Está en marcha el modelo sirio para derogar la Constitución Bolivariana

La conjunción del documento de un grupo de países del continente interviniendo descaradamente en los asuntos internos de Venezuela, pretendiendo abrogarse el nombre de la OEA, violando descaradamente sus estatutos, con la declaración ante el senado de su país del jefe del comando sur de las fuerzas armadas norteamericanas sobre la necesidad de intervenir en Venezuela más las sucesivas manifestaciones insurreccionales que está protagonizando el fascismo criollo, en busca de muertos y heridos que justifiquen esa invasión, muestra a las claras el objetivo del Departamento de Estado de aplicar el modelo sirio en nuestro país.

Hay que recordar que en Siria sucedió lo mismo: se creó una matriz de opinión global presentando a su gobierno como una dictadura, luego se realizaron una cadena de manifestaciones en contra de esa dictadura que acarreo innumerables muertos y heridos, terminando con una guerra civil.

Este proyecto asesino e inmoral busca un solo objetivo: derogar la Constitución Bolivariana que impide tajante y claramente que el imperio pueda ponerle la mano a las inmensas reservas de petróleo que posee Venezuela. Y la única forma de lograrlo es mediante el acceso al poder en medio de la violencia. De otra forma no tienen excusa para hacerlo, por ejemplo mediante elecciones,

UNA VIOLENCIA QUE NO ES NUEVA.

Este propósito imperial no es nuevo.

Desde el mismo momento que la Constitución Bolivariana fue aprobada por el pueblo, el imperio ha tratado por todos los medios de generar el caos y la violencia para derogarla.

Así hemos como en los últimos 17 años, mientras el gobierno ha efectuado más de 16 elecciones a nivel nacional, incluyendo la escogencia de concejales, alcaldes, diputados regionales, gobernadores, diputados a la Asamblea Nacional y Presidenciales, incluyendo tres referéndums nacionales, el departamento de estado y sus lacayos han venido efectuando una campaña sistemática y continua de violencia por derrocar violentamente al gobierno, utilizando todas las vías posibles, desde las legales como manifestaciones, declaraciones públicas, participación en procesos electorales, etc., hasta las ilegales incluyendo golpes de Estado, paros petroleros, paros patronales, asesinatos selectivos de fiscales, dirigentes políticos y sociales, colocación de bombas, insurrecciones disfrazadas de protestas, llamados a desconocer los resultados de las elecciones y referéndums, realizar una criminal guerra económica en contra de nuestro pueblo, intento de utilizar paramilitares colombianos, asesinar con francotiradores a manifestantes pacíficos, sabotajes a los servicios públicos, solicitar la intervención extranjera en nuestro país, utilización desmedida de los medios de comunicación para difundir calumnias y sembrar el terror, etc.

LA TRIPLE ENTENTE ANTI-INTEGRACION

Por supuesto que Estados Unidos no está solo en esta cruzada por derogar la Constitución Bolivariana, cuenta con tres tipos de aliados muy poderosos:

En primer lugar, las oligarquías políticas y económicas que dirigieron al país en las últimas décadas del siglo pasado, que se beneficiaron de un sistema basado en el saqueo por parte de ellos de los abundantes recursos que ingresaron a la nación gracias a la explotación petrolera, siendo una prueba palpable de ello los centenares de miles de millones de dólares que producto de la especulación y de la corrupción tienen depositados esos grupos en el exterior, cuestión esta que ya había denunciado Miguel Rodríguez cuando fue ministro de planificación del segundo gobierno de Carlos Andrés Pérez.

Si esa enorme masa de dinero se hubiese invertido productivamente en el país, fuésemos hoy una nación desarrollada y con una altísima calidad de vida. Pero lo impidieron la avaricia y la ausencia de patriotismo de esas élites, que quieren volver a seguir saqueando, y para las que el proyecto de desarrollo económico plasmado por el chavismo en la Constitución constituye un gigantesco obstáculo.

En segundo lugar tenemos una unión similar de oligarquías políticas y económicas que gobiernan en naciones latinoamericanas y cuyo poder esta cimentado en el dominio de esas economías basadas en la exportación de materias primas y de productos agrícolas y para las que la tesis de la integración latinoamericana que se apoye en el desarrollo industrial y tecnológico de nuestros países constituye una amenaza a sus privilegios.

Allí tenemos el ejemplo de Mercosur, en donde los gobiernos de Argentina, Uruguay y Paraguay quieren expulsar a Venezuela. Claro, Macri, Tavares, Almagro y Carles representan los intereses de los grandes terratenientes que controlan la actividad agrícola y pecuaria, principales fuentes de divisas de esos países, en unas exportaciones dirigidas en lo fundamental hacia los países del norte, y que se ve impulsada por el hecho de tener sus cuatro estaciones en fechas contrapuestas, es decir, que pueden suplir productos agrícolas cosechados en su verano cuando en el hemisferio norte es invierno.

Por eso es que para nada les interesaban las tesis defendidas por Chávez, Lugo, Lula y Kishner de impulsar un desarrollo industrial en el Mercosur, que aprovechara la enorme ventaja de un mercado cautivo estimado en cerca de 300 millones de habitantes.

Para las oligarquías que gobiernan esas naciones y otras en el continente que tienen igual estructura económica como Colombia, Chile, Costa Rica, etc, Venezuela y sus ideas integracionistas y de desarrollo constituyen un enorme peligro para sus posiciones de poder. De allí la postura de esos gobiernos en la OEA y su maridaje con el Departamento de Estado.

Lo cual no es para nada nuevo en nuestro continente. En el pasado líderes latinoamericanos que lucharon por la democracia y por nuestra integración y desarrollo soberano, como Eliecer Gaitán, Joao Goulart, Salvador Allende, Fabricio Ojeda, Jacobo Arbenz, y tantos otros, fueron derrocados o asesinados por los lacayos del Departamento de Estado, siempre bajo la acusación de que eran comunistas al servicio del imperio soviético.

Bien pudiéramos asimilar la figura de Doña Bárbara a esos grupos económicos y la del bachiller Mujiquita a esos políticos corruptos que gobiernan esos países y, por supuesto, a ese triste adefesio de la MUD y sus secuaces.

EL AMOR POR LA DEMOCRACIA DE Chávez

Iguales argumentos se utilizaron en contra de Chávez, a pesar de que en la práctica su gobierno y su proyecto demostraron un inmenso amor por la democracia y la libertad, y de ninguna forma aplicó en nuestro país las aberraciones del estalinismo soviético. En efecto, nunca se vio tarjetas de racionamiento, expropiación de viviendas o la aplicación de un igualitarismo chambón.

Precisamente, por estar consciente que el poder se ganaba o perdía en las elecciones es que siempre mantuvo una política de justicia social y de redistribución de la renta petrolera para todos los venezolanos, que los lacayos del imperio hipócritamente bautizaron como populismo. Prueba de la justeza de esas políticas fue el contundente triunfo obtenido en las elecciones de 2012 con más de ocho millones y medio de votos.

LA COMUNICACIÓN ES DECISIVA

Pero nada de estos logros los hubiese conseguido Chávez si no hubiese utilizado la comunicación con el pueblo, no para esgrimir consignas vacías e inentendibles, sino explicando paciente y sistemáticamente las bondades de su proyecto.

Entonces pues, el ejemplo a seguir está muy claro.

UN TRISTE Y PATETICO COMUNICADO

Para terminar queremos señalar que, como expresamos en nuestros​ anterior artículo, la amenaza en contra de nuestro país es muy seria y no será ni con discursos ni con declaraciones que salgamos victoriosos, y mucho menos como la ridiculez que emitieron los países del ALBA, superficial y llena de lugares comunes, sin ninguna medida ni acción concreta. Lo triste es que muchos de esos países disfrutan, sin ningún decoro de nuestro petróleo.



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Carlos Enrique Dallmeier


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