Cuando nos encontramos a menos de un mes de las elecciones municipales del día domingo 27 de julio del 2025, la ultraderecha supuestamente venezolana mantiene su obsesión militante de mantener el abstencionismo como bandera política, con un extraño y paradójico argumento: "el que vota lo que hace es legitimar al gobierno nacional".
Bajo esa premisa contradictoria de los sectores políticos más extremistas, quienes descalifican el papel del voto como el instrumento de participación política más cercano que tienen las personas en su condición de ciudadanía para el ejercicio del sufragio, como un acto democrático.
Es lamentable toda esa antipatriótica campaña insurreccional que todos los días la ultraderecha utiliza en las redes sociales, cuando publican tantos disparates sin sustento racional de como versionan a la realidad social venezolana, cuando aseguran que "todos los que votan son amigos de la dictadura chavista".
Por supuesto, que las ofensas cotidianas de las y los militantes del odio político, no solo siguen insistiendo (en las redes sociales) en pedir más sanciones en contra del país, sino el total apoyo que les están dando al presidente estadounidense, Donald Trump en su agresiva e inhumana política de deportación de venezolanas y venezolanos.
El colmo del antivenezolanismo de personas presuntamente nacidas en Venezuela, cuando le hacen loas y aplausos al presidente salvadoreño, Nayib Bukele, por mantener secuestrados a 252 venezolanos, ya que de acuerdo a la ultraderecha nacional, esos connacionales son delincuentes y por esa razón apoyan públicamente a Marco Rubio, el Secretario de Defensa del gobierno estadounidense, en todos sus ataques en contra de Venezuela.
Sin embargo, la ultraderecha no conforme con tantos mensajes antipatrióticos, que lo hace uno dudar de que puedan sentir "un poquito de amor por Venezuela", cuando le piden al imperio estadounidense que lo luego de atacar militarmente a Irán, deberían pensar seriamente en neutralizar a nuestro país, porque "la dictadura chavista" mantiene una fábrica de drones, que pondría en peligro la seguridad continental.
La obsesión insurreccional no se detiene, cuando todos los días el Ministerio de Relaciones Interiores, Justicia y Paz, decomisan armas de guerra.
