¿Cuando llegará la revolución al sistema privado de salud?

El tema ha sido tratado por esta ventana de Aporrea en muchas ocasiones. Recuerdo una de las “víctimas” que se atrevió a profundizar en ello desde el alto gobierno, me refiero al entonces ministro de salud Erick Rodríguez. Este profesional de la medicina se decidió a hurgar en la llaga y comenzar a poner orden en ese asqueroso mercado de la medicina que tanto daño le hace a nuestro pueblo. Tenía un osado plan pero el mismo fue abortado por la derecha endógena y de paso lo renunciaron. Murió una iniciativa realmente revolucionaria. Hasta lo criticaron por meterse con el humo de cigarrillo que apesta en lugares cerrados como restaurantes y oficinas públicas, entre otros. Hasta el propio General Muller lo atacó por tocar su vicio preferido. Y todo quedó allí, no pasó mas nada y los mercaderes de la salud siguen lucrándose groseramente a costa de algo tan sagrado como lo es la salud del ser humano. El sistema privado de salud nos sigue privando de la salud

Hay muchos intereses alrededor del monstruo y los mismos tocan a las puertas de Miraflores con la complicidad de altos funcionarios pseudorevolucionarios que también hacen negocios con la salud privada. La salud no puede ser privada pues el venezolano es público, no se esconde detrás de ninguna fachada extranjera ni es un robot programado, es sencillamente un ser humano que tiene por derecho propio, gozar de un sistema de salud de primera calidad ya que los recursos del país así lo permiten.

El señor presidente tuvo la gran idea de formalizar el plan Barrio Adentro que comenzó en Caracas. Los médicos cubanos hicieron entonces una gran labor humanitaria llevando la consulta y los medicamentos casa por casa, algo realmente revolucionario. Hoy día tenemos cientos de consultorios en el sistema primario de salud y hasta contamos con Centros de Alta Tecnología donde podemos hacernos tomografías, endoscopias, densitometría ósea, etc. También se han dotado con modernos equipos a los grandes hospitales públicos para mejorar la calidad de prestación de servicios. Muy bien. Hasta ahí todo es color de rosa. Pero los principales centros de salud siguen atestados de gente que procuran un bálsamo para su adolorido cuerpo. ¿Por qué? He conversado el asunto con varios médicos y la respuesta que me dan es la misma: Sigue fallando el sistema de atención primario. Es verdad que Barrio Adentro registra millones de consultas por año pero las enfermedades que allí tratan no son las más serias y recurrentes. Es verdad, podemos hacernos ecogramas, electrocardiogramas y muchos tipos de análisis de laboratorio pero, y después? ¿Por qué las emergencias de los hospitales tipo 4 continúan colapsadas? ¿Por qué algunos de esos centros de salud no cuentan con un personal médico suficiente y bien remunerado, además de otras carencias elementales? Hace poco llevamos una tía de 87 años a la emergencia del hospital universitario de Maracaibo por un fuerte golpe en la cara que la mantuvo en el limbo consiente y la atención no pudo ser ni siquiera razonablemente buena por la cantidad de personas en sala de espera. La pobre anciana tuvo que orinar en una papelera y el papel sanitario brilló por su ausencia. Las enfermeras le decían a los parientes: Tienen que esperar, no hay nada que hacer sino esperar. Después de 10 horas fue llevada a una clínica privada sin haberle hecho nada, ni siquiera una pastilla de acetaminofén, nada. El frío que había en la sala la puso a temblar y no había una piche cobija para abrigarla. Ese espectáculo es diario, día a día y nadie hace nada. Todavía hay personas que van a esos centros de salud por una alergia o una gripe común y silvestre. Estamos fallando en algo y los médicos saben a qué me refiero.

Hay una forma de debilitar el vulgar comercio de las clínicas privadas: Construyendo grandes hospitales tipo 3 y 4 que permitan una atención integral al enfermo, sin demoras por razones de espacio y/o burocracias. Los ya existentes son insuficientes y no se están edificando en las principales ciudades todos los que se necesitan. Cualquiera diría que no hay médicos para muchos hospitales pero con las nuevas promociones de médicos socialistas y los que se incorporen del sistema nacional podrían descongestionar el servicio y la calidad de atención se elevaría grandemente, amén de un justo salario que le permita al galeno garantizarle tranquilidad a su familia mientras él atiende a los compatriotas en horarios extendidos.

La otra manera de tocar las entrañas del monstruo es imponiendo tarifas y reglamentos que permitan que muchos venezolanos y extranjeros no mueran a las puertas de clínicas privadas porque no tienen una tarjeta de crédito platinum o suficiente dinero en la cuenta bancaria. Esa perversión ocurre todos los días en nuestro país y nadie hace nada contra los comerciantes de la salud. Esos médicos se creen seres superiores, casi divinales, con poderes ultrasensoriales y más allá del bien y el mal. Para ellos no cuenta el juramento hipocrático ni la sensibilidad humana, sólo piensan en engrosar la cuenta cada día y que se vayan al infierno los que no pueden pagar. ¿Cuánto cuesta una consulta de cualquier tipo en un consultorio privado? Mínimo 180 Bs.F. y si no los tienes vete a la calle. Si necesitamos una cirugía de alto riesgo o simplemente una operación de vesícula, llévate varios miles de bolívares o de lo contrario te mueres de la infección. ¿Cómo se le llama a eso? Como dijo Rosa Luxemburgo, barbarie, la propia barbarie. La revolución bolivariana está en deuda con el soberano y mira que es una soberana deuda! ¿Cuándo haremos lo que tenemos que hacer? ¿Cuántos muertos deberán engrosar la lista víctimas del mercantilismo médico? Los burócratas de la Asamblea Nacional guardan silencio cómplice porque ellos tienen sus pólizas de HCM (para enriquecer más a los privados) y algunos están conectados con grandes intereses del sector.

efraingran@gmail.com


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Efrain Jose Granadillo


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