El acecho

Ser vigilados con mala intención ni es sorprendente ni mucho menos tiene que ver con una rendición de la gente, una huida por los caminos verdes ni un estar prestos para ser golpeados como algunos creen.

Los animales, en la búsqueda de sus alimentos siempre acechan. Lo hace el tigre mariposa en los llanos, el caimán del Orinoco y también la boa y los perros que utilizan los campesinos cuando van de caza. Por eso digo que la cuestión no sorprende a nadie, porque siempre el que acecha anda tras un objetivo muy claro y preciso.

Es como un juego de inteligencia en el que quien acecha va tras una presunta víctima y ésta, se mueve con igual determinación para no caer bajo el dominio del acechante y, hasta en ocasiones, quien acecha queda mal parado porque la presunta víctima se convierte en el acechador de quien acecha.

¡ Viene ocurriendo desde que comenzó la vida en el planeta!

Hemos escrito sobre ese acecho que es normal, si se quiere un elemento que forma parte de la vida en la naturaleza, aunque hay otros acechos, como es el que reciben los venezolanos como si se tratara de eso que llaman "cacería humana". El problema radica en que los venezolanos no somos animales y mucho menos de cacería.

La característica del venezolano es ampliamente conocida en toda su historia. Un pueblo que batalló contra los españoles, que llegaron creyéndose dioses y amos del paraíso y la emprendieron contra las poblaciones autóctonas de esta generosa tierra. Algunos fueron acechados y maltratados, pero no todos.

Aunque los españoles asesinaron a millones de seres en el nuevo continente y robaron tanto como para darle vida a la depauperada Europa, los americanos jamas hemos sido vencidos, no nos dejamos vencer.

Y Simón Bolívar, el gran visionario, político y guerrero americano, en específico caraqueño, venezolano, demostró, como poquísimos en el mundo, en realidad casi inexistentes, no solo la capacidad política, estratégica y revolucionaria, sino el talento, su ética y moral y una profundidad filosófica y poética que le permitieron brillar y avanzar por encima de sus adversarios.

La esencia de los grandes hombres que hicieron posible a Venezuela, han constituido el ADN que ha formado el talante de todos los nacidos en esta tierra y de aquellos americanos y también europeos que han hecho suya esta generosa geografía y por eso, el que nos acechen no es algo que realmente nos enloquezca, ni genere miedo, ni temores.

En la novela "Por estas calles", un personaje soltó aquella frase que se hizo muy popular y rápidamente acogida por la mayoría de los venezolanos y que decía, "como vaya viniendo, vamos viendo", y la misma denota la actitud de proceder, de enfrentar las cosas, de resolver las situaciones, pero nunca de retroceder y en eso está el pueblo venezolano hoy día, por estas calles, enfrentando la vida, buscando el modo de resolver la vida de la nación, defender su modelo socialista y eso, es lo que al final va a resultar, porque como recoge el sentir popular, "no hay mal que dure cien años ni cuerpo que lo resista".



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Pedro Estacio


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