"A quien pueda interesar" a propósito del eslogan “Vivir Viviendo” de la Gran Misión Vivienda Venezuela

En virtud de la realidad que vivimos todos quienes necesitamos comprar nuestra vivienda principal y andamos por los caminos reales, para evitar sobre todo el desdoble inhumano de la moral para poder alcanzarlo, pongo al tapete de la discusión el hecho cierto, por lo menos para mi, de que no existe vinculación alguna entre la base de datos que hoy día está a la mano de cualquier instancia gubernamental lograda por los registros que en estos años a venido haciendo, y que últimamente volvió a hacer con la inscripción de millones en la Gran Misión Vivienda Venezuela nuestro gobierno, y las distintas realidades de todos los que nos expresamos allí, porque a la final es un gran mensaje lo que va inserto, ¿o no?

Digo esto, y vayan mis palabras con todo el sentido del dolor y la solidaridad para con nuestros compatriotas en tan dura situación, porque no todos estamos en situación de damnificados, si, damnificados, ya que pareciera que en ese sector es que se encuentra únicamente la emergencia, que si la es, pero que perfectamente se pudiera atender abriendo brechas para otras de menor intensidad, que lo son también y por tal con el derecho para los afectados de resolverse con simplemente la voluntad política y operativa de quienes liderizan el sector en el ejecutivo nacional, ya que no es posible ni humano poner a esperar hasta quien sabe cuando a familias inscritas por su necesidad, hay que buscar mecanismos que coadyuven al objetivo central entre todos.

Soy caraqueño, 39 años de edad, cantor revolucionario, músico popular y tradicional actualmente ejerciendo cargo público en el Ministerio del poder popular para la cultura como Director Operativo del Estado Lara, lugar a donde me vine a tratar de cambiar la realidad de estos últimos años.

Ahora bien...

Luego del éxodo de mis padres hacia el interior en el año 85, luego de vender el apartamento que la Electricidad de Caracas les ayudo a adquirir para pagarlo en 30 años, me devolví a la capital en 1990 y comencé a vivir en mi ciudad natal en calidad de "alquilado", es decir, 21 años han pasado en ese estatus.

Desde el años 2000 a la fecha me inscribí en todas las misiones de vivienda que se anunciaron, Habitat 1 y 2 y ahora ésta última, es decir, 3 inscripciones en 10 años más o menos buscando ese derecho humano hoy convertido vilmente en mercancía y herramienta de enriquecimiento de unos pocos dueños del capital.

En Caracas, con mi salario, con mis entradas de vez en cuando como músico no pude reunir los 200 mil Bs o más que se necesitan de inicial para un apartamento de mercado secundario de 500 mil o hasta más, ubicado en alguna zona no tan privilegiada, como ya la mayoría de nuestra capital dado la superpoblación que vive, y ojo, de solo 2 habitaciones y un baño, para meternos una pareja y 3 hijos, ya que pensar en 3 habitaciones en adelante es sencillamente imposible, 700, 800, 1 millón... y déle, que agallas es que hay aquí!!...

Hace 3 meses, ya instalado en Lara me conseguí con una de esas oportunidades que menta la gente cuando aparecen como “caídas del cielo”, una familia, igual que cualquiera, con una tierrita en los suburbios cercanos a Barquisimeto que utilizan para vivir, y hasta para la siembra, me ofrecieron una casa con unas condiciones acordes a mis posibilidades, razón por la cual, luego de ponernos de acuerdo con el valor y la inicial me dirigí a la Agencia del Banco de Venezuela, uno de los bancos del Estado (y donde tengo de paso mi cuenta nómina) y recordando aquel eslogan de “Para vivir viviendo”, recordando las entrevistas de opinión de personeros del estado cuando arrancó la Misión en donde pregonaban que hasta uno podía ubicar una vivienda para presentarla al Estado y luego quedar pagándola con la ley de ahorro habitacional, le pregunté esperanzado a la Especialista si el Banco le daba algún tipo de apoyo especial a los inscritos en dicha misión... su sonrisa y la posterior respuesta fue para mi una daga.. entonces para no dejar apagar la llama de la esperanza le pedí que me dijera según mi sueldo hasta que monto me cubre el crédito de ley política habitacional y los requisitos para solicitarlo. Según me dijo hasta 270.000,00 y 25 años para pagarlo a más o menos 2.200 la cuota por mes... la esperanza volvió a aparecer hasta que me dice que para que el banco me otorgue el crédito tanto la casa como el terreno deben ser propiedad privada de quien está vendiendo... y pues resulta que esos terrenos, al igual que la inmensa mayoría en nuestro país, son “ejidos”... quien entonces accede a estos créditos??, y a quien favorece esto si no es al poderoso??...

Ahí voy, tratando de que los fiscales de la Alcaldía de Iribarren en Barquisimeto vayan a medir la parcela de 400 metros cuadrados en donde está construida la casa para solicitar la propiedad y así poder pedir mi crédito que “creo” tengo por derecho... No se si ese trámite ante la Alcaldía de Iribarren dure poco o mucho, solo espero que no me tarde lo suficiente como para que pierda esta oportunidad, en donde ya entregué una, para mi, importante suma de dinero para amarrar la compra.

Camaradas, miren la paradoja, no hay vinculación entre mi sensible situación como padre de familia buscando una solución a su emergencia de vivienda, incluso inscrito mas de 3 veces en los planes que el gobierno abre, pero SI recibí de inmediato el llamado de atención de esa especialista debido a una deuda de Bs. 500,00 que no pagué (porque me parecía usura los intereses) de hace más de 12 años a los antiguos dueños de ese Banco producto del uso de una tarjeta de crédito... no haré ninguna consideración al respecto de lo que pienso de tamaña absurdez, solo escribiré que en un país en verdadera revolución, en donde en verdad estuviera planteada como punto de honor la búsqueda de la máxima felicidad posible para todos, en donde se respetara la dignidad humana y el trabajo honorable, y en donde el amor estuviera floreciendo, estas líneas no las estuviera escribiendo.

Que a todos los que como yo estamos atarugaos por la INCONGRUENCIA y la INCOHERENCIA de una sociedad hundida por el guiso, nos ayude la santísima providencia pues.

badaracocantor@gmail.com



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Luis Miguel Badaraco


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