Mientras subsista la inherencia criminal de EEUU y la ultraderecha venezolana desconozca la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela, el camino hacia la paz seguirá siendo ilusoria para el pueblo.
Tanto Washington como los apátridas desconocen al Estado de Derecho y Justicia Social que regula el Texto Fundamental de la Patria Bolivariana.
La cultura de paz la definió la Organización de las Naciones Unidas (ONU), como un conjunto de valores, actitudes, tradiciones, comportamientos y estilos de vida basados en:
1. El respeto a la vida, el fin de la violencia y la promoción y la práctica de la no violencia por medio de la educación, el diálogo y la cooperación;
2. El respeto pleno de los principios de soberanía, integridad territorial e independencia política de los Estados y de no injerencia en los asuntos que son esencialmente de la jurisdicción interna de los Estados de conformidad con la Carta de las Naciones Unidas;
3. El respeto pleno y la promoción de todos los derechos humanos y las libertades fundamentales;
4. El compromiso con el arreglo pacífico de los conflictos en las generaciones presentes y futuras;
5. El respeto y la promoción del derecho al desarrollo;
6. El respeto y fomento de la igualdad de derechos y oportunidades de mujeres y hombres;
7. El respeto y el fomento del derecho de todas las personas a la libertad de expresión, opinión e información;
8. La adhesión a los principios de libertad, justicia, democracia, tolerancia, solidaridad, cooperación, pluralismo, diversidad cultural, diálogo y entendimiento a todos los niveles de la sociedad y entre las naciones.
Tampoco puede existir un desarrollo sostenible y sustentable si no se profundiza el Estado de Derecho y Justicia Social que articula la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela.
El histórico heroísmo de las venezolanas y de los venezolanos aún está latente en su espíritu de lucha heredada del Libertador Simón Bolívar.