El Cimarrón

Hay gente que en el barrio, aprendió cosas no muy buenas, y otros, que de todo,  aprendimos lo bueno, incluso siendo no tan bueno.
 
Por ejemplo, en mi barrio aprendí que la palabra es un documento, que el respeto está por delante, se respeta desde un niño, hasta la persona mayor del barrio, aprendí, el compartir y el compañerismo, aprendí la defensa colectiva y mutua, también aprendí la lealtad y el amor por la tierra que te ve crecer, que te da la oportunidad de crear, de vivir y soñar.
 
En el barrio, aprendí a callar cuando se debe callar, y a no hablar, cuando quizás haya que hablar, aprendí, que la mejor palabra la que no se dice, y que la mejor pelea es la que se evitá, en mi barrio, aprendí que el vivo vive hasta que el bobo quiere, y que el que sabe no se apura, en el barrio, aprendí, que los que se la dan de lo más arrechos, eran los que se marchaban más rápido lamentablemente, aprendí, que los falsos siempre estaban fuera de la manada, y también aprendí, que aunque vivas de manera gregaria, siempre es mejor andar solo, sí, parece una contradicción, cuando digo solo, es que en la soledad, te puedes equivocar, y no tendrás problemas de deber nada a nadie, si no, siempre deberle a tí mismo hoy, para superarte a ti mismo mañana.
 
En mi barrio aprendí a defenderme solito, aprendí, no meter a nadie en mis peos, lo hice de esa manera, para tratar de no afectar a nadie con lo mío, para cuidar a los que quería y sigo queriendo, en resumen, mi peo e mi peo, y siempre trataba de que nadie se metiera para arreglarlos, cosa extraña, al contrario, siempre me gustaba tratar de ayudar a solucionar los peos del otro, mientras que esas personas, así lo quisieran, en mi barrio, aprendí, que no era bueno dejar que entre los mismos panas, criados juntos, pelearán, en mi presencia, siempre trate de intervenir para que eso no ocurriera, siempre levantaba las banderas de la paz y el entendimiento entre hermanos y hermanas, en mi barrio, aprendí por cierto la hermandad, y la lealtad a ella.
 
Sí, hoy me dió por escribir los aprendizajes de mi barrio, cosas que no aprendí en la escuela, en el liceo, ni en la universidad, por cierto cosas que aún sigo aplicando, y vaya que me han dado resultados.
 
Por cierto, en mi barrio aprendí, que si usted amigo mío, tenía peo con otro amigo mío, y al final mi mediación no podía resolverlo, pues se los decía clarito a cada uno por su lado, arreglen su peo, y a mí no me involucren en lo suyo, a los dos los quiero, a los dos respeto, y los dos en función de principios, les seré leales, ninguno de los dos, me harán invitación, para con una acción de mi parte, joder al otro, les decía, aquí estoy, soy su amigo, y al final del día, por un lado me la llevaba bien con uno, y por el otro lado me la llevaba bien con el otro, aprendí eso, porque en una oportunidad, le deje de hablar a uno por el otro, y a la semana estos se contentaron, y después ninguno de los dos me hablaba a mi.
 
Así es, el barrio es una escuela, el barrio es un espacio para el aprendizaje, en el barrio, aprendí a jugar fútbol, aprendí a escuchar y bailar salsa, y también en medio de todo, aprendí a defenderme, cuando a alguien se le ocurría intentar joderme.
 
*Que viva mi barrio.*


Esta nota ha sido leída aproximadamente 41559 veces.



Jhon Ortíz


Visite el perfil de Jhon Ortíz para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:


Notas relacionadas