Ignorancia oposicionista

Pues señores, estos burgueses llaman al socialismo autocrático, dictadura de Chávez..., para distinguirlo de las utopías sentimentales de los forjadores de paraísos terrenales, como definen a su capitalismo; repiten que sus doctrinas se han deducido del estudio del proceso económico real y efectivo, y no pocos de ellos aseguran que es el término forzoso de la economía política, la flor de su cultivo. Ustedes saben además que unos llegan a ver la verdad de unos principios, de acuerdo a sus intereses particulares, que viven de lo que le robaron al erario público y la comodidad que esto les proporciona, que sólo pueden lograr comprenderlo sacudiéndose los lazos de su superioridad, de su egoísmo excluyente y racista, de su pitiyanquismo.

Las mismas, exactamente las mismas razones en el fondo que alegaban sus antecesores para la conservación de sus privilegios, alegan hoy sus descendientes, para la conservación de los suyos. Ponderaban aquéllos los servicios prestados, de que habían sido los continuadores de la educación y del progreso, alegaban que habían sido un tiempo el sostén de la patria ¿la patria eran sus tierras? de las que despojaron al pueblo su verdadero dueño. Y los preservadores del derecho y de la cultura, sin negarles que tuvieran alguna razón en parte de lo que dicen, consideramos que si habían llenado una misión útil en la historia, no fue por amor al pueblo, sino que fue por la defensa de sus intereses y sobre todo, que el que hubieran sido sus padres el “sostén de la democracia” no era razón para que ellos la esquilmaran y degradaran.

Pasemos por alto por hoy el que se deba a ellos solos o poco menos todo eso, o el que hayan tenido en ello tanta parte como la que se atribuyen y el que las cosas estaban tan bien como nos las pintan. Supongamos, y es lo más que en su obsequio podemos hacer, que fueron ellos solitos, con su energía y su talento, sin explotación brutal alguna, con la mayor santidad del mundo, ellos, es decir, sus predecesores, no ellos, que fueron sus predecesores lo que pregonan que han traído todas esas “maravillas” y la “libertad de que gozamos”. Supongamos esto y en seguida, volviendo contra ellos el argumento que emplearon sus antecesores contra las dictaduras, se les puede decir: ¡Y qué! Porque vuestros padres se alzaron, merced de la opresión ejercida por los regímenes dictatoriales que existieron en su tiempo ¿habéis de seguir explotándonos?

Nadie comprende aquello que es superior a su capacidad. La mentalidad burguesa carece de dimensión adecuada. Le es imposible concebir lo que es mayor que su propio entendimiento. Y siendo así, y reconociéndoles inteligencia, bien demostrada en otras ciencias, no lo entienden porque su inteligencia carece de dimensión. Ellos ya no creen en nada. Y como no creen, es imposible que crean a nadie capaz de creer... Tal parece que han llegado a no creer en si mismos.

Sabemos que todavía falta mucho que hacer para que el socialismo se afirme definitivamente en nuestra Patria: sus progresos serán lentos durante todo el proceso revolucionario, hay muchas taras que debemos superar, para llegar al socialismo. La Revolución no estará terminada; mientras los ricos consuman todos los bienes y mandan exclusivamente; mientras los pobres trabajan como verdaderos esclavos, se consumen dentro de la miseria y no son nada dentro del Estado.

El paso a la democracia real no es un proceso tan sencillo por el cual los elementos se desarrollan en el seno de la sociedad hasta el momento en que son bastante fuertes para romper sus marcos. Nuevas mejoras provocan necesidades nuevas, y necesidades nuevas empujan a la conquista de nuevas mejoras.

Es preciso convencerse de que cada día va borrándose más y más la distinción entre lo público y lo privado, que cada día se tiende más a que todos sostengan las necesidades de todos, sin distingos y no individualmente, que cada día crece la riqueza colectiva. Y los miopes que se asustan de que llegue el día en que desaparezca la actual propiedad privada deben tener en cuenta que, a medida que tal propiedad se limita, crece la riqueza colectiva.

La naturaleza ha impuesto a todos la obligación de trabajar. Nadie puede sin crimen sustraerse al trabajo. Nadie puede sin crimen hacerse exclusivamente dueño de los bienes de la tierra o de la industria. Hay opresión cuando unos se agotan por el trabajo y carecen de todo mientras otros nadan dentro de la abundancia sin trabajar. El nervio, el verdadero nervio de esta hermosa actividad que ha desplegado nuestro socialismo estriba en la repartición de la riqueza, en que no habrá cuatro potentados en medio de un pueblo empobrecido, sino que todos tengan lo suficiente para vivir con desahogo.

Con la osadía que da la ignorancia y la confianza en la buena fe del pueblo, se combate al socialismo con los argumentos más absurdos. Este es, quizá, el verdadero motivo que ha decidido a algunos oposicionistas charlatanes burgueses y hasta a “economistas” agudos, a colmar de criticas nauseabundas valiéndose de sus privilegios, al sistema de trabajo comunal, que en vano tratan de sofocar, ridiculizándolo como una utopía de soñadores o estigmatizándolo como un sacrilegio socialista. En un sistema social sano nadie puede desear la producción individualista, por ser en contra de los intereses de las mayorías.

Dos fuerzas políticas una de ellas cargada de odio cruzan en direcciones opuestas a lo largo y ancho de nuestra Patria, socialismo y capitalismo. No tiene mucha ciencia determinar quien es el “culpable” de tanto odio. El culpable es el capitalismo, que concentra en manos de unos pocos las riquezas de todos los venezolanos. Es necesario terminar con ese grupo de explotadores, es necesario expropiar a los expropiadores.

Que somos enemigos de la propiedad. Queremos, sí, que la propiedad sufra una transformación, ya que tantas ha sufrido, para que cada uno reciba el producto íntegro de su trabajo, ni más ni menos. En una palabra, nos acusáis de querer abolir vuestra propiedad. Efectivamente, eso es lo que queremos. Por naturaleza, la violación y la fuerza no pueden dar a cada uno derecho de dominación y de soberanía. El socialismo es lo contrario del individualismo. La comunidad es lo contrario de la propiedad individual. El que quiera comer, que trabaje.

Salud Camaradas.

Hasta la Victoria Siempre.

Patria, Socialismo o Muerte.

¡Venceremos!

manueltaibo@cantv.net


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Manuel Taibo


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