Estos diez días que nos separan de la elección de la constituyente serán la puerta a un mundo nuevo, después nada seguirá será igual, todo cambiará, de eso no hay dudas, el vacío de hoy será copado por una nueva legalidad.
El acuerdo de la mud es la propuesta de esa derecha para el futuro, es un programa mínimo del pacto para un golpe, eso está claro. Faltan los nombres de la Junta de Gobierno y quien será el Presidente, eso lo sabremos en una madrugada de estas.
El programa que presenta la mud parece escrito por Caperucita. Es dulce, melodioso, demasiado bueno para ser verdad, y más si viene de estos pillos que ya los conocemos desde aquel nefasto abril. El lobo se esconde tras ese disfraz de abuelita cariñosa. Lo que hay de cierto es que se aproxima el fascismo y el madurismo neoadeco no puede, no tiene como, hacerle frente, lo ve aproximarse y permanece inerte, paralizado en su estupidez; hace cuatro años, con laboriosidad de araña viene tejiendo este horror.
La masa está indefensa frente a la amenaza apocalíptica, la alta dirigencia no supera el chisme, el retruécano, no dirige, sólo atina a un torneo de agresiones verbales que recuerdan las películas de Cantinflas y al vecindario del chavo. El PSUV se disolvió en los clap inoperantes y los carnet fragmentadores. La masa está vulnerable, desconcertada, a lo sumo repitiendo frases huecas y sin saber qué hacer en estos diez días decisivos. Una masa débil, desconcertada, estimula el asalto de la derecha externa.
Es urgente oponer al pacto de la derecha de la mud y a la deslealtad del madurismo un programa que reagrupe al Chavismo, le dé sentido a la lucha, que impida el avance del fascismo de lado y lado. Es más que urgente que este programa sea presentado por chavistas con prestigio, capaces de recuperar la credibilidad, la conexión amorosa con la masa, que sea presentado por los valientes, los que piensen en sociedad y no en el mezquino individualismo, los que unen su suerte a la suerte de la Patria, y no a la contabilidad de sus bienes.
El programa está listo, es el Plan de la Patria, el que dirigirá la retoma del rumbo, limpiará el camino de corrupción y corruptos, rescatará los capitales robados a la nación, revertirá la entrega de las riqueza nacional a las trasnacionales; dará a cada uno de acuerdo a sus necesidades y exigirá de cada uno de acuerdo a su capacidad; reivindicará la Constitución de Chávez. En un plazo no mayor de un año, hará nuevas elecciones para la Asamblea y para Presidente. Tomará acciones para recomponer la disciplina nacional, el sentido de pertenencia a la sociedad por sobre lo mezquino individual y de grupos.
La presentación de este Programa debe hacerse en medio de una acción que le dé credibilidad, que demuestre la intención -más allá de las palabras- de oponerse al fascismo de la mud y al pragmatismo y clientelismo neoadeco del gobierno. Que demuestre claramente la intención de ser leal al legado del Comandante Chávez, al Socialismo.
Que mañana no se diga que el Chavismo se rindió sin disparar una idea.
