El 29 de septiembre de 1978 Es asesinado El Papa De La Sonrisa

La noche del 29 de septiembre de 1.978, es asesinado el Papa de la sonrisa , Albino Luciani, a 33 días escasos de comenzar a llamarse "Juan Pablo I",

"Dios más que un padre es una madre" decía, "porque el amor de las madres por sus hijos es inmensamente superior y mas abnegado que el de los padres" concluía. "La iglesia católica debe utilizar su riqueza para satisfacer las necesidades de los pobres", "No puede la iglesia católica mantener una política de doble cara, condenando la anticoncepción y a la vez poseer acciones de los laboratorios que fabrican anticonceptivos", "No deseo vivir en el vaticano como un Rey, el Papa debe vivir en un apartamento modesto de Roma, no necesita más", "No quiero escoltas ni soldados, no deseo vivir como un jefe de Estado". Esta forma de ver al papado y a la iglesia católica fue lo que llevó a las mafias internas y externas al Vaticano a sentenciar a muerte al digno "Papa Juan Pablo I"

Hablamos de "un papa que pide perdón por los pecados históricos de la Iglesia, como la Inquisición, el poder temporal de los papas, el odio a los judíos y la tolerancia ante las masacres de las raza aborígenes , el racismo, la esclavitud y las deportaciones de los pueblos africanos; un Papa que reivindica la figura profética de quienes valientemente denunciaron el genocidio de aquellos pueblos; un Papa que quiso hacer justicia a todos aquellos que en tierras de misión, en el Este y en América Latina, han sido encarcelados, torturados, exiliados o asesinados en nombre del "cristianismo"; un Papa que denuncia fuertemente el sistema económico internacional; un Papa que se pone al lado de quienes, de cualquier raza y religión, defienden los sacrosantos derechos del hombre; un Papa que quiso utilizar las riquezas del Vaticano para crear un gran instituto de caridad, donde poder hospedar a quienes duermen por las calles; un Papa que quiere diez discursos menos y un testimonio más; un Papa que sabe, a los pocos días de pontificado, quién será (y, además, pronto) su sucesor; un Papa que valiententemente se decide a enfrentar a los grandes mafiosos dentro y fuera de los negocios financieros de la Iglesia. Que destapó la "Olla sucia" del "Institute Per Le Opere Di Religione" (Banco Vaticano) y su relación delictiva con el banco Ambrosiano (con el que estuvo ligado el Partido COPEI y sus nexos estrechos con la "Logia P2", en una cadena de corruptelas internacionales). Infames negocios bancarios bajo la dirección de obispo Paúl Marcinkus, personaje clave en este enigma y enemigo de "Juan Pablo I", involucrado en lavado de dinero y la inversión en negocios "poco ortodoxos" como la pornografía.

A la muerte de "Juan Pablo I" le suceden una serie de asesinatos y atentados violentos relacionados de una u otra forma con la Logia P2, con la mafia, con el Ambrosiano, con el Banco Vaticano, como los de: Ambrosoli, Alessandrini, Calvi, Sindona, Pecorelli..., sin olvidar el atentado contra Juan Pablo II, la desaparición de Emanuela Orlandi (hija de un empleado vaticano) y el triple crimen de la Guardia Suiza.

De acuerdo al vaticano El Papa "Juan Pablo I" murió de un ataque al miocardio, consecuencia de una vieja dolencia del corazón".

El hermano de sangre del Papa negó esta supuesta enfermedad al otro día de su muerte . La Monja encargada del cuidado personal del Papa, Sor Vincenza, declaró tiempo después que: "El Papa estaba sentado en la cama, con las gafas puestas y unas hojas de papel en las manos. Tenía la cabeza ladeada hacia la derecha y una pierna estirada sobre la cama. Iniciaba una leve sonrisa. La frente la tenía tibia. Cuando Diego Lorenzi, Sor Vincenza y otra religiosa fueron a lavar el cadáver, al volverle, tenía la espalda también tibia. El Papa pudo morir entre la una y las dos de la mañana". Esta descripción no es coherente con los últimos momentos de alguien que muere de un ataque cardiaco.

De acuerdo a una serie de investigaciones independientes "Juan Pablo I" fue asesinado por las fuerzas oscuras que operan en la iglesia Católica Apostólica y Romana por medio del suministro de un medicamento anti-hipertensivo a sabiendas que el Papa era hipotenso.

El testimonio de Diego Lorenzi, secretario de "Juan Pablo I", es el siguiente: "Tenía dos o tres almohadones a la espalda. La luz de la cama estaba encendida. No parecía que estuviera muerto. Y las hojas de papel estaban completamente derechas. No habían resbalado de sus manos ni habían caído en el suelo. Yo mismo cogí las hojas de su mano".



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Rafael Urdaneta


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