad. Por ejemplo ¿cuándo una ginecóloga, a través de las redes sociales, puede provocar una masacre tipo Ruanda? El asunto es que el gobierno sigue creyendo que Capriles Radonsky motivó los asesinatos aquellos, y no el trabajo lento y cuidadoso de los medios, del sistema. ¡No lo hace Google y Facebook! ahora, ¡no lo ha hecho Diosdado con su "arrechera" solapada en el Mazo!, y va incitar una masacre esa señora con un chiste pendejo, o el pobre desgraciado con síndrome de Down, con un sartén.

Sobre estas ridiculeces se solaza el fiscal (y el gobierno con él) mostrándose "piadoso" y justo… sin dejar de ser severo con un gesto hipócrita.

Son personajes de la comedia molierezca, Tartufo, el fiscal moralista; o el "Doctor Chimbín" de Joselo; el Gran Dictador de Chaplin, que se escaparon como polizontes en el tiempo cuántico hacia el futuro y decayeron en estos seres tan feos, tan mediocres, que no valen ni siquiera una telenovela mexicana.

Resumiendo, si quieren condenar el odio busquen las causas, hurguen en los prejuicios, en la envidia y los celos, en la indiferencia, en la codicia etc, en el propio daño moral. Y si quieren proteger a la sociedad controlen los medios de difusión, controlen sus lenguas y sus malas intenciones; condenen a Google y Facebook, a Tuiter, Wathsapp, a VTV, a Diosdado, etc. Ellos son más responsables del daño social, que el del hombre y la mujer que odian, las víctimas desprevenidas en toda esta historia (…como si Maduro no odiara a sus enemigos y no incitara con su miedo a sus seguidores a que se sumen a su propio odio, a que odiemos por él y mandemos a la mierda la conciencia…).

El daño es social y es exacerbado por un sistema hecho para odiar a lo extraño, lo distinto y diferente, al fuerte, al miserable; hecho para el exterminio cultural y social por las fuerzas hegemónicas. Y Maduro y su gobierno, junto al fiscal, forman parte de ese juego "hegemónico" de manipulación, con esa ley tan primitiva, apelando a ella para perseguir a los que disienten, digna de Torquemada, el gran inquisidor de Somoza, de Trump, de los ingleses, de los capitalista…



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Marcos Luna

Dibujante, ex militante de izquierda, ahora chavista

 marcosluna1818@gmail.com

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