Fracasa un llamado al golpe en Bolivia: las FF.AA. apoyan a Mesa


Dos tenientes coroneles exigieron la renuncia del presidente y convocaron a un "gobierno cívico-militar". De inmediato, la cúpula militar repudió la proclama y respaldó al gobierno. Más protestas en la capital.



Claudio Mario Aliscioni. LA PAZ ENVIADO ESPECIAL
caliscioni@clarin.com



Una proclama golpista encabezada por dos altos oficiales del ejército, puso en jaque ayer a Bolivia y sumó más confusión a la delicada situación política del país. Fue cuando dos tenientes coroneles, integrantes de un autodenominado "Movimiento Militar Generacional", exigieron la renuncia del presidente Carlos Mesa, la instauración de un gobierno cívico-militar, la clausura del Parlamento y la nacionalización de los hidrocarburos. El pronunciamiento fue rápidamente contestado por el alto mando militar que rechazó la conspiración golpista, respaldó con firmeza al mandatario , asediado desde hace una semana por varias protestas sociales.

"Esto es un hecho aislado. Las Fuerzas Armadas se mantienen firmes en defensa del Estado de derecho", aseguró el comandante en jefe de la institución, almirante Luis Aranda, ante preguntas formuladas por Clarín y otros medios durante una rueda de prensa en la sede del Cuartel General de Miraflores. En ese ámbito, ante una treintena de periodistas, la cúpula castrense en pleno y el ministro de Defensa, Gonzalo Arredondo, mostraron un coordinado empeño en descalificar las declaraciones "desaprensivas y sediciosas" de los tenientes coroneles Julio Galindo y Julio Herrera y su llamado a desalojar a Mesa del poder para reemplazarlo con un gobierno "cívico-militar".

En paralelo, y por primera vez en la gestión de Mesa, el gobierno ordenó militarizar la custodia de los sitios públicos con tropas desplegadas en el centro junto con la policía. Es ante nuevas manifestaciones de campesinos, mineros, maestros y obreros desempleados en La Paz y El Alto, que exigen la nacionalización de los hidrocarburos.

Temprano en la mañana, en un canal de TV privado, Herrera leyó un comunicado afirmando que "queremos la renuncia del presidente de la República. Ocurre que Bolivia no tiene gobierno". Ambos militares que rechazaron el término de golpistas, admitieron sin embargo contar con un "plan de gobierno bien estructurado".

En su intento por neutralizar al grupo sedicioso, el alto mando difundió un gordo prontuario de delitos desde ebriedad hasta malos tratos a su familia atribuidos a los dos militares y dispuso sus arrestos, aunque al cierre de esta edición se desconocía el paradero de los oficiales.

Los propios compañeros de promoción criticaron a los rebeldes. Cuando este enviado y otra colega local se marchaban del Cuartel de Miraflores, tres oficiales les comentaron por separado que Herrera y Galindo "no tienen futuro y con esto embarran a gente como nosotros, que queremos seguir nuestra carrera".

La intimación del grupo tanto a través de los oficiales rebeldes como por una proclama golpista, surgió al día siguiente de que Mesa dijera que no pensaba renunciar y cumplir su mandato, que vence en 2007. La proclama lo encontró ayer en Sucre, la capital histórica del país, en las fastos por el 196 aniversario de la libertad boliviana, el 25 de mayo de 1809.

El caso tuvo repercusión en la prensa, pero un eco dispar en la calle. Los paceños que marchaban a sus trabajos recibieron con una mezcla de sorpresa y temor la proclama golpista. "Bueno, en Bolivia hubo unos 180 golpes. Me da miedo", dijo Clotilde Barcia, una empleada de comercio en la céntrica avenida Santa Cruz. "Lo único que nos faltaba, sería terrible", sostuvo Filemón Marcial, un comerciante del barrio Sopocachi. Categórico, en cambio, fue el repudio de líderes de la oposición, como el jefe del socialismo, Evo Morales; y el líder barrial de El Alto, Abel Mamani. "Un golpe no es democracia y yo quiero democracia", le comentó Morales a Clarín.

A los rumores nunca acallados de golpe se sumaron otra vez ayer nuevos bloqueos en El Alto y choques esporádicos entre campesinos, mineros y obreros desocupados con la policía, en su intento por tomar la Plaza Murillo, donde se halla la sede del gobierno. El martes hubo seis heridos y una dura represión policial.

Como una complicación más para el gobierno, los Departamentos orientales de Beni, Pando, Tarija y Santa Cruz —estos dos últimos, muy ricos y productores de hidrocarburos— anunciaron ayer que se autoconvocaban a un referéndum para decidir su autonomía. El intento es visto como un "acto separatista" por sectores empresarios y políticos.


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