Simón Bolívar y José de San Martín (I)

Simón Bolívar, 1783-1830, y José de San Martín, 1778-1850, sin duda fueron los principales líderes de las revoluciones de independencia de nuestra América. La historia oficial, siempre al servicio consciente o inconscientemente de las clases dominantes, siempre suele enfrentar a los precursores de las luchas emancipadoras apelando a relatos unilaterales y malintencionados, como que Bolívar fue dictador pero sin aclaran que fue designado así por el Congreso Nacional de la época, bonapartista, ambicioso y autoritario" y San Martín que era monárquico, militarista y aristócrata, eso según la mirada sesgada localista, provinciana, regionalista o nacionalista de quien escribe esa historia y defendiendo a un libertador a costa de denigrar del otro.

En Argentina, el general liberal Bartolomé Mitre, 1821-1906, argentino, por ejemplo al crear fábulas y mitos históricos de la burguesía, con el pretexto de cantar loas en la biografía de San Martín no se cansa en sus libros de insultar y ensuciar al fundador de la Gran Colombia, esforzándose por hacer rivalizar ambas figuras, inventando a un Bolívar codicioso y egoísta; que privilegia su prestigio personal por sobre la lucha Continental. Aunque con matices, comparte esa perspectiva historiográfica liberal el brillante escritor y político Domingo Faustino Sarmiento, 1811-1888, argentino, Vicente Fidel López, 1815-1903, argentino y Ricardo Levene, 1885-1959, argentino. En cambio Vicente Lecuna Salboch, 1870-1954, venezolano, Rufino Blanco Fombona, 1874-1944, venezolano e Indalecio Liévano Aguirre, 1917-1982, colombiano, hacen algo similar a los 3 primeros nombrados arriba; pero al revés. Los últimos 3 escritores rechazan los mitos de Mitre y defienden a Bolívar, pero para eso se inventan a su vez un San Martín blanquito, europeo, aristocrático y oligarca.

En ambos casos, esos historiadores condensan una manera personal y tradicional de escribir sobre la América Latina y sus libertadores. A despecho de los mitos con los cuales intentan enfrentar a Bolívar con San Martín, dibujándolos recíprocamente como ambiciosos y codiciosos, los dos libertadores terminaron pobres, sin un centavo, habiendo combatido contra el Imperio Español y entregado lo mejor de sus vidas por la emancipación de todo un Continente. Ambos fueron traicionados y abandonados por las burguesías mezquinas y cipayas de sus respectivos países de origen, burguesías incapaces de construir y sostener una gran y poderosa nación Latinoamericana. Por lo general, los relatos tradicionales que oponen a Bolívar contra San Martín suelen ser acompañados de una admiración ficticia del sistema democrático norteamericano, sin tomar en cuenta que ellos fueron, y solapadamente siguen siendo, los principales esclavistas.

Cualquiera se pregunta: ¿Y cuál es la estrategia que persiguen con esos falsos relatos y leyendas elaboradas? Bueno, allí cabe solo la voluntad de dividir y fragmentar la América Latina con la finalidad de generar y alimentar odios nacionalistas, celos mezquinos y rivalidades patrioteras, cosas que agradecen altamente los halcones estadounidenses; la clase gobernante. La polémica que enfrentó en los años 40 del siglo XX al argentino Eduardo Colombres Mármol, defensor de San Martín, con el venezolano Vicente Lecuna Salboch, defensor de Bolívar, sobre la entrevista de Guayaquil, Ecuador, constituye una muestra de ese espíritu patriotero, muy útil para beneficiar a los gobernantes gringos del pasado, presente y futuro, y colmar sus ansias de dominación a los pueblos de Latinoamérica.

Recuerden las palabras del Presidente estadounidense, Monroe: “América para los Americanos” Con ello quiso significar que América del Sur era de ellos, Estados Unidos, ya que de la palabra AMERICANOS ya ellos se habían apropiado.


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José M. Ameliach N.


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