Hoy, 17 de diciembre, es un día de duelo nacional en muchos países de América Latina, y se conmemora la muerte del Libertador Simón Bolívar. Bolívar, en esa fecha del año 1830 en Santa Marta, Colombia, a los 47 años de edad. Considerado uno de los héroes más importantes de la independencia suraméricana, pues lideró las luchas por la liberación de Venezuela, Colombia, Ecuador, Bolivia, Perú y Panamá del dominio español.
Fue presidente de la Gran Colombia (actual Colombia, Venezuela, Ecuador y Panamá) de 1819 a 1830. Un defensor de la unidad de las naciones de lo que fuera la América colonial española y abogó por la creación de una confederación de naciones americanas.
La Hacienda de San Pedro Alejandrino y la historia de la relación de Bolívar con Joaquín de Mier
Es fascinante y es interesante ver cómo las figuras históricas pueden tener conexiones inesperadas. Joaquín de Mier y Benítez, un español nacido en Cádiz en 1787, fue el dueño de la Hacienda de San Pedro Alejandrino, donde Simón Bolívar pasó sus últimos días.
La Hacienda San Pedro Alejandrino fue fundada por el canónigo Francisco Godoy y Cortesía hacia el año 1630. Esta hacienda de caña fue comprada por Manuel Faustino de Mier en 1808. Al declararse en quiebra, el Tribunal de la Diputación Consular de Santa Marta le adjudicó la hacienda a su hijo Joaquín de Mier y Benítez.
Joaquín de Mier fue un hombre práctico que supo asimilar los cambios políticos en el momento oportuno y abrazó la causa republicana. A partir de 1821 entabló amistad con el general Mariano Montilla y empezó la importación armas y otros pertrechos de guerra con destino al ejército de la Nueva Granada. A través del general Montilla, en 1830 el Libertador Bolívar solicitó la casa de campo de Joaquín de Mier para descansar algunos días. Joaquín no sólo accedió a este pedido del Libertador, sino que puso a su disposición el bergantín Manuel que lo trasladaría desde Sabanilla hasta Santa Marta. A esta ciudad llegó Simón Bolívar el 1° de diciembre de 1830 y se alojó en la Casa de la Aduana, donde se hospedaba el general Montilla cuando llegaba a la ciudad. El día 6 de diciembre Bolívar fue trasladado a la San Pedro Alejandrino, muriendo el 17 de diciembre de 1830, a la una de la tarde. Fue la partida del más grandeguerrero libertario, visionario y líder de los pueblos del subcontinente.
La Quinta de San Pedro Alejandrino estaba ubicada en una gran finca del poderoso hombre de negocios. De Mier y Benítez, estuvo al lado de Bolívar hasta el día de su muerte. Eran muy buenos amigos. Durante varios años, el gobierno realista la confiscó por estar Mier al servicio de los patriotas. Bolívar se la devolvió en 1820 tras derrocar a los realistas. Esta finca que reunía todas las condiciones para tan ilustre visitante.
Joaquín de Mier, el dueño de la Hacienda de San Pedro Alejandrino, era un hombre culto y apasionado por la lectura. Su biblioteca era una de las más extensas y selectas de la región, y estaba compuesta por obras de destacados escritores de todas las épocas. Según relatos de la época, De Mier se acercó a Bolívar y le ofreció su biblioteca, diciendo algo como: "Señor Bolívar, aquí tiene mi biblioteca a su disposición. Espero que encuentre en ella algo que le sea de interés y le brinde algún consuelo en estos momentos".
Bolívar, agradecido por la oferta, aceptó y pasó horas leyendo y estudiando en la biblioteca de De Mier. Se dice que se sintió especialmente atraído por las obras de los clásicos griegos y romanos, así como por la poesía de los románticos. La biblioteca de De Mier era un verdadero tesoro, con obras de autores como Homero, Virgilio, Shakespeare, Cervantes, Voltaire y Rousseau, entre otros. Bolívar se sumergió en la lectura y encontró en ella un refugio y un consuelo en sus últimos días.
Este gesto de De Mier es un ejemplo de la hospitalidad y el respeto que mostró hacia Bolívar durante su estancia en la Hacienda de San Pedro Alejandrino. La biblioteca de De Mier se ha convertido en un lugar emblemático y se conserva como parte del patrimonio cultural de Colombia.
De Mier fue uno de los testigos del testamento de Bolívar y jugó un papel importante en la exhumación y traslado de sus restos a Caracas en 1842. La hacienda de San Pedro Alejandrino se convirtió en un lugar de peregrinación para los admiradores de Bolívar y hoy en día es un museo y monumento histórico nacional .
El médico de Bolívar, Alejandro Próspero Révérend, lo atendió en sus últimos momentos y describió su estado de salud en boletines médicos. La autopsia realizada después de su muerte confirmó que la causa de la muerte fue una tisis tuberculosa. Bolívar fue enterrado en la Catedral Basílica de Santa Marta, y sus restos fueron trasladados a Caracas, Venezuela, en 1842, donde se encuentran actualmente en el Panteón Nacional.
La hacienda se convirtió en un lugar de peregrinación para los admiradores de Bolívar y hoy en día es un museo y monumento histórico nacional de Colombia, pero también de todas las naciones por Bolívar liberadas. En 1890 la Asamblea Departamental y el Gobernador del Magdalena, Ramón Goenaga, autorizaron la compra de la Quinta por la suma de 24.000 pesos para convertirla en museo y monumento histórico nacional, en homenaje al Libertador Simón Bolívar.
En sus últimos días, Bolívar, que se encontraba en un estado de salud muy delicado, con síntomas como fiebre, dolores de cabeza y problemas respiratorios; pesar de su condición, dictó su testamento y una proclama a los colombianos, expresando su deseo de que su muerte contribuyera a la unión de los países americanos.
Antes de morir en la confortable Quinta de San Pedro Alejandrino, rodeado de sus más leales edecanes y generales, entre otros los generales: Mariano Montilla, José María Carreño, José Laurencio Silva, José de la Cruz Paredes, el capitán Andrés Ibarra, José María Molina, Joaquín de Mier, el doctor Manuel Pérez Romero y el doctor Próspero, el Libertador dejó su mensaje para la posteridad:
Proclama de Bolívar: A los Pueblos de Colombia
¡Colombianos!Habéis presenciado mis esfuerzos para plantear la libertad donde reinaba antes la tiranía. He trabajado con desinterés, abandonando mi fortuna y aún mi tranquilidad. Me separé del mando cuando me persuadí que desconfiáis de mi desprendimiento. Mis enemigos abusaron de vuestra credulidad y hollaron lo que me es más sagrado, mi reputación y mi amor a la libertad. He sido víctima de mis perseguidores, que me han conducido a las puertas del sepulcro. Yo los perdono.Al desaparecer de en medio de vosotros, mi cariño me dice que debo hacer la manifestación de mis últimos deseos. No aspiro a otra gloria que a la consolidación de Colombia. Todos debéis trabajar por el bien inestimable de la Unión: los pueblos obedeciendo al actual gobierno para libertarse de la anarquía; los ministros del santuario dirigiendo sus oraciones al cielo; y los militares empleando su espada en defender las garantías sociales.¡Colombianos! Mis últimos votos son por la felicidad de la patria. Si mi muerte contribuye para que cesen los partidos y se consolide la Unión, yo bajaré tranquilo al sepulcro.Hacienda de San Pedro Alejandrino, en Santa Marta, a 10 de diciembre de 1830.Simón Bolívar