Que discurso más pálido el de Delcy Rodríguez

Los gringos tienen un concepto de democracia que lo imponen a fuerza de cañonazos; de destruir ciudades, masacrar pueblos, destruir culturas; imponen dictadores, lacayos y a la par de los bloqueos económicos se roban los activos estatales; como tarjeta de regalo estampan su concepción de democracia en un Estado Fallido y una sociedad destruida. Ese es el clímax de la concepción democrática norteamericana.

Ahora bien, si Delcy Rodríguez hablando, el día internacional de la mujer; rodeada de personeros del gobierno, frente a muchas mujeres y pocos hombres, dijo: "el gobierno de Estados Unidos le teme a elecciones democráticas", se puede pensar paradójicamente, que de acuerdo a la historia de los pueblos que han sufrido las agresiones imperialistas; los norteamericanos combaten y destruyen los procesos democráticos que se escapan a su control. Y el caso venezolano no es la excepción, miremos:

Algunas veces empiezan, como dice Walter Martínez: creando el ambiente propagandístico con el control de los medios y las fake news. Allí se define al enemigo y se le endilgan todos los males posibles. Luego crean los grupos de apoyo internacional: los amigos de Libia, Siria, la comunidad internacional, el Grupo de Lima y la reactivación del TIAR.

Un caso particular en Venezuela, es que todavía no ha habido intervención militar; pero, se han robado los activos estatales, tienen control sobre la producción energética y petrolera; y están manipulando el comercio del petróleo venezolano de una manera tan agiotista, que es sinónimo de robo. Y en esto están implicados los que controlan PDVSA.

Con todo eso, decir en un discurso gubernamental que Estados Unidos tiene miedo a las elecciones democráticas, es como no ver la realdad que enfrenta día a día el pueblo de Venezuela, producto de la agresión imperialista. Y con las tesis gubernamentales de la nada, la no importancia del robo de Citgo y del descontrol privado de la industria petrolera, echando el gato a inocentes e ingenuos sindicalistas chavistas y a Rafael Ramírez; pareciera, desde la perspectiva de la Vice Presidenta de Venezuela, que Estados Unidos, no tiene nada que ver en la situación de la industria del petróleo, en las calamidades del pueblo y en la condición guasona del Estado o, la ley aplicada contra del auténtico chavismo.

Mas bien, yo creo que después de las atrocidades cometidas contra el proyecto socialista de Chávez y las humillaciones con las que han pretendido amansar a los auténticos chavistas; los del gobierno son los que le temen al escrutinio democrático electoral del pueblo.

Por eso la ley anti terrorista, el nepotismo, es decir literalmente la preferencia que le dan a sus parientes, amigos o allegados para colocarlos en empleos públicos mejor remunerados, o para hacer reconocimientos (la Espada de Bolívar) sin evaluar las capacidades que poseen para el cargo a desempeñar o la historicidad de los acontecimientos; el ir y venir en las Asambleas Nacionales y Constituyente sin decidir nada favorable para el pueblo, el olvido de la Reforma Agraria, de los contratos colectivos y su aplicación efectiva; el creer que el pueblo acepta las bufonadas políticas del Estado.

Por el contrario, más parece que el Estado es el que está al borde de ser un Estado Fallido, donde el terrorismo hace lo que quiere y los terratenientes y burgueses desnacionalizados, como en las películas de vaqueros, deciden actuar en nombre de su ley.

Y de último, hablar de poner orden en PDVSA cuando son ellos, gobierno y empresarios venezolanos y extranjeros, con su concepción de dejar a la empresa privada y al mercado la responsabilidad y el futuro de la empresa petrolera, quienes anárquicamente se están repartiendo la industria petrolera y la riqueza que esta produce.

Miremos:

Si para producir un barril de petróleo se gasta la fuerza de trabajo de decenas de miles de obreros, y el barril lo compran los comerciantes entre 30 y 40 dólares por unidad y lo venden dentro de los precios del mercado internacional (entre 45 y 50 dólares por barril o de acuerdo a las variantes del comercio internacional) o se trueca por alimentos carísimos; relacionemos, si al trabajador se le paga un salario de entre 3 y 6 dólares por jornada laboral; una pregunta aclaratoria sería, con esos salarios, ¿cuál es el precio en dólares, que cuesta la extracción de un barril de petróleo? A partir de allí pensemos en el increíble nivel de explotación que sufre el obrero y en las colosales ganancias que los mercaderes obtienen al manipular el valor de cambio de esta mercancía.

¿Qué le queda a Venezuela?

¿Quiénes está a cargo de comercializar el petróleo en Venezuela?

Pero, aunque sea una producción de 800 mil barriles de petróleo por día, vendidos a 30 dólares por barril; en un día de ventas se obtiene 24 millones de dólares y en un mes se llega a 720 millones de dólares; relacionemos: si al obrero se le paga 6 dólares por mes y la cantidad de obreros, laborando en la industria fuera de 100 mil, por 6 dólares mensuales; se gastaría en salarios un monto de 600 mil dólares. La pregunta:

¿A dónde van a parar, los 719,4 millones de dólares, restantes?

De tal manera que la palidez de discurrir sobre que el "Gobierno de Estados Unidos le teme a elecciones democráticas," y la tesis militarista de quien divide en momentos de guerra, es traidor; chocan frontalmente con quienes han hecho del chavismo su ideología contra el imperio y su respaldo moral contra la corrupción, contra la represión y a favor de la revolución socialista; que son los mismos que enfrentan y sufren más el acoso imperialista y quienes moral y laboralmente, a pesar de los bajos salarios, mantienen las esperanzas de vivir, de libertad e independencia de Venezuela.

A pesar que enfrentan a quienes van aherrojando cualquier actitud popular de descontento.



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Memo Fernández


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