Domingo, 18 de abril de 2025.- ¿Pa onde vas en Semana Santa?
La eterna disputa, entre lo correcto, lo bien dicho y escrito y el uso regular que la gente, nosotros los humanos de a pie, le damos al uso de las cosas, en este caso, a la expresión correcta que debería ser y es:
¿Para dónde vas en Semana Santa?
Sea como sea, es una expresión común que se usaba cuando estábamos mozos y hacíamos planes en los colegios, con los amigos, en familia para lo que eran unas mini vacaciones, por ejemplo, a esos días que mi abuela materna, Doromilda, llamaba los días santos, no sé si todavía se usa esa expresión, para ella era todo muy claro y se resumía, según recuerdo, primero cumplir con ir a la iglesia el domingo de Ramos, donde recogíamos las ramitas que bajaban los campesinos desde Galipán, luego visita a los siete templos, seguía ir al Nazareno de San Pablo, venía jueves santo, viernes santo y domingo de Resurrección, no sé, si en ese orden.
Pero, el uso de :¿Para donde vas en Semana Santa? Sufrió un cambio, muchos años después, cuando estábamos muchachos y arrancábamos para la playa en el litoral central o más allá, como fuera o para el llano, el campo, la montaña, a los Andes, para Mérida, ah, si andábamos medio limpios, haciendo vacas o llegando a la casa de un pariente o amigo de alguien y siempre compartiendo y riéndonos de la vida, lo que pasara nos alegraba y no recuerdo de que, pero no parábamos de hablar, hacer planes y echar bromas, alegrías de la juventud, diría alguien.
¿Se acuerdan, los que se pasearon por esa época, los que la vivieron?
No me digan que se les olvidó, porque no se los creo.
Nos transportábamos en el carro de alguien, en la camioneta de fulano, en el jeep de mengano y en muchos casos agarrábamos los autobuses comerciales, públicos y privados, que iban al interior del país y que salían del Terminal del Nuevo Circo, en pleno centro de Caracas, que costaban barato y tenían precios solidarios.
Al que no tenía, los demás juntaban y lo más seguro es que nadie se quedaba varado, por ese pequeño detalle de andar limpio, sin guita, como dicen los argentinos y aquello era risa y más risa y cuento y más cuento, muchas veces viajamos, siendo menores de edad, sin el famoso permiso que debían dar los padres, era una Venezuela más inocente y prácticamente semirural.
Luego llegó la época de las novias, de los novios, si tenías suerte te ibas con ella o con él y las respectivas familias, pero igual las amigas y los amigos te seguían preguntando: ¿para donde vas en Semana Santa?
Y yo me pregunto, será que con todos esos cambios que ha experimentado el mundo, nuestro país y por supuesto nosotros mismos, será que se sigue haciendo la misma pregunta.
Y, por cierto. ¿para dónde vas en Semana Santa?
