Breves argumentos

"No quisiera que mi hija ingresara a las Fuerzas Armadas"

Argumento éste que emergió de los labios de un ex compañero de armas en un tono despectivo y arrogante, durante una conversación espontánea, hace más de un par de meses. Sin emitir juicios de valor en relación a la tesis de mi interlocutor, evidenciaba al mismo tiempo no estimar la capacidad y la decisión voluntaria de su descendiente para elegir de una manera autárquica la profesión que ella pretendiera escoger. Todo aquello parecía un clima de misoginia, de machismo encubierto.

Vista así las cosas, con cierta prudencia le pregunté: por qué manifestaba esa opinión, no obstante se lanzó por la tangente. De igual manera, mi colocutor exteriorizaba sólo respuestas de carácter reactivo, compulsivo hasta las metras, no dando chance a una exposición de tono reflexivo. Casi que se volvía verde. Los botones, casi que se les desprendían de la camisa. "Como cada cabeza es un mundo", "como cada cual tiene su manera de matar las pulgas",- reza un aforismo por ahí -. Respeté sus premisas; y tomé la más sana decisión de no continuar con el tema, que él había iniciado. -en mi soliloquio: eso no era asunto mío- y proseguimos platicando, haciendo énfasis en las remembranzas de nuestra formación de la escuela militar, de la cual orgullosamente egresé.

Ahora bien, grosso modo, lo supra señalado, me indujo a escribir estas líneas en mis ratos ociosos, como de costumbre, en relación a la epistemología de la mujer en la actual Fuerza Armada Nacional Bolivariana (Fanb, en lo siguiente), institución que resguarda la soberanía e integridad territorial de la Nación, fundamentada en la Norma Suprema y en las leyes sustantivas y adjetivas que rigen la materia, donde la mujer también tiene corresponsabilidad como ciudadana. En consecuencia, puede destacarse que el término mujer se desprende del (latín mulier-eris). Es la persona del sexo femenino. Diferencias sexuales y biológicas de la hembra frente al macho; sin subestimar las condiciones de género de contexto cultural. No obstante, este último es harina de otro costal. Toda persona nace con un sexo: no debe confundirse con el ejercicio de la función sexual.

En este orden de ideas, según algunos estudiosos, en la edad media se fijaron las pautas y las condiciones de conducta que se les exigían a las niñas, a las jóvenes y a las mayores. De acuerdo a fuentes recabadas, para esa época el papel más importante señalado a las mujeres, era el de esposa y madre; una especie de machismo imperante que incursionaba desde el núcleo familiar, laboral y social. Muchas mujeres que intentaban rebelarse contra esta hegemonía, fueron echadas a la hoguera o etiquetadas como "Brujas". Una razón, sin razón: el régimen patriarcal tenía que imponerse. Era una situación de carácter social y cultural de la época. La misoginia en pleno desarrollo.

En esta orientación, el movimiento feminista no se ha quedado dormido en los laureles, en el sentido que ha ido reconociendo la igualdad de oportunidades e igualdad de los derechos para las mujeres. En el caso venezolano, lo que contempla el ingreso de las féminas a la Fanb, hay que retrotraerse al año 1975, cuando se aceptó por primera vez a un grupo de damas como alumnas regulares a la otrora Escuela Técnica de la Fuerza Aérea Venezolana (FAV, en lo siguiente).

En consecuencia, para el año 1978, ingresan como pioneras cadetes, a la entonces, Escuela de Aviación Militar un grupo de adolescentes muchachas, según se relata en la fiel narración del General León Aranguren, citado por el señor Coronel Luis H. Paredes, en estos términos: "He venido a la Escuela de Aviación Militar con el propósito de hacerle saber a la prensa para que posteriormente haga llegar la voz del Comandante General de la Fuerza a la nación, de este proyecto que estamos llevando a cabo con el ingreso de ustedes a la Escuela de Aviación Militar". La lista de admisión la encabezaba la señorita: Rosa Áñez Nogueiras; y la cerraba, la aspirante a cadete Darín Hernández. (Luis H. Paredes. Historia de la Aviación Militar Venezolana. Págs. 639-688)

Como ha de observarse, ese proceso quedó sólo en un proyecto, como el mismo León Aranguren lo señaló. Proyecto que no fue factible, no cuajó a corto plazo. No le corresponde a este escribidor detallar los motivos o las causas que produjeron más adelante esa exclusión de las mujeres a las escuelas militares de aspirantes a oficiales, de entonces. Si bien es cierto que, sobrevivieron algunas como las de la Escuela Técnica de la FAV, entre otras escuelas; no es menos cierto que se consolidaba el rechazo del sexo femenino a las Fuerzas Armadas de la época.

Es significativo apuntalar, que es a partir de la Constitución de 1999, inspirada en los preceptos de la no discriminación y bajo la organización y estructura de la norma sustantiva que rige la materia se les da la amplitud a las jóvenes venezolanas para que tengan la oportunidad de ingresar a las Escuelas de Formación de Oficiales y Tropa Profesional de los diferentes componentes de la FANB, sin perder su feminidad. Ya dejó de ser un ensayo, un experimento. Sí, como se experimenta con un animalito silvestre por ahí. Una forma de transgresión de sus Derechos Humanos.

En este proceso de construcción y desconstrucción de saberes en la actual Fanb, la Universidad Militar Bolivariana, a través de las diferentes Academias y escuelas de la universidad, ha permitido en su seno el ingreso de las damas para nutrir con mucha fortaleza el espíritu de la militaridad y al mismo tiempo re-dignificar la concepción de la mujer en la sociedad. Y no contemplar esto como un proyecto de corto alcance. Es un logro para las mujeres que no puede ser indeleble en el tiempo. Nuevas transformaciones exige la sociedad. La Fanb no es la excepción.

Como colofón, a lo largo de la historia el hombre sometió a la mujer de múltiples maneras, y así se desarrollaron sociedades patriarcales. La mujer como ser verbo pensante, es autónoma de sus decisiones y no puede estar sometida a terceros mandatos de corte machista. Ella decide lo que quiere hacer y prepararse académicamente, según sus preferencias, actitudes y aptitudes. Lo que comenzó como un ensayo, se quebró por decisiones, quizás por falta de voluntad política o la permanencia del pensamiento misógino que se incubó en la institución. En la actualidad las mujeres en La Fanb, tienen su ingreso a las diferentes academias militares, ocupando cargos y direcciones que en otrora era una utopía, una ficción. La instrucción militar como subsistema de la educación estatal le ha abierto la brecha y las oportunidades de este sector de la sociedad que estaba invisibilizado. De esta manera contribuyen al desarrollo armónico y sustentable de la Nación.

Ni que el pecho fuera de hierro; y el lomo de algarrobo.

¡Muchas gracias!

P.D: Lee, que algo queda.



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José García

abogado. Coronel Retirado.

 jjosegarcia5@gmail.com

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