Había pensado que lo mejor era ignorar el hecho; que escribir al respecto era darle una importancia que no merece, pero un mensaje de un querido amigo diciéndome que suponía que iba a escribir algo sobre lo ocurrido, alborotó el hábito de usar la "pluma" para expresar opinión sobre lo que ocurre en nuestra tierra… Entonces, aquí va Germán.
¿Tan mal anda el premio Nobel de la Paz, que encontró en la loca María la mejor candidata a ser premiada por su esfuerzo en favor de la paz en el mundo?
No es la primera ocasión en la que la organización del premio "pone la torta" (por no decir otra cosa) eligiendo a seres aborrecibles contrarios a la paz. Shimon Peres (1994), Al Gore (2007), Barack Obama (2009) y Juan Manuel Santos (2016) son buenos ejemplos de esto que afirmo.
Sin embargo, esos políticos (con la excepción de Shimon Peres), tuvieron en algún momento un gesto en favor de la resolución de algún conflicto o problema a escala global, ¿pero la loca María?
¿Alguien ha escuchado de esa mujercita algún cuestionamiento al genocidio que comete Israel contra el pueblo Palestino? ¿Alguien le ha visto solicitar el cese de unas sanciones gringas y europeas que han ocasionado más de 30 millones de muertes en el mundo?
Mientras cientos de ciudadanos del mundo arriesgan sus vidas lanzándose al mar, ignorando la sed de sangre del gobierno israelí, para intentar llevar alimentos y medicinas a los palestinos ¿qué hace, que ha hecho y que hará la loca María?
¿Esconderse en una embajada a escribir twits y dar entrevistas a palangristas de su entorno (jamás a un medio o periodista independiente); solicitar sanciones y bombardeos contra su propio país y millones de inocentes; guardar silencio ante atrocidades cometidas por sus aliados y organizar (siempre a través de terceros) actos de violencia son nuevos méritos para ganarse un Nobel?
Ahora, vale la pena preguntarse qué se busca con esa premiación, pues no es fácil digerir que los organizadores crean sinceramente que la loca reúne méritos.
La respuesta está en la debilidad organizativa, táctica, de liderazgo y de mensaje que viene acumulando María la loca. Tenían que hacer algo para contrarrestar esas falencias y el Nobel es un intento.
Supongo que hoy los escuálidos embargados de optimismo dirán que ahora sí está frito Maduro.
Tranquilos que eso dura cuatro días
