Hoy es el día de Santa Lucía. Ya, Ender el Cabezón, Leída, Juanita, Adela, Deisy y Ana tienen mi Calle Las Dos Rosas a reventar con sonidos de pura Gaita.
Así debe ser, hoy se inicia la parranda aquí en el Barrio, y tempranito a las seis de mañana me tocaron la puerta y me entregaron mis banderas azul y blanca, que coloqué en mi ventanal.
Celebramos a Santa Lucía de Siracusa, la mártir de los ojos restituidos, cuya luz nos llega desde el siglo IV. Patrona de los ojitos, venerada por creyentes que encuentran en su historia de fe y sacrificio un símbolo de claridad y esperanza. Hoy esa misma luz se vuelve gaita y procesión en nuestro Empedrao.
Esta noche iremos a la Procesión que bajará por Federación y de allí cogerá rumbo por la Pacheco, para subir por Soledad y bajar hacia a San Luis y seguir paseando por el Boulevard de Santa Lucía.
Mi Barrio El Empedrao junto a lo que queda del Saladillo son los más viejos de Maracaibo y sus orígenes datan de finales del siglo XVIII. Debe su nombre a que en Los Hatos que lo circundaba existían abundantes lajas y piedras de ojos.
Los primeros pobladores del Empedrao fueron burreros cargadores de aguas, marinos y pescadores; pero también comerciantes extranjeros, vendedores de Yaguasa y Pitizalé, así como muchísimas mujeres bellas y guapos de sombrero, bastón y verduguillo.
Para el año 1830 el barrio contaba con una población de unos 15.000 vecinos y no sería sino hasta el año 1844 cuando es asumida como Parroquia tomando el nombre de Santa Lucía.
En 1848 el Empedrao es dotado de alumbrado público con faroles de querosén, que hacían brillar sus calles desde las siete hasta las nueve de la noche.
La construcción de una Iglesia para El Empedrao se cristaliza en 1867, y no será hasta el año 1879 cuando se produce su inauguración con el nombre de Santa Lucía, para que de este modo y por siempre se convirtiera en nuestra luz empedraera.
"Yo no soy de por aquí. Que yo soy del Empedrao. Yo me resbalo en lo seco. Y me paro en lo mojao".
