Sobre el Pepe Mujica

"No acompaño el camino del odio, ni aun hacia aquellos que tuvieron bajezas con nosotros. El odio no construye. Esto no es pose demagógica, no es cosa de andar eludiendo el bulto, de poner una cara linda: es cosa de principios" (José "Pepe" Mujica)

Se anuncia que José "Pepe" Mujica, el ex guerrillero que llegó a presidente y se convirtió en símbolo mundial, falleció a los 89 años, en su chacra de Rincón del Cerro, a las afueras de Montevideo.

La muerte de José Mujica fue anunciada por el presidente uruguayo Yamandú Orsi, en estos términos: "Con profundo dolor comunicamos que falleció nuestro compañero Pepe Mujica. Presidente, militante, referente y conductor. Te vamos a extrañar mucho viejo querido. Gracias por todo lo que nos diste y por tu profundo amor por tu pueblo".

Debe recordarse que en abril de 2024 Mujica llamó de forma sorpresiva a una conferencia de prensa para anunciar él mismo que tenía cáncer de esófago. Después de eso vinieron 32 sesiones de radioterapia, la desaparición de los indicios del tumor y una dolorosa recuperación con varias internaciones por los problemas para alimentarse que sufrió.

Desde hacía tiempo, el ex presidente (2010-2015), popularmente conocido como "el más pobre del mundo", decía que era parte de una generación que se está yendo.

En enero de 2025 y en este caso en una entrevista con Búsqueda, informó que su cáncer había hecho metástasis y dejó un mensaje de despedida a la población. "Hasta acá llegué", dijo, y pidió que lo dejaran tranquilo, que no le solicitaran más entrevistas, que le dejaran atravesar la etapa final de su vida en su chacra, andando en tractor y recorriendo sus plantaciones.

Debilitado, Mujica seguiría siendo parte de la vida política de Uruguay y en su chacra recibiría a presidentes, ex mandatarios, periodistas y artistas. También tendría tiempo para salir de su casa a actos militantes y para la asunción del nuevo Parlamento y el nuevo presidente de Uruguay.

Su último deseo fue que sus restos se entierren en su chacra, donde también descansa uno de sus amores que también lo hizo distintivo: su perra de tres patas, Manuela.

Se informa que el Pepe estuvo preso por primera vez en 1964 por robar el depósito de una fábrica de Montevideo. Lo hizo porque era tupa –un integrante del Movimiento de Liberación Nacional-Tupamaros, el principal grupo armado de Uruguay en la década de los 60– y había que juntar dinero para la organización. Estuvo en la cárcel más de ocho meses por hurto.

La segunda vez cayó en 1970 y 1972, cuando fue detenido por ser tupamaro y luego logró escaparse. En el 70 lo encontraron en un bar de Montevideo y Mujica amenazó con resistirse. Pero le dieron seis balazos que lo llevaron a estar cerca de la muerte. Otra vez escapó y otra vez volvió a caer.

Su caída definitiva fue en agosto de 1972 y no saldría hasta marzo de 1985. Estuvo en la cárcel durante toda la dictadura militar del país, que se inició en 1973 y finalizó en 1985, cuando Julio María Sanguinetti asumió la Presidencia del país. En esa oportunidad fue catalogado como uno de los ocho jefes de los guerrilleros.

Mujica llegó al Parlamento por primera vez en 1995 en una pequeña moto Yamaha, vestido con vaqueros y camisa de jean, y la estacionó delante de los autos. Así comenzó el mito. En las elecciones de 1999 –en las que Jorge Batlle fue electo presidente–, su sector político, el Movimiento de Participación Popular (MPP) fue el más votado, algo que se repetiría en las siguientes cinco elecciones.

En 2005, Mujica descartaba por completo esa posibilidad y lo hacía con varias excusas. Que estaba viejo, que tenía dificultades para ser un "buen administrador", que no era "masón ni universitario", que era "sapo de otro pozo". "Esa verga no es para mí", les dijo a los periodistas en ese entonces. Pero mientras él descartaba la posibilidad, su candidatura maduraba.

Debe decirse que el Pepe fue una pieza clave para que el Frente Amplio volviera al poder. El MPP, su sector, tuvo una votación histórica y tiene una amplia bancada en el Parlamento.

Como presidente, promovió la legalización de la marihuana.

Venezuela se pronuncia

El presidente Nicolás Maduro, dando lecciones a fanáticos y dogmáticos, lamenta la muerte de Mujica, con estas palabras: "Con profundo pesar, transmitimos nuestras condolencias y sentimientos de solidaridad a los compañeros, compañeras y familiares de José 'Pepe' Mujica. Hombre humilde e incansable luchador social, cuya vida fue de lucha, enfrentando todas las vicisitudes con entereza y dignidad".

Maduro dijo que Uruguay y el mundo recordarán a Mujica "siempre con cariño".

"Desde la Venezuela revolucionaria, libertaria y heredera de (Simón) Bolívar y (Hugo) Chávez, enviamos un fraterno abrazo al pueblo de José Gervasio Artigas, nuestro pueblo hermano".

Dos Anécdotas

Como Embajador Extraordinario y Plenipotenciario de la República Bolivariana de Venezuela ante el Gobierno de la República Oriental del Uruguay, desde el 7 de marzo de 2007 hasta abril de 2010, me tocó vivir varias anécdotas con el Pepe Mujica.

Aquí, sólo mencionaremos dos.

La primera, aun no siendo presidente, tocaba inaugurar una fábrica de vidrios, que había sido apoyada económicamente por Venezuela. Desde cancillería se envió un representante para coordinar todas las actividades y se mandató que el presidente Hugo Chávez Frías, debía estar acompañado, para esa inauguración, por el Pepe Mujica. Que, además, esa actividad debía concluir con un mitin en un terreno de esa fábrica. La gente de la Casa Militar de Venezuela exigió que el presidente Chávez debía tener unos cascos de protección y que para el mitin debía colocarse un detector de metales.

Lo total, llegado el día de la inauguración, que era el día siguiente, cuando se le fueron a colocar los cascos, el presidente Hugo Chávez Frías preguntó de quién había sido esa descabellada idea y que eso era una ridiculez. Y bueno, cuando se fue al mitin, ambos se lanzaron al terreno a compartir con los asistentes que era una cantidad de gente bien significativa.

Así era ellos, auténticos.

La segunda, ya siendo presidente, yo tenía que regresar para Venezuela y se me hizo la respectiva despedida en una Chacra de un amigo del Pepe.

Se me indicó que debía estar a la 9 de la mañana, hora a la que efectivamente llegué acompañado por el agregado militar de nuestra embajada y, sorpresas, cuando arribamos ya el presidente Pepe Mujica estaba allí presente con unos pantalones cortos, una franela y su perra de tres patas, Manuela.

Allí estuvo todo el día y a eso de las 4 de la tarde le informo que debía retirarme porque en la noche tenía la despedida por parte del Partido Comunistas de Uruguay, ante lo cual su respuesta fue: váyase para el carajo embajador, yo me quedo.

Su esposa, Lucía Topolansky, una vez dijo: "Estoy hace más de 40 años con él y voy a estar hasta el final. Eso es lo que le prometí"; hacía ella va mi solidaridad y acompañamiento.

*Sociólogo. Doctor en Ciencias Sociales. Profesor Titular jubilado, ex director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV, Con dos postdoctorados. Profesor del Instituto de Altos Estudios Diplomático "Pedro Gual" del Ministerio del Poder Popular para la Relaciones Exteriores. Profesor del Instituto de Investigación y Postgrado de la Escuela Nacional de la Magistratura. Fue Embajador en Polonia, Uruguay y Grecia. Miembro editorial de la Revista Amerika Latina y el Karibe. Director de Publicaciones de Intersaber y analista nacional e internacional.

 

 

 

 

 

 



Esta nota ha sido leída aproximadamente 1038 veces.



Franklin González

Doctor en Ciencias Sociales, UCV. Sociólogo, Profesor Titular, Ex Director de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Profesor de Postgrado en la UCV, la Universidad Militar Bolivariana de Venezuela y en el Instituto de Altos Estudios ?Pedro Gual? del Ministerio del Poder Popular para las Relaciones Exteriores. Fue embajador en Polonia, Uruguay y Grecia.

 framongonzalez@gmail.com

Visite el perfil de Franklin González para ver el listado de todos sus artículos en Aporrea.


Noticias Recientes:

Comparte en las redes sociales


Síguenos en Facebook y Twitter



Franklin González

Franklin González

Más artículos de este autor