Bachelet & Trump and Company

Una vez emitido, el informe respectivo por la Alta Comisionada de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos sobre la situación de los derechos humanos en la República Bolivariana de Venezuela, pareciera que algunos funcionarios de Cancillería, y del Alto Gobierno Bolivariano, mantenían expectativas positivas de que dicho informe daría un tratamiento objetivo a la realidad de los derechos humanos en el país. Pesaba sobre ellos, la reciente visita al país por la funcionaria de Naciones Unidas, en la que Michelle Bachelet pudo constatar in situ, algunas realidades y situaciones, que la mediática occidental oculta al mundo y que, de tanto ocultar, terminan sepultadas en el olvido, tal cual no hubieran ocurrido. Realidades, que no aparecen reflejadas en ninguna línea del informe en cuestión. Por ello, mientras repudiamos la actuación de los funcionarios de Cancillería, que pretendieron vendernos la falsa expectativa "positiva" sobre la figura de Bachelet, reivindicamos la postura de Fundalatin, Fundación Latinoamericana por los Derechos Humanos y el Desarrollo Social, que, sin endulzar a la autoproclamada de izquierda y ex presidenta, objetivamente, enjuicia el informe de manera descarnada y cruda: "estas víctimas entregaron a la Alta Comisionada 123 casos documentados de personas que fueron linchadas, degolladas y asesinadas por seguidores de Leopoldo López, Capriles, Guaidó y otros actores políticos que hoy promueven la violencia desde la Asamblea Nacional. Sin embargo, el informe de la Alta Comisionada invisibilizó a todas estas víctimas, así como lo hizo su antecesor. Lamentablemente, las esperanzas de las víctimas han sido defraudadas por su oficina, a pesar de comprometerse a dar un tratamiento imparcial a este tema"; refiriéndose, a los casos de Orlando Figuera, quien fue linchado y quemado vivo, y Elvis Durán, degollado por las huestes opositoras durante las güarimbas terroristas de 2017. Y menos, de los niños y niñas muertas, imposibilitadas de que el Estado Bolivariano -producto del bloqueo financiero y expropiación de CITGO por la Administración Trump a petición del autoproclamado Juan Guaidó- se les negará toda posibilidad de atención médica en el exterior, eventos dramáticos, que no se mencionan en el citado informe. Los derechos humanos, desde la visión de Michelle Bachelet, no cuentan para los pobres de esta tierra.

Se trata, de un informe que resume la postura política que ha mantenido, antes como presidenta de Chile y hoy, como Alta Comisionada de Derechos Humanos de la ONU, la señora Bachelet: "La violencia debe terminar. La ley debe ser seguida. Los presos políticos deben ser liberados. El poder constitucional de la Asamblea Nacional debe ser restituido y necesitamos un calendario para las elecciones", señalaba en 2017, como presidenta en funciones de Chile. Obviamente, en esa postura dejaba ver las costuras de hacia qué lado se inclinaba su corazoncito. Y, si bien, en su informe no lo precisa en iguales términos es bien obvio que el objetivo sigue siendo el mismo, encajonar al Gobierno Bolivariano hacia una salida electoral, por la vía de presionarlo con el arma de los derechos humanos. Allí, se conjura con la Administración Trump, que sale muy bien parada pues el efecto de sus medidas unilaterales coercitivas, mal llamadas "sanciones", no tienen impacto negativo alguno sobre la realidad que –actualmente- padecen los venezolanos y venezolanas, peor aún, Bachelet en su informe, llega al extremo de fijarle fecha a la actual crisis y excluye de responsabilidad al gobierno de EEUU: "27. La economía venezolana, especialmente su industria petrolera y los sistemas de producción de alimentos, ya estaban en crisis antes de que se impusiera cualquier sanción sectorial…" ¡Sentenció Bachelet!

No dejó hueso sano, donde demoler el término: "derechos humanos" para el caso de Venezuela, siguiendo la tradición de su antecesor, el saliente Alto Comisionado Zeid Ra´ad Al Huseim. Llegando al extremo, la señora Bachelet, de que hasta el programa de televisión de más alta audiencia en Venezuela, Con el Mazo Dando, animado por Diosdado Cabello, fue objeto de señalamientos negativos en el informe, como vector de "Ataque contra miembros de la oposición y personas críticas al Gobierno", "que desacredita y ataca de manera constante a quienes critican al Gobierno". Lástima, que estando en el país, la señora Bachelet, no se hubiese tomado la molestia de encender la televisión y ver con sus propios ojos, la naturaleza del programa que cuestiona a los opositores con sus propios dichos. La recomendación, que no se atrevió a realizar la Bachelet y que se desprende del informe, pareciera ser, que en el Mazo, ahora Diosdado debiera corregir los dichos de los personajes de la oposición y muy decentemente, sin dañar sus derechos humanos, refrendar sus dichos y diretes, con palabras bellas y elegantes, todas muy light. Por lo demás, en su informe la señora Bachelet nos da una noticia a quienes vivimos en Venezuela pero que no nos habíamos dado cuenta de tan grave situación: "El 13 de mayo de 2016, el Presidente de la República declaró el "estado de excepción", que desde entonces ha sido renovado cada 60 días. El decreto otorga amplias facultades, vagas y discrecionales al Poder Ejecutivo con el propósito declarado de, entre otras cosas, preservar el orden interno…" De perlas como ésta está plagado el informe. Pero, visto así desde fuera casi que los venezolanos y venezolanas viven en una verdadera dictadura, tal cual nos caracteriza la Administración Trump. Solo que, la realidad verdadera de la "excepción" tiene que ver con un Decreto de Excepción y Emergencia Económica, nada que ver con "facultades vagas y discrecionales al Poder Ejecutivo", como afirma el informe. Decreto que bien vale la pena leerlo en toda su extensión para apreciar sus verdaderos fines y objetivos: "Artículo 1° Se prorroga por sesenta (60) días, el plazo establecido en Decreto N° 3.239, de fecha 09 de enero de 2018, mediante el cual se declara el Estado de Excepción y de Emergencia Económica, en todo el Territorio Nacional, dadas las circunstancias extraordinarias en el ámbito social, económico y político, que afectan el Orden Constitucional, la paz social, la seguridad de la Nación, las Instituciones Públicas y a las Ciudadanas y los Ciudadanos habitantes de la República, a fin de que el Ejecutivo Nacional adopte las medidas urgentes, contundentes, excepcionales y necesarias, para asegurar a la población el disfrute pleno de sus derechos, preservar el orden interno, el acceso oportuno a bienes, servicios, alimentos, medicinas y otros productos esenciales para la vida…" (Gaceta Oficial N° 41.357, de fecha 9 de marzo de 2018). Fines del Decreto, que se compaginan con las Recomendaciones del citado informe, que en la ordinal (a), exhorta al Estado venezolanos a que "Adopte todas las medidas necesarias para garantizar la disponibilidad y accesibilidad de alimentos, agua, medicamentos esenciales y servicios de atención de la salud…" ¡Mayor incongruencia! ¿Habrá leído el informe que suscribió con su firma, la Alta Comisionada de Naciones Unidas? Estado de Excepción, que el pueblo sigue exigiendo se aplique rigurosamente contra especuladores y bachaqueros, quienes privan al pueblo de su acceso a alimentos y medicinas, al monopolizar dichos bienes esenciales para la vida, pero sobre los cuales, el Estado Bolivariano no aplica las sanciones de Ley, en contravención a lo dicho por Bachelet en su informe, quien promueve la impunidad, de la cual, ya está harta este pueblo.

Estimamos, que Foro Penal, hizo muy bien el trabajo encomendado por la Administración Trump, presentando un país fallido, un país que: "Destaca patrones de violaciones que afectan directa e indirectamente a todos los derechos humanos: civiles, políticos, económicos, sociales y culturales…". Un país, que efectivamente es así, pero en el que sus verdaderos causantes y responsables directos, desaparecieron por efecto Bachelet. La Alta Comisionada, queda en la buena con la Administración Trump, sus agentes en Venezuela, Guaidó y Cia. John Bolton, no tendrá que alzar su voz, como lo hizo con los magistrados de la Corte Penal Internacional que se atrevieron a pensar en investigar a soldados estadounidenses por violaciones de derechos humanos en Afganistán, pero el halcón cobarde ya hizo el trabajo sucio de amenazarles con eliminarles su visa y potenciales sanciones, y listo, renunciaron a sus cargos, y el caso cerrado por falta de guáramos de alguien que se atreva a desafiar el poder bárbaro del norte. ¡Good, good Bachelet! Buen trabajo, te ganastes bien esos cobres…¿Quién habrá sido el soquete, que en su desparpajo de ingenuidad, convenció al Alto Gobierno de que Mrs Bachelet había cambiado en sus intenciones políticas contra Venezuela? La oposición ha calado hondo, internamente en el Gobierno Bolivariano…



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Henry Escalante


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