Un análisis económico en la Patria Grande sin desperdicio

Son muchas las teorías que se visualizan dentro de la intensa etapa que hoy vive la economía en esta globalización liberal que se presenta con la peor cara que jamás se halla visto dentro de una política de dominación inducida que se viene desarrollando con la receta más condimentada del FMI, ese modelo mejorado de "América para los americanos" que llevo a fortalecer e imponer el dólar como única solución a la prosperidad de las reservas de potencias y países en vías de desarrollo con un marco ilustrativo de invasión comercial en los ámbitos bursátiles de siglo XX.

Haciendo hoy un análisis basado en las ramificaciones abstractas que estremecen hoy todos los mercados del mundo moderno que crece cada vez más en cuanto al extremo consumo que se vive, donde la competencia de dividendos e inversiones en la producción y explotación de materias primas como el petróleo, el gas, el agua y minerales que son inalcanzables en muchos aspectos que tienen como soporte de sus actuales reservas internacionales; pero hoy el mercado alternativo que surge en el caso del gigante asiático que hoy es referencia en el mundo, además de sus inversiones en todo el mundo, siendo ya el mercado alternativo desde los BRITES junto a Rusia, India, y que va desplazando al dólar, y haciendo temblar al euro y otras monedas importantes.

Sin embargo, observamos cómo ha afectado el mercado de producción y exportación en la Patria Grande, y como las acciones del mercado del norte, quien aplica medidas precarias hacia quienes hoy dependen de las empresas trasnacionales, en el área del acero, la agricultura, ganadería y materia prima para cumplir con bienes y servicios que hoy son golpeados por las medidas de control y manejo de las economías que desde el G-20, quienes agrupan grandes economías que dependen del manejo de tasas de inversión y manejo de inversiones, pero con la metodología del libre mercado, pero también los tratados con países de la región que llenan las arcas de sus bancos centrales a través de impuestos, reducción de personal o mano de obra, la creación de leyes que deroguen inversiones en el ámbito social, educativo, la salud, o sociales que disminuyan la pobreza, el hambre e incluso la destrucción del ambiente que sigue en picada, pues más importante es mejorar los números para invertir en créditos bancarios, empresas de construcción, empresas de alimentos procesados, la industria de telefonía móvil, así como franquicias y la industria armamentista quien hoy se impone el PIB de países con democracias conservadoras que buscan tener complacido al inquilino de la Casa Blanca; casos concretos como la Republica Argentina que en dos (2) años del gobierno de Mauricio Macri ha subido el costo de todos los servicios básicos, de hacer decretos que eliminen o disminuyan los beneficios a trabajadores del área de transporte público, el gremio docente, las pensiones de los jubilados, y la inflación manejada bajo un esquema autoritario e ilógico que lleva como consecuencia al despido masivo de trabajadores en fábricas, hospitales y otras áreas que sin medir consecuencias que ese valeroso pueblo paga hoy, de lo que pasa en Chile con la privatización de la educación, la explotación de la minería, así como la inversión en programas que apoyen a la equidad en la producción y capacitación de ese pueblo que sigue una doctrina hecha en dictadura; y ni hablar de lo que ocurre en Brasil, donde se quiere acabar con la tenencia y producción nacional ganadera, además de acabar con todos los programas que desde Lula funcionaban para la industrialización y producción nacional, y acabar con los gremios sindicales; pero debemos hablar de Venezuela, quien sigue sufriendo el acoso financiero establecido a través del dichoso decreto que Obama firmo y que ahora el desquiciado de Tromp rectifica con más fuerza, afectando los procedimientos arancelares, además de la compra de bienes y servicios y afectando la producción en todos los rubros y niveles que determinan el consumo del pueblo venezolano, además del eterno bloqueo a Cuba que ha dejado de percibir más de lo que hoy con ímpetu y fuerza produce y consume el valeroso pueblo antillano.

Una guerra económica que invade los parámetros e indicadores de producción e inversión, elevando costos, dedicados a la importación con tazas de intereses elevadas, acabando y vendiendo las reservas para pagar deudas y retener la inflación, además de evadir la voluntad de diversificar y flexibilizar las inversiones en la pequeña y mediana industria, colocando por encima de las necesidades reales que hoy aquejan a más del 60% del consumo y la producción, acuerdos que restan en vez de sumar, llenando las arcas del FMI, llevando al despeñadero hoy las economías emergentes que hoy luchan por demostrar que el capitalismo sigue siendo un cáncer que mata las expectativas bursátiles de riquezas y prosperidad en el mundo, y hoy llegan otras alternativas como el PETRO que es la moneda virtual, que tiene reservas de minerales como el oro y otros a darle un cambio trascendental; hoy se juega a la dominación financiera desde el mercado impuesto por EEUU, Reino Unido, la bolsa de valores, y organizaciones que sencillamente obligan a producir más pobreza, esclavitud y dependencia comercial, pagando deudas interminables.

Es necesario retomar desde la perspectiva de integración comercial, como el MERCOSUR, PETROCARIBE, EL CARICOM, ALBA, CELAC, UNASUR, que hoy el escenario se tambalea y el camino que se venía construyendo se encuentra en una encrucijada, gracias a los gobiernos lacayos capitalistas, sin embargo se necesita hoy conciencia, resistencia y dar pasos importantes que hoy dan los movimientos sociales, trabajadores, sindicatos, y profesionales que tienen las herramientas necesarias para volver a tomar el camino ideal, y poder hacer respetar ese modelo económico emergente que coloca lo social lo humano desde la formación y capacitación que permita superar los niveles de producción e inversión en las áreas críticas que hoy se establecen desde un mercado devaluado a uno robusto que genere divisas, inversiones y mejore la distribución y consumo de bienes y servicios, que sea competitivo dentro y fuera de cada nación, demostrando que sin depender de la política neoliberal que sigue decayendo pero se mantiene como una bomba de oxígeno para muchas economías hoy.



 



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John Duarte Zambrano


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