Se te quiere Venezuela.

Si

Miércoles, 02 de julio de 2025. Si.

Si, la unidad es la suma de las partes, es algo más que eso, y todo lo que afecte a las partes, afecta a la unidad, del mismo modo que todo lo que afecta a la unidad afecta a las partes.

Y nosotros somos parte de esa unidad.

Y queriéndolo o no, todo lo que afecta a las partes y a la unidad, nos afecta.

Si, como parece ser, vivimos en un mundo saturado de información, sobresaturado, hipersaturado y al mismo minuto de ocurrir las cosas, digamos que al segundo, nos estamos enterando de lo que pasa y sobre todo, hay en nuestro planeta azul un derroche y una persistente competencia por mantenernos informados.

Si, como también parece ser, estamos asediados, deseosos, casi adictos a esa información.

Entonces.

Todo lo que pasa en esta alocada unidad que nos contiene nos afecta, querámoslo o no, queriéndolo o no.

Nos afecta de distinta forma y dependiendo en gran medida de las fuentes de información que consultamos, de los filtros con las cuales las enfrentamos, de nuestra visión del mundo que nos rodea y de cuan integrados estamos a esa unidad, de la cual formamos parte.

De nuestro grado de consciencia y de cual es nuestro interés por saber y en que grado estamos afectados por esa hiperinformación reinante en la cual estamos zambullidos.

Si, por lo menos, logras definir si eres un adicto o si no lo eres de esa hiperinformación rampante.

Yo creo que muchos somos adictos y el asunto o parte del asunto es determinar el grado de adicción que tenemos y si podemos, espero que podamos, lograr manejarlo.

Si, mi estimado lector, mi estimada lectora leyó bien se trata de grado de adicción y del manejo efectivo del mismo.

Semejante al que padecen los que sufren de tabaquismo o alcoholismo, que muchas veces coexisten, están juntos, van de la mano, o de cualquier otra severa adicción y se empecinan en negarlo, quienes con un cigarrillo entre los dientes y un trago en la mano te dicen, muchas veces convencidos de que es así, que pueden dejarlo cuando ellos quieran, aunque nunca lo dejen o por lo menos lo intenten.

Si, esto es así, qué hacer entonces, qué hacemos, cómo enfrentamos a este signo de la época que nos toco vivir y de la cual somos parte, zambullidos en este océano tormentoso y convulsionado de información, manipuladora o no, manipuladora en una u otra dirección, manipuladora la mayoría de las veces, época en la que estamos imbuidos, somos parte de ella.

De nuevo.

Es cuestión de asumir y determinar cuál es nuestro grado de adicción, en este caso, adicción por la información o hiperinformación que nos rodea, que necesitamos en algunos casos como el oxigeno que respiramos.

Usted piense y trate de determinar cuál es el suyo.

No es fácil.

No lo es.

Pero es posible.

Eso si.

Va a necesitar ayuda y más información.

Por cierto, si aguantó hasta aquí, háganse la pregunta de cuál es su grado de adicción a la hiper información, en la que todos en mayor o menor grado, estamos sumidos y cómo la estoy manejando.

Se te quiere Venezuela.








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Luis Enrique Sánchez P.


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