“Si de nuestra historia no sacamos ninguna lección dinámica, no hay porqué suponer que la encontraremos en otra parte”.
Augusto Mijares (1998)
Hablar de la Salud Mental desde lo decolonial como mirada “otra”, requiere metafóricamente ir tejiendo el telón de fondo de la salud mental decolonial, desde el comportamiento colectivo del pueblo venezolano, como conjunto de rasgos heredados y procesos históricos vividos a lo largo de 531 años, a través de la dialéctica temperamento (lo biológico)/ carácter (lo adquirido).
Temperamento como herencia genética, el carácter, conjunto de rasgos adquiridos durante el proceso de socialización, educación, interacción socio-comunitaria, en el devenir histórico, como pueblos conquistados, colonizados y colonializados; es lo que denominamos comportamiento colectivo de lo venezolano,
Los hilos para tejer el comportamiento colectivo como telón de fondo de la salud mental decolonial, lo constituyen lo que Vargas Arenas & Sanoja Obediente (2015) en la Larga Marcha hacia la Sociedad Comunal, desarrollan la configuración geohistórica de la Patria y lo que Acosta Saignes denominó, la fragua del pueblo venezolano; otro hilo lo constituye lo Afirmativo venelozano de Augusto Mijares (1998), la revisión documental de Luis Britto García (2017), El verdadero venezolano. Mapa de identidad nacional y el Pensar y Repensar América Latina (2007), componen el tercer hilo histórico, complementado con el ensayo La larga tristeza (esperanza) venezolana de Tomás Straka (2015).
Ese telón de fondo de la Salud Mental y Decolonial, el comportamiento colectivo de lo venezolano, tejida con las agujas de la praxis crítica de lo decolonial, que devela la Colonialidad del Poder, la Colonialidad del Saber y la Colonialidad del Ser, como patrón ideológico de dominación del poder constituido, imposición en la manera de investigar, hacer ciencia de la académia y la educación oficial en general, de la alienación de la subjetividad/intersubjetividad de nuestros pueblos originarios y actuales, como cara oculta de la modernidad capitalista en crisis.
Iniciamos el tejido con el primer hilo, Vargas Arenas & Sanoja Obediente quienes señalan situaciones que desde nuestra perspectiva, son el basamento político ideológico de la conquista, colonización y colonialidad, que nos mantienen sujetados a la dominación occidentalocéntrica y anglocéntrica, nos encubri durante la conquista, invisibilizó en la colonización, nos subalterniza, inferioriza, no reconociéndonos y alienando nuestra subjetividad, identidad personal y nuestramericana en la coloniadad actual.
¿Quiénes somos?, ¿Qué somos histórica y culturalmente? y ¿De dónde venimos?, pueden ser comprendidas e interpretadas desde las situaciones enumeradas a continuación de Vargas Arenas /Sanoja Obediente: a) La construcción de una matriz de opinión que sostiene que el pueblo venezolano tienen una “flojera estructural”; b) Concepción dicotómica de la cultura: concepción eurocéntrica oligárquica y burguesa, solo las Bellas Artes son cultura, mientras que lo folklórico, lo plebeyo, lo cotidiano, gustos, vestir, musicalidad, gestualidad, gastronomía, saberes, populares es la cultura del pueblo, “manifestaciones folklóricas” que no son consideradas culturales; c) Divorcio entre las Políticas Públicas Culturales de ideología burguesa y las Políticas Públicas Educativas que forman euro y anglocéntricamente, confundiendo al pueblo; d) Las nuevas construcciones historiográficas no son suficientemente divulgadas, por tanto son desconocidas por el pueblo, lo que frena el cambio y la transformación para superar la dominación, la imposición y la alienación; e) Ausencia de Políticas Públicas Comunicacionales que impidan el afianzamiento de estereotipos y prejuicios negativos hacia lo popular y el pueblo; f) Persistente falta de memoria histórica en nuestras clases populares, como pueblo de la fragua social de Acosta Saignes; g) La masificación de la educación en todos los niveles, no garantiza cambio ni transformación personal, educativa, cultural, así como tampoco afianzamiento de una identidad nacional; no esiste una permanente revisión, supervisión, vigilancia epistemológica y metodologica de contenidos y maneras de formar, conocer e investigar; h) Nudos críticos de los contenidos programáticos en educación: medias verdades y distorsión de proceso históricos, con exclusión de étnias y género en la gesta independentista; mirada antipopular de sectores poblacionales burgueses y oligarquicos; uso de editoriales privadas y transnacionales en la edición de textos que se utilizan en la educación oficial del Estado venezolano; uso frecuente de valores y conceptos ajenos, extranjeros a nuestra nacionalidad e ideosincracia, formación de antivalores que fortalecen lo externo internacional, por sobre lo nacional.
Las situaciones descritas por los autores citados, por décadas, han reforzado actitudes disociadoras y colonializadoras en el comportamiento colectivo de lo venezolano, colocándonos como colectivo social con comportamientos atávicos de barbarie, disociación psicológica, fragmentación social y creador de cartografías socio territoriales de desigualdad, injusticia y exclusión.
Estas características serán contrastadas con otras características que también configuran el comportamiento colectivo de lo venezolano, de Augusto Mijares en Lo afirmativo venezolano, que será el otro hilo al que nos aproximaremos en el artículo de la próxima semana.