Este 9 de diciembre se convirtió en fecha fatídica para todos y todas quienes conocimos y apreciamos a Olga Lucía Roldán, una extraordinaria mujer, luchadora por las causas sociales de la mujer, del socialismo, de la inclusión social. Una mujer que durante su vida corta, pero fructífera enfrentó las contingencias de la salud con dignidad, valentía y optimismo, pero que al final sucumbió luego de una épica batalla contra las consecuencias de la Covid-19 en la ciudad de Barquisimeto, estado Lara.
Ella era profesora universitaria en la Universidad Centroccidental Lisandro Alvarado, Terapista Ocupacional, con Especialización en Salud de los Trabajadores y del Ambiente Laboral, con Maestría en Educación y Salud, profesora de pre y posgrado en la UCLA en los programas de Salud e Higiene Ocupacional, Desarrollo Integral de la Mujer y Educación en Salud. Y más allá de lo académico donde tuvo una actuación descollante por su preparación y entrega a la investigación y a la práctica educativa, Olga Lucía destacó por su militancia en las luchas por los derechos de las mujeres y los derechos de los trabajadores.
Ver su participación en el 7º Encuentro de Mujeres Bolivarianas Larenses, un espacio para la formación sociopolítica, el debate, la construcción de propuestas y la articulación, sin dejar a un lado la participación cultural. Donde la ponencia "Salud, Mujeres y Trabajos" a cargo de Olga Lucía Roldán, que planteó revisiones e interrogantes acerca de las mujeres trabajadoras en Venezuela, el trabajo en la reproducción social, las dobles y triples jornadas laborales femeninas, las consecuencias físicas y psíquicas, además de propuestas de acción. https://www.aporrea.org/actualidad/n187792.html.
Deja Olga Lucía una huella profunda entre estudiantes, docentes, amigos y camaradas por su entrega, sus convicciones, su don de ser humano, sus virtudes artísticas incluso que la hacen una mujer total que marcaron a quienes estuvimos el enorme privilegio de conocerla y compartir experiencias, vivencias y sueños por una sociedad más justa, equitativa y solidaria como ella misma anhelaba.
Hemos sido testigos de la dura lucha que le tocó vivir y hasta el final mantuvo una actitud optimista y cargada de esperanzas para mantenerse con vida para lograr sus anhelos sociales y familiares. Contó para ello con la entrega del camarada Francisco González, su compañero de vida y luchador incansable por los derechos de los trabajadores y la causa del Socialismo, de su hijo Camilo y del equipo médico que la asistió en estas últimas semanas, aun cuando también debieron en varias oportunidades luchar contra la indolencia, la displicencia de personal de salud en uno de los CDI centinelas del estado Lara y de la mecantilización de la medicina al no poder encontrar una cama que requerían para su tratamiento especializado y debiendo recurrir, como tantos miles de compatriotas en Venezuela, a campañas de recolección de fondos para sufragar los gastos dolarizados de la salud privada.
Esto también refuerza la convicción de que la lucha por una política de salud pública debe reforzarse y continuar para atender de manera rápida, eficaz e integralmente a quienes padecen de afectaciones en su salud y amenazas de vida.
Que el legado de Olga Lucía se mantenga por siempre y sirva de ejemplo a las nuevas generaciones y a la sociedad toda.
¡¡Honor y Gloria!!
