¿Quién y cuando repararán la vía carretera Baragua-Caserio El Hato?

(Con atención a Carmen Meléndez Madrina de Lara y Luís Reyes Reyes Presidente de Corpolara)

Estuvimos estos días de Semana Santa y en particular del llamado Triduo Pascual en el caserío El Hato de Baragua. Nos encontramos con la amabilidad y el abrazo sincero de familiares y amigos, así como con el modo de vida de la gente del semiárido larense. Su lucha perpetua con un clima que exige esfuerzo tenaz y ganar así la apuesta por la vida, como diría Blaisse Pascal, más en este entorno harto difícil como el actual.

Menos mal que las bolsas y la caja clap en estos últimos meses han estado llegando con bastante regularidad por aquellos parajes de la ruralidad ubicado en el noroeste de la ciudad de Barquisimeto, capital de estado Lara y son en verdad un alivio, gracias sean dadas a Dios.

Nuestra gente del Hato de Baragua por estos días y meses se recupera aunque muy lentamente del efecto devastador que significó el largo verano de los cuatro o cinco años anteriores, ese del fenómeno del Niño, que en verdad acabó, así, literalmente, con más de la mitad de los corrales de todos esos criadores de chivos que son ellos. Sequedad espantosa ésta que impidió igualmente desarrollar cultivos de maíz, caraotas negras u hortalizas, actividades fundamentales para los hogares de caseríos cuyo modo de vida, aludido ya, está definido por la relación de ese hombre y mujer con el medio físico-natural con las actividades antes dichas, a la que bien se puede agregar artesanías expresadas en la tejeduría de hamacas y capelladas para alpargatas en una escala mínima familiar.

Como actividad complementaria en el plano cultural en el caserío El Hato de Baragua tienen lugar manifestaciones que, no por humildes menos significativo por el enriquecimiento espiritual a que conllevan. Por ejemplo, el rezo de rosarios por novenario, última noche, cumple mes o cabo de año de vecinos y familiares, viacrucis por sectores en el tiempo litúrgico de la Semana Santa. Igualmente, por el mes de mayo, en Canturías de Salves que lamentablemente las nuevas juventudes poco practican, claro con excepción de algunos de ellos y de ambos sexos que de acuerdo con testimonios ejecutan con admirable respeto y devoción tales actos piadosos- culturales, ya no sólo en el referido caserío El Hato sino también en otras poblaciones adyacentes: La Culebra, El Ralo o Suruy. Cosa que ya es bastante, sobre todo cuando por estos días la aculturación arrolladora que ha impuesto la globalización, lo que ha borrado expresiones espirituales y culturales locales y regionales.

Pero, en fin, volviendo al asunto central de esta nota, que es la pregunta acerca de quién y cuándo podrán reparar la vía carretera Baragua y el caserío El Hato que es una odisea transitar por ella aún con rústicos, ya que con las lluvias estas recientes de finales del año 2016 y por la que se está tan agradecido por todos los lateños y demás coterráneos, por lo que los montes y el follaje de los árboles tienen un verde intenso y coloridas flores, festín de aves e insectos benignos como las abejas, así como los estanques y/o lagunas artificiales lucen llenos de agua bendita; recurso fundamental para la cría y el ordeño, así como para el sustento de los chivos, animales de carga como los burros y mulas, entre otros tantos animales monteses como los cunaguaros, cochinos de monte o báquiros.

Las aguas, pues, como recuerda don Fernando Savater en su famoso librito Ética para Amador (1991) es una cosa buena, necesaria para la vida pero como todo en la naturaleza también es ambigua. Tiene también su cara no tan buena, porque la fuerza hidráulica suele ser descomunal y ciega, requiere ser canalizada y sus efectos dañinos reparados, como por ejemplo el destrozo de la ya señalada vía carretera. Se requiere reparar ese daño y urgente, porque de ello depende la calidad de vida de unos lugareños que no cesan con sus oficios de contribuir a la producción de alimentos que tanto necesita hoy Venezuela.

El caserío El Hato de Baragua viene a ser un punto mínimo en la amplia geografía Venezolana y larense en particular y solo servidores públicos con sensibilidad humana y cristiana podrán atender un llamado como el que aquí se hace, esperemos sin embargo que dos de esas personas con las características ya señaladas como lo son Carmen Meléndez y Luís Reyes Reyes, miembros del altos gobierno revolucionario, lo hagan.



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Luis B. Saavedra M.

Docente, Trabajador popular.

 luissaavedra2004@yahoo.es

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