El futuro incierto del Central Tocuyo hoy Azucarera Pio Tamayo

Hablar del Central Tocuyo es viajar a través de la historia en la ciudad de El Tocuyo, una historia que llena de orgullo a tocuyanos (as) y morandinos (as).

El 5 de Julio de 1952 fue fundada por el Dr. José Rafael Colmenares Peraza la Compañía Anónima Central Tocuyo, aunque algunos historiadores como Domingo Alberto Rangel en su libro La Oligarquía del Dinero, no mencionan a José Rafael Colmenares Peraza como el fundador del Central, sin embargo en El Tocuyo al igual que otras publicaciones lo reconocen como tal.

El 24 de Noviembre de 1952 fue colocada la primera piedra en lo que sería “C.A. Central Tocuyo"; las primeras máquinas llegan a El Tocuyo en Marzo de 1953; este central fue erigido en 11 meses con la particularidad de haber sido el primero en ponerse en marcha en todo el país.

Con el correr de los años la C.A. Central Tocuyo se convirtió en una empresa próspera generadora de empleos directos e indirectos para propios y extraños.

Años más tarde el Central Tocuyo, (Así era conocido en el pueblo) comenzó a presentar problemas financieros. A finales de los años 70, la empresa pasa a ser administrada por la C.V.F., en 1980 pasa a manos de CENAZUCA y se mantiene bajo esta administración hasta el año 1991. El 23 de Diciembre de 1991, mediante un acto de licitación, la empresa pasa a manos de un consorcio panameño. A partir de esa fecha pasa a llamarse Azucarera Tocuyo, S.A. Dicho período de administración, se caracterizó por altos niveles de productividad y escasas inversiones, lo que conllevó al central a un deterioro sostenido y progresivo de todos sus equipos que se evidencia aún en la actualidad. Este consorcio panameño administra la empresa hasta el año 1995, luego en 1996 este grupo vende la Azucarera Tocuyo, S.A a un grupo de empresarios venezolanos representados por Francisco Lozada y Carlos Sequera Yépez, quienes no logran controlar el balance financiero – productivo de la empresa, declarándola en quiebra a finales de 1999.

En el año 2000, luego de varias protestas, huelgas de hambre, visitas a Caracas y diferentes reuniones, FOGADE, por intermedio del Banco Industrial de Venezuela., se adjudica los activos de la Empresa, pudiendo cancelar así todos los pasivos pendientes. Luego, el 21 de marzo de 2001, el Presidente de la República, Hugo Chávez, visita la industria, para anunciar la creación y puesta en marcha de la empresa “Azucarera Pío Tamayo, C.A., la cual hizo renacer la esperanza de todos los tocuyanos (as).

Después del anuncio presidencial todo hacía indicar que volvería la prosperidad en la nueva Azucarera Pio Tamayo, sin embargo, designaron para dirigir la empresa, personas inescrupulosas, ávidas de dinero fácil cuyo objetivo era llenar sus arcas personales, a eso se le suma el desconocimiento del funcionamiento de la azucarera y el clientelismo político que comenzó a imperar abultando la nómina de personal, convirtiendo a la recién creada empresa en una agencia de empleo del gobierno nacional.

Hoy nos encontramos una azucarera con unos trabajadores unidos en una lucha titánica para tratar de salvar nuevamente la azucarera ya que la actual administración está dirigiendo un proceso de liquidación de la empresa violando la ley del trabajo, una persecución inescrupulosa a la dirigencia sindical bolivariana, eso sin mencionar que los directivos no se vinculan a las comunidades que hacen vida en la ciudad.

También es propicia la ocasión para denunciar el saboteo a la soberanía alimentaria que realiza la gerencia ya que oculta la venta de azúcar, nadie sabe dónde va a parar el producto terminado porque entregan el producto final a personas inescrupulosas que luego revenden el azúcar a precios exorbitantes, por otro lado esa misma gerencia que se dice revolucionaria está involucrada con altos directivos de la MUD y grandes hacendados de la región que les permiten realizar negocios turbios que les producen ingentes sumas de dinero mal habido…Todo en nombre de la revolución.

Esta gerencia además de maltratar y despedir a cuanto trabajador les da la gana, amenazan y vociferan en nombre del presidente Maduro, haciendo caso omiso a las peticiones y reclamos que hacen los trabajadores. Ese tipo de funcionarios son los que en artículos anteriores he denunciado como la derecha endógena enquistada en el PSUV y en el gobierno, son delincuentes que se disfrazan con guayaberas rojas para aparentar ser más chavistas que Chávez. Qué lástima que estos malos funcionarios, cuentan con amigos en el alto gobierno y el beneplácito que les brinda la actitud complaciente y el silencio cómplice de parte de la dirigencia política local, que cierran los ojos para no ver el gran deterioro en que está sumida nuestra azucarera.

Ahora el gobierno nacional anuncia con bombos y platillos que ya están aprobados los recursos para la construcción de un nuevo central por parte de la CVA Azúcar, con recursos y asistencia técnica provenientes del convenio China - Venezuela. La nueva infraestructura estaría ubicada en las inmediaciones de la actual, dentro de los terrenos pertenecientes a la azucarera Pío Tamayo.

Sin ganas de ser profeta del desastre me hago varias preguntas después del tan cacareado anuncio ¿De qué sirve una nueva azucarera si van a seguir enviando ladrones para que la dirijan? ¿De qué sirve una nueva azucarera si va a ser dirigida por inescrupulosos que están de espaldas a los trabajadores? ¿De qué sirve una nueva azucarera si se va a continuar con el clientelismo político que coloca en las nóminas a novias, amantes, familiares y amigos de la directiva de turno?

El presidente Maduro debería hacer una revisión exhaustiva de la situación ya que en este momento un alto número de trabajadores han sido despedidos de la Azucarera Pío Tamayo. Entre las personas despedidas hay mujeres embarazadas o en permiso pre y post natal, además de violar el decreto vigente de inamovilidad laboral que garantiza la estabilidad laboral de los (as) trabajadores (as). Además de la burocracia, ineficiencia, abusos, arrogancia, prepotencia y corrupción de los directivos de la azucarera, no se realizan las inversiones necesarias para modernizar la empresa, ya que el negocio millonario y la estafa, está en tener la azucarera produciendo pérdidas para que el gobierno siga inyectando dinero para el funcionamiento y pago de personal.

Todas estas anomalías no son un secreto, toda la dirigencia política local y regional del PSUV conoce estos problemas, pero parece que la mordaza del miedo les impide denunciar las barbaridades que allí se cometen, lo que los convierte en cómplices silentes de estas vagabunderías. Con razón el refrán popular dice que el culillo es libre. Ojala se tomen los correctivos pertinentes para frenar todos los abusos en contra de la clase trabajadora de nuestro querido Central Tocuyo hoy Azucarera Pio Tamayo.


alrodriguezj@gmail.com



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Alcides Rodríguez


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