A propósito de un Congreso de Periodismo Cultural, de una necesaria y urgente revolución cultural y de Rugeles

A propósito de pretendidos rescates y resucitares, de rectificaciones históricas e histéricas, de creaciones y recreaciones artísticas y "científicas", de "gatopardismo" con todas sus siete y más vidas, de repetidas conmemoraciones y sempiternas rememoraciones y demás, en nombre del "Bolivarianismo" y a nombre del Padre de la Patria, Comandante Infinito Simón Bolívar, quiero traer a colación este comentario -como pretensión justiciera- para exponer algunos argumentos que permitan corregir igualmente algo que considero una injusticia (tremenda para mí y para otros lectores, sobre todo aquellos amantes de la poesía), en cuanto a un poeta venezolano, a quien desde su muerte, durante la calamidad que significó la Cuarta República -y todavía hoy-, el tinglado "cultural" que manejó al sector durante los últimos cuarenta y cuatro años de "puntofijismo", decidió sepultar para que no fuese conocido, y, mucho menos, considerado como para ser incluido entre los grandes poetas de nuestra querida Venezuela.

Del mentado Congreso hablaré al final o al pie de este aventurar…

En cuanto al pre-anunciado poeta, tal vez no sea yo el más indicado para tratar de reivindicar su nombre, por cierto muy cercano al mío. Podría pensarse que desde mi óptica de "pariente cercano", mis apreciaciones no tendrían que ser (y a lo mejor no lo son) lo suficientemente objetivas como para sustentar la reivindicación pretendida.

Este poeta no es otro que MANUEL FELIPE RUGELES. Me atrevo a presentarlo por razones de "justicia", ya que por lo ya advertido, es posible que no sea "tan conocido". O sí, ... Puede ser que se conozca una partecita de su obra, ya que dentro de su enorme repertorio de poemas hermosos, existe uno -dirigido especialmente a los niños- precisamente sobre el Padre de la Patria, Simón Bolívar, que es el más conocido en Venezuela, de tantos que se han escrito sobre el Padre de la Patria. Y no solamente en Venezuela sino en toda NuestrAmérica. El poema se titula: "Este niño Don Simón", cuyo creador fue el poeta MANUEL FELIPE RUGELES. Pero -como suelen ser las cosas en nuestro país- cuando hablan del poema o lo anuncian por radio o por televisión, bien sea en programas dirigidos a niños o en programas para todo público, jamás dicen quién fue su autor. Nombran sí a sus intérpretes, quienes no son otros que los integrantes del grupo musical "Serenata Guayanesa", uno de cuyos integrantes le puso música al poema. [ No sé si Iván Pérez Rossi o Hernán Gamboa, o ambos…].

Sus magníficos versos dicen lo siguiente:

El niño Simón Bolívar

tocaba alegre el tambor

en un patio de granados

que siempre estaban en flor

Montó después a caballo.

Dicen que en potro veloz,

por campos de San Mateo

era el jinete mejor

Pero un día se hizo grande

el que fue niño Simón,

y a caballo siguió andando

sin fatiga el soñador.

De Angostura hasta Bolivia

fue guerrero y vencedor,

por el llano y por la sierra

con la lluvia y con el sol.

A caballo anda en la historia

este niño don Simón,

como anduvo por América

cuando era el Libertador.

Como podrán advertir, la simplicidad de este poema dirigido -sobre todo- a los niños, no puede estar mejor alcanzada, pero eso no obsta para describir en palabras más que entendibles, a nuestro máximo héroe.

Rugeles escribió todo un poemario para niños al que llamó "Canta Pirulero". Éste ha sido editado en tres o cuatro oportunidades, en ediciones "minimas" (en cuanto a número de ejemplares), pero soy de los que piensa que el Gobierno Revolucionario Bolivariano debería hacer una super-edición, y así como regala "canaimitas", regalarla a todos los niños de Venezuela, por la riqueza del vocabulario empleado y por la forma tan exacta y sencilla, precisa y concisa, con la que trata Rugeles diversos temas tan pretendidamente defendidos por esta Revolución como por ejemplo: La defensa de la Naturaleza o la dignificación del Trabajo, la Dignidad del Hombre y la Patria misma, para solamente nombrar cuatro, de los tantos temas que aborda con prolijidad asombrosa…

Con publicación como ésta, "mataríamos dos pájaros de un tiro", en el camino que tenemos por delante, no sólo de apropiarnos de lo nuestro y dar a conocer "lo nuestro", como creación poética, sino también, como compendio de creación de conciencia, de "modo de ser", de "modo de vida", de compensación y balance ideológico y de reestructuración de nuestra cosmovisión colectiva… que es de lo que más necesitamos, para no continuar llevando este proceso, siempre en un borderline, en un filo de navaja, en el cual un rollito de papel tualé o una paquita de harina precocida, produzcan la idea generalizada de que "en este país no se consigue nada…".

Con publicaciones como ésta… y como otras, que las tenemos a montón, pero a las cuales no les paramos bolas, al encontraros inmersos en un proceso donde siempre lo "urgente" se sobrepone a lo importante.

En "Canta Pirulero", Rugeles no cae en lugares comunes, ni en el uso y abuso de los diminutivos, utilizados usualmente para -equívocamente- llegar a los niños, y -además- facilitar la rima poética, que -en el caso de este poemario-, es de las cosas que más le alabo… y n.e.p.s.m.t (no es porque sea mi tío). En los otros poemarios que nos dejó, la riqueza de su lírica lo coloca a la altura de Miguel Hernández, Machado, Vallejo, y hasta el mismísimo Lorca. Sin exagerar. Sólo hay que leerlo sin prejuicios... y sin manipulaciones ni coacciones ...

Para seguir abordando poéticamente el "bolivarianismo", colocaré aquí unos fragmentos de un (otro) poema que le dedicara Rugeles al Padre de la Patria…:

EL B O L Í V A R DE A L E J A N D R O C O L I N A

(Fragmento)

.........................

Su voz siempre se alza sobre las multitudes.

Es la voz de Jamaica y es la voz de Angostura.

Y es la de las solemnes horas de Santa Marta.

En el nacer del caos y en la sorda tiniebla

esa voz no se apaga, porque tiene su ámbito.

La sigue oyendo el pueblo de todo un continente.

El hombre que se hiela en los páramos;

el hombre que suda en la manigua del trópico,

y el hombre desnudo en la llanura, con su lanza de fuego,

contemplaron al Héroe que traía las botas

rojas y polvorientas de su andanza a caballo.

El oro de las vetas indígenas apenas

fulguraba en sus manos. A lo largo de toda

su impaciente aventura, se fue sintiendo solo

con su propia bandera, Y cada vez más solo,

hasta quedar en diálogo con la voz de su sombra.

¡ Solo, en la desnudez concreta de la muerte !

... .... .... ...... ..... .....

Ganará la batalla definitiva el día

en que sólo la siembra de su palabra sea

capaz de dar un fruto de libertad perenne.

Cuando el pan de la tierra no lo mendigue el pueblo

y el hombre salve al hombre como quien salva un árbol

y nunca llore un niño por el dolor de América.

De su libro "Cantos de Sur y Norte", 1954.

Como habrán podido advertir, este fragmento es parte de un intenso e inmenso poema a Bolívar (y no fue escrito precisamente para niños...).

Como anécdota, les comento que para ese texto se inspiró el poeta en una polémica que tuvo lugar en nuestro país, y principalmente en Caracas, con motivo de que el famoso escultor Alejandro Colina presentara un proyecto como modelo o maqueta, para hacer una monumental estatua de Simón Bolívar, desnudo a caballo. Es de adivinar que la obra no se llevó a cabo. Eran otros tiempos. Apenas estaba "Caracas" dejando de ser "la de los techos rojos". Aquella idea de Colina, sin embargo, nos la copiaron -años después- en Colombia, y un artista, allá en la ciudad de Pereira, esculpió una estatua de Bolívar desnudo a caballo que, hoy por hoy, es ícono deslumbrante de esa ciudad.

El Presidente Chávez, durante su mandato, desempolvó el proyecto de aquel Bolívar de Alejandro Colina, y anunció en un "Aló Presidente", que lo haría instalar en el Waraira Repano (cerro El Ávila). El Presidente hasta mostró una maqueta de aquello. Pero tiempo después, en Julio de 2012, lo escuché decir que él quería montar esa estatua sobre el Waraira Repano, cerca del Hotel Humboldt, pero que le habían dicho "que ese proyecto no era viable", "que si por la altura… que si por los fuertes vientos, etc. Total que el monumento a Bolívar, como tantas obras, pensadas y anunciadas por Chávez, no "fue"… no vio la luz…

Pues bien, para retomar el tema del "sepultamiento" de este gran poeta (y n.e.p.s.m.t.), paso a contarle dos anécdotas que pudieran hablar, de alguna manera, de quién fue Manuel Felipe Rugeles...

Manuel Felipe Rugeles tuvo el cargo de Director de Cultura y Bellas Artes del Ministerio de Educación en el último año o los dos últimos años del gobierno del General Marcos Evangelista Pérez Jiménez. Como quien dice, un cargo similar a lo que hoy sería el de Ministro de la Cultura… pero de un gobierno catalogado como "dictatorial", y -por supuesto- de otra dimensión y concepción. Mi tío Manuel Felipe era un ‘tío’ buena-gente (y n.e.p.s.m.t.). Cuando cayó el gobierno de Pérez Jiménez, en Enero de 1958, el agarró los libros y demás bártulos que tenía en su oficina y, tranquilamente, se fue a su casa (vivía en San Bernardino, Caracas), a la manera de aquellos que ni deben ni temen. Nunca fue molestado ni perseguido por los "próceres" que irrumpieron en la historia venezolana a partir de aquella fecha. Pero recuerdo que tenía (yo) tres primos, de apellido Oliver Rugeles, sobrinos de él, por supuesto (de los cuales sobrevive uno, Iván, quien escribe regularmente por este portal aporreador), quienes fueron a visitar al tío. En parte para ver cómo se sentía en lo personal, y también medio "en joda", en son de burla y sarcasmo, porque el gobierno -del cual él era funcionario-, se "había caído". Mis primos (ya fallecidos), uno era militante del PCV y el otro de AD (de cuando se decía -y se creía- que no había mucha diferencia ideológica entre esas dos organizaciones), y el que los sobrevive, izquierdoso, es "chavista a morir". Y mi tío, recostado en una pequeña cama, largó unas palabras -para mí- proféticas. Les dijo que si querían lo anotaran, pero que a partir de aquel momento (1958), la oligarquía se iba a apoderar de nuestro país.

Mis primos no sé si entendieron o no creyeron (una de dos), en lo que el tío Manuel Felipe estaba vaticinando. Pero lo cierto es que el gobierno de Pérez Jiménez era -grosso modo- un gobierno "nacionalista". La oligarquía no participaba de los "grandes" negociados que se cocinaban mientras paralelamente se construía el país. Durante el gobierno de Pérez-Jiménez se enriquecieron tres o cuatro generalotes que mandaban y un pequeño grupo de constructores italianos, quienes prácticamente levantaron la infraestructura física básica elemental que todavía es "mostrable" en Venezuela. Ejemplos sobran (Los hoteles de la Corporación Nacional de Hoteles y Turismo (Conahotu), los principales Hospitales y Unidades Sanitarias de todo el país, los "Círculos Militares", Escuelas y Súper Liceos en todo el país, el teleférico más largo del mundo (en Mérida) y el de Caracas - El Ávila - Macuto, las primeras grandes autopistas, etc. Y hasta el inconcluso Helicoide, ubicado en Roca Tarpeya).

Cuando se produce el cambio de gobierno, la oligarquía -ente que parecía hacerle falta a los gringos como asociados locales- llega al poder. En el 58 yo apenas contaba diez años. Recuerdo algunas cosas de esa época. Había terminado mi educación primaria en el Colegio "Emil Friedman", que a la sazón funcionaba en una edificación ubicada en "El Pedregal", en Caracas. [Emil Friedman (q.e.p.d.) fue un violinista de origen checoslovaco y judío (imperceptible), quien huyendo del terror nazi, llegó primero y por pura casualidad al Estado Táchira (me contaba mi padre), en una época en que el Presidente del Estado (que así los llamaban), era Leonardo Ruiz Pineda. Poco tiempo después, Friedman se mudó a Maracaibo (luego de que los "músicos" del Táchira le hicieran la vida imposible), y, finalmente, aterrizó en Caracas, donde fundó el Colegio cuyo lema era y sigue siendo: "No hay cultura sin cultura musical" ]... Comenzaba entonces mi bachillerato en el Liceo Carlos Soublette, ubicado en San Bernardino (CCS), y fue la época en que más departí con el poeta Manuel Felipe Rugeles, gracias a la cercanía entre "mi" Liceo y su casa.

Pues bien, como parte del anecdotario, puedo comentar que cuando se trató de formar la Junta de Gobierno que tomaría las riendas del poder, luego de la caída de Pérez Jiménez, ésta tardó tiempo en establecerse porque estaban esperando por Eugenio Mendoza, miembro prominente de la oligarquía caraqueña, quien formó parte de esa Junta. [ Paradójicamente, cuando el golpe de Abril de 2002, que le permitió a Pedro Carmona Estanga comandar uno de los gobiernos más efímeros que haya tenido nuestro país (afortunadamente!), el hijo de Mendoza, también llegó tarde al convite y se coló la información de que estuvieron largo rato esperando por él. Sin embargo creo que uno de sus tíos menores (o hermano o primo, tal vez) sí estuvo como testigo presencial de la intentona gubernativa.]

Manuel Felipe Rugeles no se equivocó en aquella apreciación y se cumplió tan exactamente, que todavía no conocemos a carta cabal la magnitud del daño que hizo (y sigue haciéndole) la oligarquía a este país, corrompiendo a toda la dirigencia política entre el año 1958 y, creíamos que hasta el advenimiento de la llamada "Revolución Bolivariana", decidiendo el destino económico de nuestra patria, al copar los ministerios y entidades desde los cuales se controlaba la economía del país, actuando como verdaderos apátridas, a cambio de migajas que les permitían toda clase de lujos, prebendas y abusos de todos colores, conduciendo al país a la miseria más espantosa, al punto de crear una masa de pobres, marginados de todo beneficio estatal, de más del ochenta por ciento de nuestra población. Una clase que no contenta con todo lo que producía el país (que se lo apropiaban groseramente), lo saqueó a mansalva y encima lo endeudó para robarlo aún más. Y que todavía hoy aparece y reaparece con otros disfraces, y sigue metiendo la mano en grandes montos de divisas provistas por nuestros principales recursos, y sigue corrompiendo a diestra y siniestra… (es decir, a derecha e izquierda…).

Pues bien, a los pocos días de producirse la caída del gobierno de Pérez Jiménez, se produce un hecho que va a marcar -súper-negativamente- la vida de Manuel Felipe Rugeles. Hecho que instó a unos cuantos canallas a sepultar su obra y su nombre. Execrarlo, fue la orden de quienes manejaron al sector cultural. El eje del mal (ese sí) que manejó ingentes cantidades de dinero y que tuvo como epicentro de operaciones al Ateneo de Caracas, pero no tanto a esa entidad sino a quienes tuvieron y decidieron la suerte de tantas personas que sucumbieron ante el poder de personajes como los Otero Castillo y sus adláteres, quienes -sabemos- apoyaron también a Chávez pero solamente para pretender continuar con el control del sector Cultural venezolano, y pedirle a Chávez, al éste llegar al gobierno, nada menos que el manejo de la Oficina Central de Información (OCI) (no existía el Ministerio de Información y Comunicación), el control del Consejo Nacional de la Cultura (CONAC / … para la época no existía el Ministerio de la Cultura), y también dinero a borbotones para nivelar las finanzas de un diario "quebrado", y que todavía hoy no ha desaparecido, por el sostén que le mantiene el imperio norteamericano, en su papel de bastión escrito contrarrevolucionario, anti-país, anti-socialista, anti-ético y anti-pático...

Paso a contar entonces, regresando un poco en el tiempo, que cuando Rugeles fue Director de Cultura del gobierno de Pérez Jiménez, Miguel Otero Silva, comunista solapado (comunista light, diríamos hoy), ya millonario, dueño de caballos de carrera, jalabolas del gobierno de P.J., con retratos del dictador y demás en su casa de habitación, y quien se las daba de amigo de Rugeles, lo frecuentaba para solicitarle -entre otras cosas- dólares para un grande entre los grandes: el inolvidable poeta y patriota Pablo Neruda. Y Manuel Felipe Rugeles conseguía con el gobierno (¡ Con el gobierno de Pérez Jiménez !), divisas en dólares para contribuir con los diversos desplazamientos que por el mundo realizó el gran poeta Pablo Neruda. Movimientos que nos contara en detalle (Neruda) en su maravillosa obra autobiográfica "Confieso que he vivido". Imagino que así ahorraba Miguel Otero Silva sus propias divisas, y tal vez hasta le diría a Neruda o al "glorioso Partido Comunista", que él daba aquellos dólares de su bolsillo... porque -suponemos- se le haría difícil explicar que los consiguiera de un funcionario... ¡ del gobierno de Pérez Jiménez !

En Enero de 1958 cae "la dictadura" de Pérez Jiménez. Y a la etiqueta le pongo comillas porque todo lo "dictatorial" que hubiese podido tener aquel gobierno, al que considero como uno de los más nacionalistas que hemos tenido, TODO quedó en pañales al lado de las atrocidades cometidas por los gobiernos dizque "democráticos" que lo sucedieron. Estos le ganaron sobradamente en robo, en muertos, en desaparecidos -que es una figura de la cual tenemos el negro privilegio de haber instaurado por vez primera en el continente desde el gobierno de Raúl Leoni- y, en cambio, no lo superaron en obra física (edificaciones) que pudiera todavía mostrarse hoy.

En ese mismo año (1958) y por esa misma razón, viene Neruda a Venezuela. Viene a celebrar en nuestro país y con sus representantes más connotados, el advenimiento de la "democracia". Cuando llega a Caracas, pues obviamente es agasajado de diversas formas. En la casa de Miguel Otero Silva le fue ofrecido un ágape que debe estar reseñado en la prensa de la época. Pues bien, a esta recepción no invitaron a Manuel Felipe Rugeles, por razones que pudieran llegar a comprenderse (él, funcionario de un gobierno recién caído, etc.), pero lo cierto fue que Rugeles se molestó muchísimo. Me contó otro escritor y poeta, español, quien en alguna oportunidad fue Secretario Privado de Rugeles, que se trasladaron a compensar el desprecio sentido, en algún bar de aquella Caracas de finales de la década de los años 50’. Y entre palos y arrechera, Rugeles le pidió a José Manuel Castañón -de quien vengo hablando-, que escribiera en un papel algo que le iba a dictar. Pues bien, Rugeles le ha dictado un poema en contra de Miguel Otero Silva, que lo describía en cosas que jamás aparecerán mientras se escriba sobre "la gloria de Miguel Otero", y menos en diarios como El Nacional, como ocurrió hace unos años, cuando Simón Alberto Consalvi y otros tantos jalabolas y beneficiarios de toda la administración cultural puntofijista, (u "Otero-Silva-Castillista", que viene a ser lo mismo), a quienes -por cierto- los une la contra-revolución; por supuesto, el odio visceral primero a Chávez y ahora al "chavismo", y el escribir sobre la vida y milagros de Otero Silva, de la cual "coincidencialmente" excluyen la época perezjimenista. Como si ésta no hubiese existido. Otero, según sus panegiristas, da un salto sin explicaciones y… sin pasar por "GO" ni pagar doscientos, llega a la "Democracia". No "pasa" por los diez años de perezjimenismo. ¡ Llega de los gobiernos anteriores a Pérez Jiménez… a la "Era Democrática" !. Entonces dan a conocer al novelista, al humorista, al hombre del poder mediático, al senador (sin decir muy en alto que fue "comunista"), pero tapando de cualquier forma su registro de vida y su relación con la "dictadura", retratada en el soneto que produjera Rugeles.

Entonces sigamos, ... No hubiese pasado nada, si el poema (soneto o no-se-qué) no se hubiese divulgado, pero, me cuentan que al tiempo de morir Manuel Felipe, hecho ocurrido el 03 de Noviembre de 1959, un columnista que firmaba Francisco Arrechedera y escribía una columna (La columna disolvente) en el diario "El Mundo", diario que todavía existía para la época (pudiéramos precisar esto…), publicó el poético dictamen de Manuel Felipe Rugeles sobre Miguel Otero Silva. Me contó José Manuel Castañón, en el lobby del Hotel Meliá Castilla, en Madrid, que María Teresa Castillo (ya fallecida), quien todavía en esa época estaba casada con Miguel Otero Silva, y con quien había engendrado a sus dos párvulos: Mariana y Miguel Enrique (Otero Castillo), se molestó muchísimo con esta publicación, y le exigió a la viuda de Manuel Felipe, una explicación y una carta en la que dijese que eso no era verdad, que eso era algo apócrifo, que no lo había producido Manuel Felipe Rugeles, etc., etc., porque "qué le iba a decir ella a sus niños" ante la sarta de agresiones o colección de verdades contenidas en el poema ...(?)". Y según me confió Castañón, así fue. Mi bondadosa tía, Ana Mercedes Azuaje de Rugeles (a quien dios tenga en la gloria), le hizo la requerida carta a la Sra. María Teresa Castillo, y creyó que con eso cerrarían esa "herida" y "harían las santas paces". Pero todo lo que hemos visto, tanto los familiares de Manuel Felipe Rugeles, como sus amigos más entrañables y los degustadores de su poesía, es que a partir de ese hecho, se decretó prácticamente un ocultamiento total, tanto del personaje como de su obra.

Además con extensión continental. Porque si bien Manuel Felipe Rugeles aparece en el Diccionario Larousse como uno de los pocos poetas venezolanos allí reseñados, no apareció más en casi ninguna de las antologías que sobre poesía aparecieron después de su muerte. No aparece, por ejemplo, en la Antología de Poesía Venezolana, que presentara Juan Liscano. No apareció siquiera en una primera edición de otra antología que escribiera un poeta menor de apellido Escalona Escalona (recientemente fallecido), quien a pesar de haber sido también secretario de Manuel Felipe, tuvo los cojones de obviarlo (luego lo incluyó en la segunda edición y eso porque algunos amigos le reclamaron la absurda inconsecuencia y el desparpajo). No aparece en la Colección Ayacucho, en la que han publicado a tantos que no le llegan ni por los tobillos a Rugeles (y n.e.p.s.m.t.). Y tampoco está en las ediciones de MonteÁvila. Apareció en una tímida antología en una colección también de menor rango, como lo es la Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses (BATT), pero porque allí resultaba (casi) impensable excluirlo. Y eso como para corroborar el lugar-común que se volvió, decir de Manuel Felipe que es un poeta nativista, costumbrista, "de la montaña", etc., y de vaina no escriben que "casi que intrascendente"…

Es de destacar que poetas como Eugenio Montejo reconocían (reconocieron) elogiosamente a Rugeles en todo momento; o Pablo Mora, gran poeta tachirense, quien desborda idolatría hacia la obra de Rugeles. Y otro poeta, de estos tiempos de trajín "bolivariano", Freddy Ñáñez, director-presidente de Fundarte, admirador también de Rugeles, cuando estuvo como delegado en el Táchira del Ministerio de la Cultura, y desde el Gabinete Regional, impulsó y logró reeditar una Antología de Manuel Felipe Rugeles, también a través de la colección Biblioteca de Autores y Temas Tachirenses, BATT.

Voy a incluir en esta intención una pequeñísima selección de poemas de Rugeles, para que puedan ustedes, caros lectores, apreciar a vuelo de pájaro, su calidad (y n.e.p.s.m.t.). Si no les gustan los poemas, aquí no ha pasado nada. También lo hago, porque esta revolución no cuenta con un poeta de la trascendencia universal que (yo, a lo peor, y súper-subjetivamente) le hallo a Rugeles (y n.e.p.s.m.t.)...

[ Tampoco cuenta "La Revolución" con un poeta de talla "mediana", ya que bajo mi modesta apreciación o gusto poético, ni Saab ni Sesto les llegan por los tobillos (aunque ellos se lo crean y algunos jalamecates se los digan), a muchísimos poetas de ayer y de hoy, en Venezuela. Quienes "salvan la patria" y a este proceso, son los poetas-compositores-cantores revolucionarios con sus prolíficas producciones…] ...

Sucede entonces que Chávez primero, y ahora Maduro (tal vez por delegación también), haciéndose eco del pesado fardo adeco, citan como herencia histórica -y repetidamente- la poesía de Andrés Eloy Blanco, quien con su muerte temprana contribuyó a la decadencia y a la traición de los ideales iniciales de un partido dizque "revolucionario" y otrora "antiimperialista", como Acción Democrática. Y no sé, pero se hace como más difícil sostener un proceso como el presente, sin algún peso poético (de peso), lo cual viene siendo compensado por nuestros cantores. Los poetas adecos Andrés Eloy Blanco, Pinto Salinas, Ruiz Pineda, etc. murieron y ese partido se volvió un estercolero…

Ahora bien, tampoco pretendo que conviertan a Rugeles en "poeta de la Revolución", porque eso no tendría el menor sentido. Estaría más que fuera-de-contexto. Pero me conformaría, como lo he venido sosteniendo, conque lo divulguen, lo den a conocer... Cosa que no se hace, a pesar de estar seguro de que Manuel Felipe Rugeles fue el poeta venezolano que más dedicó poemas al Padre Libertador. Pueden buscarse y leerse poemas como "Este niño Don Simón", o "El Bolívar de Alejandro Colina" o "El ocaso del héroe", y hasta algún verso incluido en su premiado "Canto a Iberoamérica".

Con los textos que aquí incluyo, tengo una aviesa pretensión: que se conozca "algo" de la poesía de Manuel Felipe Rugeles, poeta de la montaña, de los Andes venezolanos, de los niños de Venezuela y del mundo, pero, a la vez, poeta universal. Lírico como los grandes de la lírica universal (y n.e.p.s.m.t.). Y olvidado como pocos... para que, si se considerase medianamente justo, reivindicarlo. Para que lo rescatemos. Y para que por lo menos con una edición masiva de "Canta Pirulero", se llenen de inspiración patriótica y amor por el país, los niños de mi patria Venezuela.

Espero que degusten estos poemas que me he tomado la libertad de seleccionar, para complementar esta intención. Disfrútenlos…

VÉ TÚ , P A L A B R A M Í A

Vé tú, palabra mía

como un golpe de viento sobre el ala

de una gaviota oscura.

Vé tú, palabra mía,

con el beso ignorado de cien bocas

y la música y sol de los arroyos.

Vé tú, palabra mía

con la caricia leve de cien manos

y la flor y la luz de los jardines.

Vé tú, palabra mía,

a sosegar su corazón que tiembla.

Y hasta la sombra en su rosal de olvido,

lleva el mensaje del amor del mundo.

De su libro "Dorada Estación", 1958/59.

QUISIERA AMARLO TODO

Quisiera amarlo todo, Señor,

lo que le has dado al día,

en color y alegría

y has donado a la noche

en lágrimas y estrellas.

Y comprenderlo todo, Señor,

lo fatuo, lo sincero

y lo ruin y lo puro

con la mirada exacta

de Horacio, el venusino,

al contar las palomas

que poblaron su sueño.

Y sonreir a todo, Señor.

Que sea ésta mi forma

única de violencia

y mi virtud de hombre

ante lo injusto siempre

o lo justo que pueda

sorprenderme en la vida

sin tregua hacia la muerte.

De "Dorada Estación", 1958/59.

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Nota: El siguiente poema lo utilizan los miembros de la Peña Literaria "Manuel Felipe Rugeles" (que funciona en San Cristóbal) para abrir sus actos. Lo llaman "El Credo de la Peña..".

T O D O E S T Á A Q U Í

Anhelaba esta hora de vida en la montaña.

Esperaba este sol para buscar senderos

perdidos en la niebla de la remota infancia.

Me detuve en la orilla luminosa del río

y jugué con el agua, limpia como un espejo

y en ella vi mi rostro como cuando era niño.

Piso mi valle. Siento la verde luz del campo,

la gravedad del pino que se curva ya viejo

sobre la tierra y siento las grietas del arado.

Estoy aquí sembrado como si fuera un roble

que respira en sus aires y se yergue hacia el cielo

con una algarabía de pájaros cantores.

Creo en el sol de junio y en el pan de la espiga;

creo en las amapolas que iluminan los huertos

y en las simples violetas que oculta la neblina.

Creo en el hombre triste, sin palabra y sin llanto,

que anda por las veredas con su vara y su perro,

apacentando sueños detrás de los rebaños.

Creo en la niña pálida que casi va desnuda

y detiene a su paso las palomas en vuelo

o dobla ante una malva la flor de su cintura.

Creo en los manantiales y en el fuego sin límite

del frailejón de oro, guardando su secreto

más allá de la noche que su aliento percibe.

Creo escuchar la abeja que despierta a la rosa.

La ronda de los niños, segadores del tiempo.

La rueda de los juegos girando en mi memoria.

Todo está aquí: la brisa, la flor, la mariposa.

Y Dios está en la yerba. Camina sobre el viento.

¡Ah! ¡Creo oir el canto matinal de las horas!

De "Cantos de Sur y Norte", 1954.

E L H O M B R E

Este hombre es el mismo que conocen los siglos.

Vencedor o vencido, filósofo o esclavo,

justo o impenitente, conforme o vengativo.

Este hombre es el mismo

que ha tirado el guijarro o ha aromado la venda,

que ha escondido el puñal o ha cortado la rosa,

que ha erigido el patíbulo o ha apagado la hoguera.

El que avivó la ira o prendió la alegría;

el que vistió la púrpura o el que anduvo desnudo

o lloró frente al mar o atizó la tormenta.

El mismo, el mismo hombre

que salvó las palomas o arruinó las abejas;

el del vaso de oro o el manjar de lujuria;

el que bebió del cielo o se hartó de la tierra.

El mismo, el mismo hombre

de la ardiente cruzada o el de voz tumultuaria;

el bandido o el mártir; el héroe o el misántropo;

el de la lámpara o cruz o bandera en la diestra.

O el que desesperado sin esperar blasfema,

o el que ha hundido sus labios en la herida del Cristo

o el que ahoga su llanto profético en la sombra

o el que mide su vida por un grano de trigo.

Todos el mismo hombre que conocen los siglos.

Y en la historia o la fábula diciéndonos hermanos.

Y tú, Dios, perdonando la mentira y el odio

y la sangre vertida que corre en nuestra manos.

De "La Errante Melodía", 1942.

C A N T I G A D E L D E S T E R R A D O

Ayer crucé la frontera

sólo por estar, amada,

cerca de tu cabellera,

junto a tu verde mirada

y entre tus brazos, siquiera,

preso hasta la madrugada.

El potro que me trajera

cerca está de la enramada.

Si alguien a indagar viniera,

di que aquí busca posada

por esta noche un cualquiera

que se va con la alborada.

Mañana en la sementera

mi huella estará marcada.

Ésta no será olvidada.

Va a durar la vida entera.

Dirán que estuve a tu vera,

sabiéndote enamorada.

Mañana por la frontera

vuelvo donde está mi espada.

Qué soledad más callada

en el destierro me espera

sin tu amor, sin mi bandera

y la casa abandonada.

Ay, si contigo estuviera

con la puerta bien cerrada,

sin que tú dijeses nada,

y la llave se rompiera

y el herrero se muriera

al llegar la madrugada.

POESÍA

Cuando el dolor me lastima

en el verso logro amparo.

Por espacio abierto y claro

busco en el cielo una rima.

Y de una cima a otra cima,

como el aire, como el viento,

va solo mi pensamiento,

con la luz de cada día,

dueño de su fantasía...

¡Y así nace lo que siento!

ROMANCE PARA UN POETA

(Fragmento)

..........................................

Hay que hacer algo esta tarde

para templar la añoranza,

para renovar los sueños,

para juntar la nostalgia.

Unidos pétalo y trino,

virtud de pureza intacta

guardados y defendidos

por invisibles murallas,

viven aún los poemas

que maduró tu esperanza,

puestas las manos al viento

con un temblor de alborada.

Testimonio de tu espíritu.

Rescoldo azul de tu llama.

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Nota: Este poema que sigue, "La Guacamaya", lo

imagino aprendido de memoria, y declamado por todos

los niños y niñas de mi país...

LA GUACAMAYA

Sin rumbo en mitad del campo,

solita, la guacamaya.

De amarillo, azul y rojo

la cola, el pecho, las alas.

Oro y verde hay en sus ojos.

Oro y verde de Guayana.

¡Ay!, en la copa del árbol.

¡Ay!, si pudiera alcanzarla.

¡Al desplegar sus colores,

que hacia el horizonte vaya!

¡Que deslumbre como un sueño!

Y diga el que ha de mirarla:

- De amarillo, azul y rojo

la cola, el pecho, las alas.

- ¡Que linda flota en el aire

la bandera de mi patria!

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Nota: El siguiente es un soneto que grabaran tanto Gualberto Ibarreto como Hernán Gamboa (quien le puso música y hizo los arreglos musicales). Cada uno por separado...

TODO LO QUE ES MI VIDA ESTÁ EN TU VIDA

Tu alegría define mi alegría.

Tu ternura construye mi ternura.

Elevándose a ti mi poesía,

consagrada a tu amor, se transfigura.

Tu mirada, perfecta como el día,

¡qué suavidad al corazón procura!

Sobre él vuelca siempre la armonía

interior que le anima en su dulzura.

Cuando te digo mía es porque siento

rondar cerca de mi tu pensamiento,

imagen de la estrella y de la rosa.

Todo lo que es mi vida está en tu vida,

como el alba en el lirio sumergida,

como el oro en la ardiente mariposa.

Nota: Ahora, dos sonetos a dos grandes líricos españoles...

FEDERICO GARCÍA LORCA

Inmaculada sangre sobre el suelo.

Sangre de ruiseñor. Sangre en la aurora

de Granada, la vieja entraña mora,

heredad de su canto y su desvelo.

España entera vive en él su duelo.

La niña núbil, hoy mujer, le llora.

Santa Olalla su seno roto enflora

y el arcángel Miguel baja del cielo.

Supimos que le habían fusilado

con un verso hecho alondra en el costado;

con las manos ardidas en la extraña

luz del alba, corolas sobre el viento,

y la palabra en un sacudimiento

de eternidad, diciendo adiós a España.

MIGUEL HERNÁNDEZ

Tu vida tuvo el signo de la hoguera.

Soñador, camarada, combatiente,

fueron hierro tu sueño y tu quimera

sobre la fragua roja de tu frente.

Recogías la espiga en primavera

cuando a tiempo regabas la simiente.

Labrador de tu propia sementera

quisiste serlo honrada y libremente.

Pero llegó la sangre sobre España.

Y fue tu corazón lo que hemos visto,

cercenado de luz y de guadaña:

girasol encendido sobre un canto

de amor al hombre, al olvidado Cristo,

que en la arena y el mar vierte su llanto.

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QUE PENA ME DA MIRARTE

Mi voz perdida en la niebla

como pluma sobre el viento,

ha de llegar hasta ti

por estos desfiladeros.

Indio sin tierra, sin rancho,

sin cobija, sin sombrero,

solo, desnudo en el páramo,

con hambre de pan moreno.

Indio que ya nada tienes

allí donde fuiste dueño

y que ahora por la sierra

vas caminando en silencio

tras el caballo y la sombra

del último encomendero.

Mi voz perdida en la niebla

te va buscando a lo lejos.

Mi voz sacude el tambor

primitivo de tu ancestro.

Indio sin pez, ni laguna,

sin carnada, sin anzuelo.

Indio que estás en la tierra

como un sauce a campo abierto.

Ruina impasible. Dolida

estatua. Pájaro ciego.

¡Qué pena me da mirarte

y saber que eres tan nuestro!

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Nota: Y ahora algunos poemas de "Canta Pirulero", poemario dedicado a los niños de Venezuela y del mundo de habla hispana.

EL AGUA

¡Ay, el agua se me escapa

se me escurre por los dedos!

Es la misma, la que corre

por el rumbo del riachuelo.

Y en la luz de las cascadas

canta y baja por los cerros.

La del gozo de la lluvia

que da al campo un verde nuevo.

La que copia en el remanso

cielo y nube y hoja y vuelo.

La callada, la que pasa

por la huerta del labriego.

La que salta por los grifos

y se parte en mil reflejos.

La que todo lo hace limpio,

la que en nube torna al cielo.

La más clara: la del río.

La más pura: la que bebo.

¡Ay, el agua se me escapa,

se me escurre por los dedos!

BARCOS DE PAPEL

El niño de la montaña

lejos, muy lejos del mar,

hizo barcos de papel

y el agua los puso a andar.

Por los caminos del agua

los barcos de papel van.

Salieron de un mismo puerto.

¡Quien sabe hasta dónde irán!

Sopla los barcos el niño

y navegan al azar.

¡El niño de la montaña,

nacido lejos del mar!

ARCO IRIS

Doradas gotas de lluvia

con sol del amanecer.

El arco iris en alto

salen los niños a ver.

Por su escala de milagro

quieren al cielo ascender.

Cauda de siete colores,

dicen que baja a beber

a los ríos y cascadas,

cuando se muere de sed.

Nota: Ahora, a manera de capricho (mío), colocaré dos poemas emblemáticos de Rugeles, y otro más, referidos a su aldea natal. Solo que en el tercero le ofrece al hijo ( a su hijo Alfredo), la "Aldea perdida…"

LA ALDEA

En mi aldea

cuando niño

nunca creí en otra aldea,

nunca soñé en otro cielo,

nunca pensé en otra tierra.

Recortaba sus crepúsculos

y apacentaba sus nieblas.

Cristales me daba el río,

pájaros me dio la huerta.

Con un caracol de monte

vida tuvo una flor nueva.

Preso entre cuatro horizontes

pasé mi niñez entera.

Después descubrí un camino

nacido al pie de mi aldea.

LA ALDEA ME DIO SU ALMA

La aldea me dio su alma.

Yo di mi alma a la aldea.

Las diez casas de la aldea

se ven pintadas de cal

y muestran rojas macetas

de claveles y jardines

sin barandales ni puertas,

mirando siempre al camino

que marca rumbo a otra tierra.

Se alza la pequeña torre

de la iglesia

con su pequeña campana.

Su repique se oye apenas

por mayo cuando la Virgen

de Toituna está de fiesta.

Silencioso, inalterable,

por una canal de violetas,

corre el arroyo con sol

de la montaña a la aldea.

¿Aquí nunca pasa nada?

Nada ocurre sobre esta

superficie en que el olor

de los naranjos se acerca

al corazón de los niños

que van a la vieja escuela.

Aquí nunca pasa nada.

Sólo por mayo la iglesia

cobra un extraño perfume

y en su altar arde la cera

prendida en los candelabros

junto a la Virgen que sueña

para cada campesino

un verde nuevo en su huerta.

Y así fue como en la tarde

azul, toda primavera,

la aldea me dio su alma

y di mi alma a la aldea.

De "Aldea en la Niebla", 1944.

Nota: Y luego en "Cantos de Sur y Norte", escrito diez años después, conseguimos este otro poema, referencial de la aldea, esta vez ofrecida al hijo.

OFRECIMIENTO AL HIJO,

DE LA ALDEA PERDIDA

A mis cincuenta años hoy te traigo, hijo mío,

a conocer los viejos caminos de mi aldea,

y a sentir en la viva transparencia del aire,

la voz de las cascadas, el rumor de los pinos,

y el aria incontenida, versátil, de los pájaros

que cruzan por el círculo vesperal de su valle.

Por aquí tus pisadas, hijo mío,

van a encontrar la sombra de mi callado andar;

cuando estaba a la altura de estos nobles arbustos,

descubrir ya sabía la miel de los pomares

y el brillo del rocío que encienden las luciérnagas

en las primeras rosas que despiertan al alba.

Si fuera en aquel tiempo, hijo mío,

te hubiera convidado a mirar el almendro

que iluminaba el patio familiar de mi casa;

a buscar mariposas o a desprender orquídeas

y nidos de azulejos de los más altos árboles,

o tal vez a bañarnos en el pozo de un río

cantarino y celeste como la misma aldea.

Tienes la edad del trino. La flor de la alegría

se estremece en tus manos. Aprisionas el canto

de la aurora y no sabes andar entre la niebla.

por eso arden mis sueños junto a ti como el fuego

secreto de una lámpara. Y en tu ascenso a la vida,

hijo mío, los pasos de mi fe te acompañan.

Mi voluntad hoy crece para amparar tu signo

de lágrimas y el rumbo de tu inquietud de fuente.

¿Quién no tuvo en su fábula un palacio encantado,

una reina lejana o un iris encendido,

un pastor y una flauta, o un rebaño de estrellas,

o un barco, aunque ignorase dónde quedaba el mar?

A los cincuenta años he venido, hijo mío,

a entregarte las llaves doradas de mi infancia,

para que abras las puertas azules de tu aldea

y siempre en ella encuentres lo que yo supe amar.

Ojalá que a los lectores de aporrea les gusten los poemas vertidos aquí. Y si no es así, no importa. El tiempo continuará su tarea. Y algún día, algún día... se hará justicia.

Ah! Y casi que lo olvido… Como otro de los programas que la Revolución Bolivariana debe y quiere reivindicar es precisamente el de la agricultura y para ello se están rescatando semillas, modos, agricultura urbana, se están reasignando tierras, y hasta ofreciendo créditos para desarrollarla, les informo que tenemos en Venezuela un "Himno a la Agricultura". La letra es de Manuel Felipe Rugeles y la música de su esposa Ana Mercedes Azuaje de Rugeles. De esta obra existe (y debe estar por ahí …) una hermosísima grabación que realizara la Coral Universitaria de la Universidad Central de Venezuela. Este himno ES una belleza.

Ya para finalizar, y de acuerdo con lo ofrecido "arriba", pienso participar en el anunciado Congreso de Periodismo Cultural, el que -por lo visto y oído-, va a tratar de "rescatar", resucitar, reponer en la ‘palestra pública’ a través de los "medios" (que ahora incluyen redes, etc.), las notas y reseñas de lo que comprendería casi exclusivamente el ámbito artístico. La "cultura" o "lo cultural", desde la concepción sociológica y/o antropológica, que podría indicar el camino para ir hacia la verdadera "revolución cultural", de la que tanto necesitamos con carácter de urgencia y hasta con necesidad de sobrevivencia política, que nos lleve a recrear una nueva cosmovisión, individual y colectiva a la vez, impulsadora de un nuevo paradigma ideológico, no serán abordados…

Me vino a la memoria el título de aquel famoso video-registro, llamado: "La revolución no será transmitida…" …

Bueno, no fue más… por ahora.

 

 



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Manuel Rugeles


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