Una bicipolítica para la ciudad

Hola a ti que detienes a leerme, ojalá llegue a tu razón y sobre todo a la de quienes tienen la responsabilidad de canalizar las necesidades que van surgiendo en una sociedad, en una reunión de ciudadanos, en un compartir social, es decir, en una ciudad. 

Soy Luis Miguel Badaraco, caraqueño, cantautor, músico y soñador de nacimiento, buena gente y papá de Paula Valentina y Diego Armando, a quienes me fui a ver en Bogotá en 2018 y terminé quedándome por casi 5 años que se cumplían este diciembre 2023, porque con todo y que fui un absoluto afortunado y que incluso 2 meses antes de venirme empezaron a suceder cosas realmente importantes en lo que a mi faceta de músico se refiere, el desarraigo ganó la batalla y aquí me encuentro, de regreso y en proceso de reconexión en esta, la ciudad más bella y la patria más linda del mundo mundial.

Pero el motivo de estas líneas es otro, (no es chismear que me regresé, aunque ya lo hice) y tiene que ver con algo que asumí en Bogotá como medio de movilidad, de salud y comunión con el medio ambiente. La bicicleta. Aunque en 2016 en pleno apogeo del desbarajuste económico, al igual que la apabullante mayoría no pude seguir sosteniendo mi carro, me tocó venderlo y me compré una Bicicleta Grand Máster de carrera de aquellas viejitas que me ayudo a quitarme los kilos (47 para ser exactos) junto al hambre pareja y al hecho de haber construido con mis propias manos mi casa gracias al programa de autoconstrucción de la Gran Misión Vivienda. El hecho es que me traje mi bici, una montañera nada ostentosa, rin 29 que yo mismo me armé gracias a que me dediqué a la mecánica de bicicletas a partir de enero de 2022 (casi cumplí los dos años en tan maravilloso oficio) decisión nada fácil de asumir por el cuidado de mis manos de guitarrista, pero que se convirtió en una de las mejores y más acertadas que en toda mi vida he tomado.

He salido nos más de 4 veces en ella, (y seguiré haciéndolo) y obviamente no es lo mismo que andar en bici en Bogotá, o en cualquier ciudad en donde la gerencia social ha tomado cartas en el tema para educar sobre la cultura del biciusuario, que es un tipo de ciclista que la utiliza como medio de transporte cotidiano.

No existen ciclovías, bueno hay que decir que hay unos pedazos puestos en algunas zonas del municipio Libertador pero no existe ordenamiento ni coherencia alguna, además de la ausencia de verdadera política pública que incentive y aúpe al ciudadano a su utilización.

En fin, yo quiero ver a mi ciudad avanzar, resurgir y amoldarse a estándares reales de bienestar social, y ello incluye una avanzada en donde se privilegie la utilización de la bicicleta como medio de transporte. Esa aspiración parte del principio de la aceptación de parte del estado local y ojalá el nacional, de la importancia y el impacto social que tiene la creación de un sólido y bien pensado proyecto que le genere un sistema de ciclovías que atraviese los 5 municipios de la Gran Caracas, y con ello toda una estructura sentipensante que coadyuve a la formación y educación que allane el terreno para el éxito y asimilación del proyecto.

Siempre es hora para crecer, para apuntar a la felicidad y al deseo de bienestar en nuestro entorno.

Vamos!

 

Algunos enlaces con estadísticas de Bogotá con respecto a los biciusuarios:

https://bogota.gov.co/mi-ciudad/movilidad/cuantas-personas-se-mueven-en-bicicleta-en-bogota

Sobre la política pública implementada por el gobierno local para el uso de la bicicleta en la ciudad:

https://www.alcaldiabogota.gov.co/sisjur/normas/Norma1.jsp?i=78754

 


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Luis Miguel Badaraco


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